martes, 13 de enero de 2009

UN BUEN DOMINGO

Mayte Tudea                          

                                  

 

            Acabo de regresar de disfrutar de un día muy agradable en casa de una entrañable pareja –Fina y Andrés-, en la que nos hemos reunido un grupo de amigos (diez en total) y celebrado una nueva entrada de año, alrededor de una bien montada mesa repleta de abundantes y sabrosos alimentos.

 

         Hemos conversado, reído, compartido confidencias, nos hemos dejado acariciar por los rayos de un sol invernal -que mas bien parecía primaveral-, mientras una copa de vino nos calentaba por dentro y dotaba al ambiente de un matiz cálido que nos hacía sentirnos más cercanos, más afines, más unidos.

 

          Hombres y mujeres –varones y hembras, como le gusta precisar a nuestro querido Tomás-, expresándose con absoluta libertad, sin reticencias, comentando sobre literatura, sobre cine, sobre gastronomía de forma distendida, escuchando al otro, compartiendo o no sus reflexiones, pero sin la menor intención

de polemizar o de discutir.

 

         Y pienso "si una buena comida y un buen vino, han conseguido que diez personas de distinto sexo, de caracteres y opiniones diferentes, fueran durante unas horas un grupo homogéneo, compacto y lleno de armonía ¿por qué no se reúnen el primer ministro israelí y el cabecilla de Hamás, y comen y beben y dirimen sus diferencias de un modo civilizado y con la templanza que procura un estómago satisfecho?" Sin desdeñar que por costosa que fuera esa comida, nada comparable al precio de un misil "tierra-aire", y con la seguridad de que no habría de provocar "daños colaterales". Salvo la posibilidad de que ambos ganaran algún kilo de más. 

 

         Ya termino. Ángel, a mí no me ha gustado Australia. ¿Lo sabías?

 

11 de Enero 2009

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡Me gus-ta Australia!!! ¡¡¡Me gus-ta Australia!!! ¡¡¡Me gus-ta Australia!!!