jueves, 28 de junio de 2012



¡QUIERO SER MUJER OBJETO!

Mayte Tudea Busto

 

(Sus "Ripios)

 

 

¡Que bonito es ser mujer!

y que con mimo y esmero

tu marido o compañero,

siempre te lo haga saber.

 

Y el desayuno te lleve

a la cama, calentito,

y cuando lo tomas, ruegue

que duermas otro ratito.

 

Y después tu fiel sirvienta

prepare un baño aromático,

y te sumerjas contenta

en el jacuzzi, ¡es fantástico!

 

Y te maquilles, te peines,

te vistas de Dior o Prada,

y sea lunes o viernes.

tú nunca estés estresada.

 

A las doce, aperitivo,

a las dos, el restaurante,

a las cinco, y sin motivo,

el té, con pastas delante.

 

A continuación, partida

de Bridge o Continental,

con tu grupito de amigas, 

¡y es que lo pasáis fatal!

 

Y cuando el juego termina,

comenzáis a recorrer

las "boutiqus" de esquina a esquina,

y la Visa ¡empieza a arder!

 

 

 

Si no hay compromiso o cena

a las diez ya estás en casa,

y te preocupa y apena

si tu marido se atrasa.

 

Cuando él regresa quemado,

con las ojeras marcadas

y el aspecto fatigado,

te pregunta ¿estás cansada?

 

Tú con gesto resignado

respondes muy dulcemente:

ha sido un día agobiado,

y le besas en la frente.

 

Después te acercas mimosa,

y le entregas un regalo,

¡una corbata preciosa!

y él, se siente compensado.

 

Y por lo bajo murmuras

con un tono de cariño,

y de gracia y de dulzura,

¡los hombres son como niños!

 

¡Que bonito es ser mujer!

merece todo el respeto,

pero al mundo hago saber

¡quiero ser mujer objeto!

 

 

miércoles, 13 de junio de 2012



TE VAS ENCONTRANDO GENTE...

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

A lo largo de la vida te vas encontrando gente que en ese momento puede ser importante, o que puede llegar a serlo.

No es raro que en ese momento no seas capaz de apreciar lo que tienes delante. A veces porque todavía no ha comenzado a destacar como persona influyente en algún campo, y otras por culpa de tu propia cortedad de  miras que te impide valorar lo que esté ante tus ojos.

Es posteriormente cuando comienzas a vislumbrar lo que debió ser descubierto antes.

No contamos a los miembros directos de la familia. Madre, padre, hermanos, hijos. No entran en estas valoraciones.

Comienzas mirando las personas desde que eres capaz de valorarlas o de prever su futuro valor, tanto para ti como para el resto de la sociedad.

Yo tuve la fortuna de encontrar, cuando me iniciaba en los estudios, interno en Uclés, a gente como el profesor Dimas Pérez Ramírez y Vicente Tradacete Vaquero. 

D. Dimas fue, posiblemente, el culpable de que yo - con apenas 10 años y cero experiencia - decidiera aguantar ese internado lleno de disciplina y exigencia. Representaba la serenidad y discreción hecha persona. Y sabía perfectamente cómo tratar a los niños. Era además un excelente profesor, especialmente de latín.

D. Vicente - ¿qué puedo decir de D. Vicente que no haya dicho ya ? - representó para mí la persona que me hizo cambiar totalmente mi forma de ver cómo debía formarme y qué tipo de formación necesitaba. He dicho en otros varios artículos en este mismo blog, que es el mejor profesor de literatura que yo haya conocido nunca. Y me abrió a todo tipo de actividades - literatura, teatro, música, escritura, etc. -, que ha creado en mí después afición.

Una vez pasas de ese tiempo de niñez a la juventud, no eres tan proclive a descubrir a esas personas que influyen en ti, o en los demás. O eso, o se difuminan con gran facilidad entre la mayor cantidad de personas que vas conociendo y vas olvidando.    

Por cierto, recuerdo que en aquella época yo compartí colegio con una persona - él se encontraba en cuarto y yo en primero -, que con el devenir de los años se ha convertido en alguien muy conocido - no puedo valorar otro aspecto de su quehacer -, se trata de Bernabé Tierno, psicólogo, escritor, conferenciante, profesor. Lo poco que recuerdo de él es que era muy "raro" en su forma de proceder, no reaccionaba como los demás alumnos, parece que ya llevaba el germen de su posterior dedicación.

También recuerdo que entonces conocí a una persona que, aunque entonces se dedicaba a la enseñanza, era maestro en la escuela de Uclés, posteriormente ha sido muy conocido por sus artículos periodísticos, su participación en tertulias radiofónicas y apariciones en televisión, así como por sus libros. Se trata de Raúl del Pozo. Hace unos años hablé con él de estos tiempos y cuando le dije que él era profesor cuando yo empecé a estudiar, me contestó "yo era maestro".

Un día, por aquellas fechas, conocí casualmente a dos personas a las que yo entonces no calibré en su medida, pero posteriormente pude entender su valía - o al menos lo que pudieron significar para otras personas -. Se trata de Antonio Bienvenida, torero, y un religioso - lamento no poder decir su nombre porque no lo recuerdo -, era francés, aunque vivió mucho tiempo en España, y había sido perteneciente a la célebre OAS, organización terrorista francesa de extrema derecha, en su actuación en Argelia. Los conocí porque acudieron a unos cursillos de cristiandad en Priego (Cuenca), uno a recibirlos y el otro a darlos.

Dando un salto en el tiempo, aunque después es posible que vuelva a darlo al revés, estando trabajando ya en la empresa en que he pasado el resto de mi vida, me encuentro con una persona que viene a preguntar por Ángel Pulla, y cuando llega con el conserje descubro a un antiguo compañero de curso en Uclés, que ahora es cura, y trabaja en una iglesia en la Avda. del Puerto en Valencia. Este lo relato, no porque haya sido o pueda ser persona interesante, sino porque llama la atención su curioso caso.

Al cabo de un par de años, vuelve a presentarse de nuevo, y me dice "que ya no trabaja donde antes, ahora ha terminado Derecho, y se dedica a divorciar a aquellos matrimonios que había casado con anterioridad". Vueltas que da la vida. Y además, sin ningún tipo de trauma.

Por aquel tiempo, precisamente, le aseguraba yo a un sobrino mío que lo suyo era el Derecho, que como abogado no tenía precio, porque era eso, un abogado de causas perdidas, como le dejaras hablar, estabas perdido. Y luego, me lo encuentro como Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Puerta de Hierro de Madrid. ¡Qué buen ojo tengo para adivinar el porvenir!

Un día, siendo todavía un novato en la empresa donde he pasado toda mi vida, voy al despacho de mi jefe y me encuentro a un señor sentado con él en su mesa. Me pregunta si le conozco y le respondo que sí sé quién es, aunque no corresponde el nombre a lo que dice el papel que me enseña. Sí, me contesta él. Aunque tú me conozcas por Nino, mi nombre es este. Era un personaje que no parecía el mismo que estabas acostumbrado a ver en televisión. Era más bien reservado, hablaba bajito y era muy educado. Nino Bravo, el más grande. Un fuera de serie, lástima que no le respetara la suerte. 

Es cierto que siempre encuentras a lo largo de la vida, por todos los sitios donde hayas vivido, una gran cantidad de personas interesantes y que son o han sido o pueden llegar a ser gente importante en cualquier orden de la vida.

 Pero lo más importante de todo es que, dejando a un lado la familia, lo mejor que has podido encontrar son aquellas personas a quienes has considerado y ellas a ti como amigos, aunque sean pocos, pero amigos sin artificios, auténticos.