sábado, 24 de abril de 2010

LA INOCENCIA PULVERIZADA

Mayte Tudea Busto

                                                                                 

 

Iba sentada en el autobús, camino de El Ejido, como cada tarde de lunes a jueves. Junto a mi asiento, dos chicas muy jóvenes, vestidas como lo hacen casi todas las chicas de su edad,  falda súper breve, y esa extraña moda de llevar prendas largas por debajo y cubrirlas con otras muchísimo más cortas por encima. No está en mi ánimo criticar la vestimenta de hoy en día (todos fuimos jóvenes en su momento y a nuestros mayores les espantaba lo que nos poníamos, poco más o menos como ocurre ahora).

 

Una de mis nietas me preguntó hace unos días con un candor indescriptible: "Abuela, ¿tú has sido joven alguna vez?" Le contesté un poco molesta: "Incluso he sido niña, cariño". Me miró con sus transparentes ojos azules algo sorprendida, y leí en su mirada: "Si lo dice mi abuela  tiene que ser verdad". Los niños, con mayor frecuencia de la que deseamos, nos colocan en nuestro sitio.

 

Bueno, esta es, como siempre, una desviación hacia los "cerros de Úbeda",

algo tan proverbial en mí, que ya ni siquiera me extraña. Este lapsus venía al hilo del encuentro con las dos chicas del autobús. 

 

Hablaba del atuendo que llevaban, y aunque a mí me parezca esta moda muy poco armoniosa, las jóvenes sí lo eran. Altas, esbeltas, con unas caritas agraciadas e infantiles. Calculé que ninguna de las dos sobrepasaba los quince años.

 

Comenzaron a hablar. Lo hacían en un tono normal, sin estridencia pero sin recato. No presté atención a lo que decían, hasta que una frase  me hirió en el oído e hizo que mis "antenas"se erizaran y a partir de ese momento, y aún sin quererlo, no pude evitar escuchar la conversación que mantenían.

 

No soy capaz de transcribir lo que oí en el breve trayecto desde la Alameda hasta el santuario de la Victoria. Pura pornografía. No podía dar crédito a lo que llegaba a mis oídos. Si lo que contaban era cierto, dejaban a Mata Hari, -la famosa espía- en auténticos pañales, y si no lo era, el desparpajo con que utilizaban ciertos términos y el conocimiento de la materia, me dejó francamente apabullada. ¿En qué escuela se habían matriculado aquellas "tiernas criaturas" y obtenido premio fin de carrera "cum laude"?

 

Hasta hace muy pocos años me odiaba a mí misma cuando se me escapaba alguna frase de las que había oído a mi madre, y que en su momento me irritaba. "En mis tiempos..." "¿Adonde vamos a ir a parar...?" "Pero esta juventud, ¿qué es lo que quiere...?". Lugares comunes, pensamientos que yo entendía reaccionarios  y fruto del abismo entre generaciones.  Jamás creí que podría planteármelos en serio y sopesarlos en algún otro momento de mi vida. ¡Dios! ¿Tan mayor soy ya?

 

De verdad, les aseguro que si hubieran estado ustedes junto a mí en el autobús, les vendrían a la mente reflexiones similares.

 

Sé que todos los jóvenes no son iguales. Sé que sólo llama la atención lo negativo y lo estridente. Que hay una juventud sana que estudia o trabaja, (esto último es más raro), y pasa desapercibida. Pero sinceramente, cuando veo a las niñas, (son sólo niñas), tiradas materialmente encima de los chavales, e incluso "metiéndoles mano", y hacerlo de un modo desafiante

y en muchos casos impúdico, recuerdo los inocentes ojos de mis nietas y me echo a temblar.

 

Y si pienso en la violencia adolescente, la piel se me eriza. Tengo entendido que se ha realizado un estudio sobre esta materia, y que las chicas violentas, lo son mucho más que los varones. ¿Qué pequeños monstruos estamos creando?

 

A la ministra del ramo correspondiente, preocupada porque las niñas conozcan a la perfección "el mapa de sus zonas erógenas", le recomendaría que aplicara sus desvelos a conseguir que éstas niñas y también los niños, adquieran valores de mayor trascendencia y se formen como seres humanos íntegros y responsables ante sus acciones.

 

Y las clases de educación sexual,  la ministra podría recibirlas de las chicas de mi autobús,  y sin coste económico alguno.

 

23-abril-2010

domingo, 18 de abril de 2010

SOLO SÉ QUE NO SÉ NADA

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Antes de nada quiero disculparme con Tomás, a quién le he robado parte de sus días de exposición en primera plana en el blog. Yo siempre mantengo ahí el artículo escogido durante, al menos, una semana. Esta semana, aunque el artículo de Tomás, como todos los suyos, se lo merecen, no puedo por menos que escribir estas cuatro líneas sobre algo que me desasosiega: soy incapaz de entender la postura de los jueces (esas dos líneas enfrentadas en perfecto plan bélico) sobre algunos asuntos, especialmente en lo referente al magistrado de la Audiencia Baltasar Garzón.

 

No entiendo que a un juez, que ha errado en sus procedimientos, se le reprenda y al juez Garzón por el mismo motivo se le procese, se le juzgue y posiblemente se le suspenda.

 

No entiendo que un sindicato ultraconservador (¿eso puede ser un sindicato?), apoyado por un partido sin ningún tipo de representación y con sus antecedentes, consiga que unos señores magistrados procesen a su compañero, admitan una serie de demandas contra el mismo, rechacen todos los recursos y estén a punto de ser ellos mismos los que decidan el futuro de este magistrado.

 

No entiendo. No sé nada. Solo sé que no sé nada, tristemente.

 

Y me quedo patidifuso cuando veo en televisión que unos señores llamados periodistas mantienen unas opiniones sobre este asunto, y algún otro, que dan miedo. Y unas opiniones, expresadas mediante correos al programa, de algunos espectadores, que… no es que den miedo, ¡es que "acojonan"! Me niego a admitir el regreso abierto de las dos españas. Me niego, y lo temo.

 

¿Tan difícil es ser sensatos?

jueves, 15 de abril de 2010

LA  RAZÓN

Tomás Morales Cañedo

Verano 2009                                    

                  

         Divulgar la filosofía, no es "vulgarizarla", en el sentido despectivo que tiene esta palabra, sino sacarla a la calle, presentársela al público no especializado en filosofía, al pueblo, al vulgo, en sentido literal, al común de los mortales

 

         Es bajarla de las estanterías, quitarle un  poco el polvo y ponérsela a mano al público, para que pueda manosearla, saborearla, gustarla, probarla.

         Para que la gente compruebe que el producto merece la pena, que es bueno, muy bueno y, además, es gratis.

         Es hacer un poco de Sócrates.

 

         Si estamos donde estamos es por la Razón y no por otras razones o motivos.

 

         Si somos lo que somos es por la razón y no por otras razones.

 

         Los acuerdos, los contratos, las democracias,… son lo que son por ser racionales.

         Es racional pactar y ceder en parte, a exponerse a morir y perderlo todo.

        

         La razón y la libertad son amigas inseparables.

 

         Las "cadenas" de las que un día, en un e-mail, nos recordaba Joaquín, pueden ser/deben ser rotas sólo con la lima de la Razón.

 

         Quiero recordar que fue Verlaine el que, taxativamente, afirmó:

        

          "Occidente es: ATENAS (Inteligencia, logos, razón, ciencia,….) más

                                   : ROMA (Sociedad, leyes, derecho, lengua, obras públicas, planificación urbana, política….) más

                                   : JERUSALÉN  (Religión, moral-ética, concepción de la vida, visión del mundo, mentalidad….)

 

         Quizá sea por ello mi extrañeza cuando, en la no muy lejana reforma de la Constitución Europea, ciertos sectores insistían e insistían en la necesidad de que constara, expresamente, una alusión, aunque sólo fuera en el Preámbulo, de la importancia de la Religión cristiana en la conformación de Europa.

 

         Cuando, sin desmerecer la influencia de la Religión, (que la ha tenido, por suerte o por desgracia, durante muchos siglos) nosotros somos, al menos hoy día, más hijos de Atenas y de Roma que de Jerusalén.

 

         Hace algunos siglos nos advertía un filósofo europeo de una táctica que el denominaba "astucia de la razón".

         Consistiría en que ella siempre iría consiguiendo sus fines aunque los hombres, en su actuar, creyeran que eran libres para hacer esto o lo otro. En eso consistiría su táctica. En que cuando, a veces, parezca que la razón da un paso atrás, en realidad es para tomar impulso y poder dar un salto mayor. Como hacen los atletas.

 

         Parece como si a lo largo de todo el tiempo que el hombre lleva viviendo sobre la tierra la razón siempre hubiera estado presente, aunque de maneras distintas. Unas veces la razón está, latente, preparándose para su aparición. Es la época de la presencia del mito como mentalidad. Poco a poco el mito comienza a hacer aguas como explicación plausible de la realidad y la razón va asomando, poco a poco, pero de manera segura, preparando sus cimientos y pilares, es el surgimiento de la filosofía como alternativa al mito.

         En la época de la razón muchas veces se acierta pero muchas más veces se equivoca, pero siempre avanza, apoyándose en las verdades descubiertas y reconociendo los errores para no volver a cometerlos.

         A pesar de que se haya dicho que la historia de la humanidad es la historia de la verdad, más bien habría que decir que es la historia de los errores que, poco a poco, van siendo superados.

         Porque lo normal es errar, equivocarse.

         Cuando uno está en un cruce de caminos, sin indicaciones, más pronto que tarde uno elegirá el camino equivocado. Aunque reconocer un error ya es un acierto.

 

         Es la época de la aparición y desarrollo de la ciencia o filosofía, con el único criterio de lo racional como verdadero.

 

         La historia de la Razón puede ser contada en varios capítulos:

         1.- Embarazo durante varios millones de años; y la criatura no se desarrollaba porque no se la alimentaba.

         2.- La curiosidad, la extrañeza, la admiración,… ante fenómenos naturales empieza a lanzar porqués en todas las direcciones. Los porqués son preguntas que solicitan ser contestadas, pero en el mismo plano, en el plano natural, sin recurrir a los dioses o seres del mundo sobrenatural o mágico.

         3.- Oficialmente la criatura denominada Logos o Razón nace en el siglo VI a.C. Y, oficialmente, el primer filósofo será Tales de Mileto, que, además de filosofar, con la Razón, se dedicaba a las Matemáticas (Geometría). Recordemos el Teorema de Tales. Sólo y totalmente racional.

         4.- Durante la Niñez tuvo suerte. Tuvo unos tutores o padres que la cuidaron con cariño, la practicaron en sus vidas, la ayudaron a crecer. Hablamos tanto de los Presocráticos como de los Sofistas, de Sócrates, de Platón, de Aristóteles, de las escuelas socráticas (epicureísmo, estoicismo…).

         5.- En esta época nació otra criatura que le haría la vida imposible. Estamos hablando del Cristianismo. Una religión, vástago del judaísmo, pero que cobrará mucho auge, por lo mucho que promete y por lo poco que exige (a fin de cuentas, la mayoría de los primeros conversos ya eran pobres, eran perseguidos, pasaban hambre,… (que son las bienaventuranzas). La filosofía, con la sola guía de la Razón, no es muy bien vista por los cristianos, que sólo se guían por la fe. Hay que escuchar los truenos e improperios de un Tertuliano. Aunque poco a poco los cristianos van a darse cuenta de que la única manera de defenderse y de atacar a los filósofos es utilizando su misma arma, la Razón, por lo que buscarán una armonía entre Fe y Razón, pero que cuando surjan divergencias la fe estará por encima de la razón. A fin de cuentas, lo importante no es vivir esta vida sino utilizarla como moneda de cambio para la otra, que es eterna,…….

         6.- La filosofía es considerada como auxiliar, como "ancilla", como sierva de la Teología, que será la realmente importante. Durante muchos siglos el poder religioso estuvo aliado con el poder político. "Tú me ayudas. Yo te ayudo". "Tú me permites y no permites a mis contrincantes y yo, en correspondencia, actúo en las conciencias de tus súbditos inculcándoles que "el poder viene de Dios" y que, por lo tanto, desobedecer a la autoridad civil es no sólo delito, sino también pecado. La vida eterna, pues, le es negada. El infierno eterno es el lugar de los pecadores….".

De religión perseguida a religión perseguidora. Monopolio religioso. Excomuniones,…

         7.- Siglo XIV, Guillermo de Ockham, el de "El nombre de la Rosa", que separa los ámbitos de la fe y de la razón. "Lo que se sabe no se cree, lo que se cree no se sabe". Por si fuera poco, ruptura desde dentro. La Reforma. También las Monarquías dejan atrás al Feudalismo. Aparece la burguesía, aliada de las monarquías.

         La separación de poderes conlleva la separación de la Ciencia respecto a la Teología. Los grandes científicos se desentienden de respuestas religiosas. Copérnico versus Ptolomeo y el Génesis. Galileo versus Aristóteles. Renacimiento versus Edad media,….

         8.- Triunfo de la Razón. La diosa Razón sustituye al Dios de la Religión respecto a todo lo que concierne a esta vida, a los astros, al futuro…

Entusiasmo, fe en la Razón, que se convierte en la llave o la clave que nos abre el futuro y nos dirige hacia él. Confianza en el Progreso, que está en nuestras manos, que depende de nosotros, que lo dirige la Razón…

         Es el triunfo de todo tipo de revoluciones, científica, industrial, moral, social, económica, tecnológica, agrícola, en los transportes,….

         El Siglo XVIII es el siglo de las Luces, de la Ilustración,… y el XIX es el siglo de las Ciencias.

         9.- El progreso científico y técnico no ha llevado de la mano el progreso moral y social. Más bien lo contrario. El capitalismo es el triunfo del individualismo, aún a costa de la sociedad. Se conoce más. Se domina más, pero no somos mejores.

         Las dos guerras mundiales, relacionadas con la tecnología, es la manifestación del Fracaso de la Razón.

         Ha habido una borrachera de la Razón y hemos provocado accidentes.

         "La razón se ha pasado"

         Tendremos que reordenarlo otra vez.

         Es verdad que el hombre es racional, pero no sólo racional. También somos "pasión", "emoción", "sentimientos", "amor", "solidaridad"…

 

         (Continuará, no sé cuándo ni cómo, pero continuará).

 

sábado, 3 de abril de 2010

SER HIPERACTIVO,  ¿ES UNA ENFERMEDAD?

Mayte Tudea Busto

28 de Marzo de 2010     

           

                                                                      

  Esto de colaborar en distintos blogs, me está produciendo una cierta "adicción". En el de Amaduma participo con mucha frecuencia porque hay que mantenerlo alimentado, y cada semana alterna "tengo la obligación" de escribir para el de mi amigo Ángel. Obligación que llevo a cabo con sumo gusto, porque "Anhelito" me mantiene en "primera plana" durante siete días, y a mí, esta forma de "chupar cámara" he de reconocer que me agrada. Hay algún amigo "avieso" por ahí, que insinúa que también me gusta organizar, manejar, dirigir, y en último término, "mangonear".

 

           Confundir actividad con "mangoneo" me obliga a recurrir al diccionario y buscar el significado de estas dos palabras: Activo: "Se aplica a lo que obra con mucha energía o actividad". "Persona que hace con prontitud y sin economizar trabajo aquello que ha de hacer". "La que se ocupa de muchos asuntos y trabaja mucho desarrollando sus propias iniciativas". Mangonear: "Vagar sin hacer nada útil". "Entrometer, intrigar, manejar". "Tomar el principal papel en un asunto, desplegando mucha actividad en su manejo y excluyendo a los demás".

 

           Yo he de reconocer que soy muy activa –hay quien sostiene que hiperactiva-, pero generalmente suelen ser aquellos a quienes les molesta mi ritmo porque ellos no son capaces de seguirlo. Afortunadamente, como este país no es los Estados Unidos, no me veo abocada a que me receten Retalina –un fármaco que modifica ciertos comportamientos en el cerebro-, y que se prescribe con absoluta ligereza a los niños que presentan esta característica, la de la hiperactividad. Según nuestra profesora de Filosofía, Alicia -buena conocedora de las costumbres americanas-, incluso se aplica en los casos de niños simplemente inquietos, para así prever que puedan convertirse en hiperactivos.

 

            Y era aquí donde yo deseaba llegar tras el largo preámbulo. ¿Hacia dónde pretende dirigirse esta sociedad "anestesiada" que se coloca el parche antes de que le salga el grano? ¿Que medica a los niños solo porque son muy "movidos", sin conocer aún los posibles efectos adversos de un fármaco que tardarán en saberse varios años? ¿La sociedad de "me tomo un efenargan nada más levantarme, un ibuprofeno después de la comida, y un valium para acostarme? ¿O como dice una de mis nueras con mucho gracejo "una pastilla de todo me da igual"?

 

             Tomás, nuestro filósofo, asegura muy acertadamente que "el dolor todo lo torna sospechoso". Bien, admitámoslo, no hay por qué vivir con dolor si este puede suprimirse o mitigarse. Pero no confundamos el dolor con la molestia, ni pretendamos eludir las contrariedades que se nos presentan en el día a día adormeciéndolas con ansiolíticos, en lugar de plantarles cara e intentar resolverlas. O sobrellevarlas, si no es posible otra cosa.

 

              Yo me resisto a considerar este mundo como un "valle de lágrimas". Pero no cabe duda de que por mucho que intentemos evitarlo, el sufrimiento está ahí, nos sorprende a veces a la vuelta de una esquina de modo inesperado. Y tenemos que enfrentarnos a él. No valen subterfugios, ni evasiones artificiales. En una de  las circunstancias más duras de mi vida, alguien me dijo: "Los duelos hay que vivirlos, de otro modo no se superan".

 

                Sufrir enseña, nos ayuda a madurar, nos permite crecer como personas. No podemos permanecer siempre como eternos adolescentes emocionales, nuestra obligación es la de convertirnos en adultos. "Lo que no me mata, me hace más fuerte" aseguraba  Niestche, el filósofo alemán.  Y un buen amigo, ante una decisión que había de tomar –por aquello de que estoy intentando aprender  francés-, me aconsejó hace unos días: ¡courage! ¡beaucoup courage! Y yo, para simplificar, he traducido: ¡con dos ovarios!