lunes, 12 de septiembre de 2022

EL PUEBLO SORPRENDE, A VECES

Ángel Pulla Dijort/Málaga

En esta ocasión me ha causado una sensación muy distinta a la que me ocurrió el año pasado, después de pasar tres años fuera del pueblo.

Hablé de decepción, de sorpresa, no sé de cuantas cosas más. Este año he encontrado más alegría, más armonía y sobre todo de un trabajo realizado por gentes que han pensado especialmente en lo que podían aportar, además de sus ideas.

Además me alegra sobre manera porque estas personas que lo han hecho son muy queridas por mí, son gente de mi familia, son mis sobrinos.

Si a mí, que conozco a Mariano de hace años, me ha sorprendido lo que ha hecho junto a Conchi, imaginaos a quien solo sepa que ellos son Anestesista y Jefe de Oncología del Hospital Puerta de Hierro, y que los viernes se trasladan a Beteta a ponerse el "mono" y a trabajar en el futuro hotel Los Tilos, haciendo todo tipo de trabajos para los que no es necesario ningún tipo de especialización. Bueno, ese futuro hotel, ya no es así, ahora es el Hotel Los Tilos, bonito, bien presentado, bien gestionado y lo mejor que puedes encontrar en la Sierra de Cuenca.

Como no pude asistir a la inauguración en su día, me ofertaron el viernes por la noche una cena junto a la familia en el comedor del hotel (me encanta su iluminación). Me había ofrecido Mariano un excelente vino y así fue, dos magníficos vinos, uno mejor que el otro.

De cualquier forma nadie sabe lo que yo hubiera dado por haber podido tener a mi lado aquella noche a mi cuñado Mariano y a mi hermana Victoria. Especialmente por poder ver la cara de satisfacción de mi cuñado y lo que él pudiera haber dicho sobre lo que sus hijos   habían sido capaces de hacer, sin su dirección de obra y la capacidad de su hijo y su nuera para ejercer de "productores" además de sus especialidades.

Hubiera pagado cualquier precio por poder tomar un vino con mi cuñado aquella noche y escucharle lo que fuera necesario, solo por gozar de lo que pudiera estar disfrutando. Mi hermana también, pero ella era menos expresiva en estos asuntos.

En cualquier caso, quiero agradecer a mi sobrino su invitación y ese buen vino que me prometió y que tomamos a gusto, y que además coincidió con que el páter del pueblo nos acompañó y que yo conocí, aunque creo que ni mi cuñado ni yo éramos muy afines a sus teorías y enseñanzas.

De cualquier forma la celebración es señal de que antes se han efectuado unos trabajos, donde sí que ha habido grandes esfuerzos de todo tipo, económicos, laborales, familiares, etc., que han precedido a lo conseguido. Todo viernes supone que antes ha habido un lunes, no olvidarlo.

Muchas felicidades a todos los que habéis intervenido en su consecución  y gracias por lo que ello supone para el resto.

Mariano, la próxima invitación debe ser a "escote", no vale el gorreo.

 


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domingo, 6 de febrero de 2022


  UN CUENTO PARA LA NOCHE DE REYES
 Los tres Reyes Magos, guiados por el cometa Halley, salieron de PERSIA a lomos de sus tres mágicos camellos: Samura el del Rey Melchor, Tigris el del Rey Gaspar, y Oasis el del Rey Baltasar. 
Cruzaron el desierto llegando a Bagdag, y después a Damasco en dirección a Jerusalén. Observando a los astros, conocieron el nacimiento de un nuevo Rey en Judea; así que al llegar a la capital se dirigieron al palacio de Herodes, rey de Judea, Samaria e Idumea. 
Este, extrañado, les recibió manifestándoles que no tenía conocimiento del nacimiento de un nuevo rey, pero que si lo encontraban, estaría deseoso de conocerlo él también. 
Preocupados por lo vivido con Herodes, salieron los tres del palacio y siguieron la dirección del cometa que les guiaba. Este les dirigía camino de Belén. 
En el camino fueron comentando lo poco que les gustaba el tal Herodes. "No me parece persona de fiar", dijo Gaspar. "Tiene cara de malo", manifestó Baltasar. "Pienso igual que vosotros y no volveremos a verlo" - terminó diciendo con solemnidad Melchor.
 Al llegar a Belén, fueron a adorar al niño Jesús, dejando los presentes que habían traído: oro, incienso y mirra. 
Tras dejar Belén, decidieron ir por el Mundo llevando regalos a los niños. Orientándose por los astros, emprendieron su camino hacia Occidente. 
"Pasaremos por la tierra de los faraones, por el desierto, y por tierra de cartagineses; luego seguiremos nuestro camino hasta las Columnas de Hercules, atravesando el Mare Nostrum llegaremos a Tartessos, el reino del Rey Argantonio, y a tierras de los Comios, cuyo Rey Gargoris nos visitó en otra época". Dijo Melchor.
 Al llegar a la columna de Hercules que está al norte de África, vieron enfrente la otra columna de Hercules, que se encuentra en Hispania. "Enfrente tenemos nuestro primer destino, la bella Malaka; allí nos dirigimos. Conozco la forma de pasar al otro lado del mar", y siguió: "Sé de unos navegantes que, en sus mágicas jábegas nos transportarán al otro lado del mar en un suspiro. También tienen poderes mágicos como nosotros y pueden manejar el tiempo y el espacio de tal forma que paran el tiempo mientras seguimos nuestro avance.
 Los tres navegantes son el gran Piyayo, el nervioso Chiquito, y el titiritero Antonius. Los tres conocen los secretos del mar y el dominio de sus veloces jábegas". 
Cargados de regalos y juguetes, cruzaron el mar en menos de lo que se tarda en decirlo. Su magia hizo que, en la noche, mientras los niños dormían, entregaran su carga de ilusión en Malaka. "Iremos a Gades, tierra de fenicios, pasando por Caetaria (Algeciras).
 Debemos pasar pronto y dejar regalos y juguetes, pues allí los niños se levantan pronto para arrastrar por las calles los juguetes que han realizado con latas de metal, montando un gran estruendo que puede asustar a nuestros camellos", dijo Baltasar. 
A lo que Gaspar respondió: "Nuestro siguiente destino será Corduba, regada por el gran río Betis, la Colonia Patricia que fundó el general Claudio Marcelo. Allí tres de los niños de la ciudad nos han pedido que no los olvidemos, pues a veces no se encuentran aquí, si no en Caetaria con sus abuelos. Al más pequeño de los tres, además de juguetes, le dejaremos carbón del dulce, pues a veces da un poquito de guerra".
 Volvió a comentar Melchor: "Después de pasar por Baecula Baielenensis, nos dirigiremos a la muy antigua ciudad de Auringi, la ciudad en la que la leyenda habla de un enorme lagarto, o dragón, que se come a todo aquel que se acerca al raudal de agua en el que abrevan los caballos, y donde saciaran su sed nuestros camellos, pero nuestra magia anulará la voluntad del dragón. Allí varios niños escribieron sus cartas y tenemos que atenderlos". 
Añadió Gaspar nuevamente: "Por último nos dirigiremos al centro de Hispania, al Foro, cerca de Complutum, donde tres niños y una niña familiares de los que ya hemos visitado, esperan sus regalos.
 Así cumpliremos nuestro trabajo con todos estos niños, que según mis informaciones, se han portado muy bien este año".
 Luego, siguieron sus caminos repartiendo Regalos y juguetes por el Mundo, tras lo cual volvieron a Persia para descansar y preparar las visitas del año siguiente.
 (Con cariño para todos los niños de la familia)

 Pedro José Tíscar Marín

 Víspera de la Epifanía de 2022 Málaga  
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miércoles, 5 de enero de 2022

MI MADRE


Nunca me enfadé con ella.

 

Supongo que todos los hijos creen que su madre es la mejor del mundo. No lo sé. Sé que la mía era muy buena. De verdad, buena. Creo que ha decidido irse en el duelo de mi padre para evitar otro más para nosotros. Para no molestar. Siempre vivió por y para su familia. Tenía ese espíritu familiar que difícilmente se encuentra ahora.

 

Cualquier sacrificio era poco. Nunca se cuidó, pues había otras personas a las que tenía que cuidar. Siempre había alguien por delante de ella.

Intento recordar hechos emblemáticos de ella y difícilmente puedo señalar uno concreto, pues fue una actitud vital continúa: ser buena persona.

 

Siempre recordó a su padre, Pablo, que murió joven y que debió ser otra buena persona y sus años en los baños de la Rosa. Habían pasado años y aún le lloraba, y recordaba en el antiguo Hospital de San Carlos, donde encontró su final. "Entonces, no se hacía nada por nadie". "Era muy bueno, mi padre".Sus hermanos, sobretodo, sus hermanas. Aún se quejaba algunos días de lo que "mandaba" Rosa. Tampoco sufrió su pérdida. Si mi padre que era un hermano más para ellos. Eran una sola persona. Un ejemplo para todos.

 

Era creyente, y estaba empeñada en que hiciera la Comunión. Como quiera que no consiguiera aprenderme nada de la liturgia, y yo iba teniendo años, tuvimos una cita con el cura. Vivíamos en Palencia. Este me empezó a preguntar, y era obvio que no sabía nada, ella me decía "si hombre,… no matarás", y así todo. Al final, terminé haciéndola en diciembre fuera de grupo, pero la hice. Ella quería.

 

Todos los años poníamos el Belén, recuerdo haciéndolo en Cuenca el día que mataron a Carrero Blanco.No había mucho dinero, pero ella se las componía para que todos tuvieran Reyes. Juntos poníamos palabras compuestas con alfileres clavados a la pared y espumillón. Siempre hubo Reyes.


Le gustaba Cuenca, sus gentes, sintió mucho irse de allí. Mi padre era más pragmático pensaba era lo mejor para todos. No sé. Yo estaba del lado de mi madre, también en esto. Pero nos fuimos de la Calle de los Tintes a otra ciudad, algo más agreste.

Fue una de las personas que más influyó en mi decisión de hacer Medicina. Siempre me apoyó, me estimuló todo lo que pudo para ello. Su esfuerzo era mi revulsivo diario. Recuerdo cuando un día me llamo, pletórica de alegría, pues en la tienda estaba una señora relatando como "un médico joven, corriendo, saltó desde la tribuna y fue a salvar a uno que se había clavado una espada toreando en Fontanar" y "le he dicho: ese es mi hijo". Es imposible tener mayor presión para seguir. "Tienes que estudiar y ser como tu tío Ángel". Hasta entonces, este era el que más lejos había llegado en la familia y ese para ella, su objetivo para mi.Siempre recordaré sus ánimos para seguir a adelante y progresar. Era muy buena persona. Cuandole dije que haría Oncología, le di un disgusto." Vas a sufrir mucho, vas a ver muchas penas, ¿porqué no has cogido Ginecología o algo así?". Siempre pensando en los demás.

 

Su primera nieta, mi hija Marta, fue su debilidad y su alegría, se iba con ella los meses de verano y ni una ni otra querían separarse después. Mi hija lloraba, no quería dejar a su abuela, ella no quería dejar a Marta y hasta su madre, Conchi, lloraba pensando qué más podía hacer. La recuerdo en el Hospital 12 deOctubre después de cada parto. Sus nietos, mis hijos, la han seguido viendo y besando sin yo tener que decirles nada, no ha hecho falta, querían a sus abuelos.

 

Hace unos años dejó de leer, para ella, eso era vital. Tenía una pasión especial por los libros. Creo es la única verdadera afición que tenía. Y tener una buena biblioteca. Había sido miembro del "Círculo de Lectores" mil años. Su padre le trajo un libro del frente de Teruel cuando terminó la guerra. Recordaba siempre eso. En Cuenca, yo le cambiaba semanalmente novelas de Corín Tellado y yo mis Capitán Trueno, yo sabía que novelas había leído y cuáles no. Entonces se cambiaban, por unos céntimos podías leer más.

 

Dejó de leer. Algo se había quebrado dentro. Dejó de pintar. En un TAC cerebral que le hice en mi hospital se vio la encefalopatía hipertensiva con gran deterioro cerebral. No lo podía creer. Mi madre nunca ha tenido hipertensión, dije. Sí, debió tener muchas veces, muy mantenidas, sin control, pero en vez de tratarse tenía otras prioridades, otros a quien cuidar. Desde entonces, ha estado diciendo adiós.

 

Llevo mucho tiempo echándola de menos.

 

Me quedo para mi, alguna conversación con lucidez en algún ingreso, estando ambos solos y que le agradezco como sólo un hijo que quiere a su madre puede agradecer. Me quedo con su mano agarrándome la mía con fuerza en Urgencias y mirándome con esos pequeños ojos que tenía, y sobre los que bromeaba mi padre. Desvalida, como con miedo.Me quedo con su ternura y su carácter afable, con su falta de rencor o maldad.

 

Un día me preguntó, hace meses, en Abril de este año: "Oye, y ¿quién soy yo?" Estábamos solos en mi coche, volvíamos de mi hospital, le había hecho una ecografía. "¿Quien soy yo?".

 

Había estado yéndose los últimos años, pero ese día fue un hierro en mi corazón. Mi padre me la ponía al teléfono y me contaba como había estado "trajinando" todo el día, y según él, le costaba devolver el auricular, pero cada vez estaba menos aquí.

No fue consciente de la muerte de mi padre, y su final fue debido a su corazón. Es difícil saber qué sentía. Lo más sencillo es pensar que poco. Lo cierto es que en esto es como aquel que hablaba de la felicidad de los pececillos libres en el agua y su maestro preguntaba cómo sin ser un pez puedes saber si son felices. Me pasa esto. No me atrevo a saber qué pensaba, quiero creer que no se enteraba de nada. La felicidad de los pececillos.

 

Nunca me enfadé con ella, no tengo ningún reproche,nada.

Todos pensaremos que nuestra madre es la mejor, la mía está en el podio con las mejores. Eso es así.

Creo que cuando tenga muchos años más, hablaré a mis nietos de mi madre, y seguiré llorando por su recuerdo. A mis hijos no hace falta se lo recuerde, pues ya los veo llorar por ella. Saben lo buena persona que era su abuela. Y sí, mama (sin acento) yo si sé quien eres.

 

Lloraré y les diré a mis nietos: "Mi madre era muy buena persona". Le debo todo y más y mi pena no cabe en mi.

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martes, 28 de diciembre de 2021

NAVIDADES EN EL PUEBLO

Ángel Pulla Dijort/Málaga

Los recuerdos que yo tengo de cuando llegaban las Navidades siendo niño son bastante claros y con unas sensaciones muy agradables.

Las Navidades empezaban a primeros de diciembre, cuando el cura nos encargaba la recogida del musgo para montar en belén. El montaje de las mesas grandes sobre las que irían situadas todas las figuras y castillos y casitas, en fin todo aquello que para nosotros suponían un "nacimiento".

A todo aquello había que añadir el imprescindible musgo, que recogeríamos en la parte posterior de la subida al castillo. Porque por allí, al ser umbría, se mantenía verde y húmedo y lucía mejor. Aquello era una odisea subir con una cesta cada uno y traer el mejor para que el cura alabara tu trabajo para el nacimiento.

Se montaba como es debido, pero siempre por personas mayores, y con la dirección del cura. Se hacía un castillo con sus ventas, sus almenas y sus soldados. El portal con sus mula y su buey, su pesebre y naturalmente la Virgen y San José, y el niño. Su rio, sus prados, su pueblecito, sus casitas y unos montes, tras los cuales estaban los pastores que luego iban trayendo ovejas y demás ofertas.

Aparte había un niño Jesús más grande, que posteriormente portaría el cura para dar a besar a todo aquel que quisiera para a besar el pié al finalizar cada celebración.

Y para mí el inicio de la Navidad, además de estos preparativos, era cuando la mañana del día 22 ibas por la calle oyendo la repetitiva musiquilla de la lotería de los niños. Eso era el punto definitivo de salida.

Eso era la Navidad que yo recuerdo de mi pueblo. Ahora no sé lo que es. Hace tantísimos años (¿) que no la veo que no sé qué es lo que queda de aquello, si es que queda algo.

Supongo que me decepcionaría si la viera, por eso prefiero no hacerlo.        


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lunes, 29 de noviembre de 2021


LECCIONES DE MUERTE

Mariano Provencio Pulla

 

"Hoy muchos años después frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde en que su padre le llevó a conocer el hielo".

 

 

Cuando uno es joven, el tiempo pasa muy lentamente. No eres capaz de percibir ni siquiera los meses y la inmensidad de los minutos dan lugar a todo. Suceden mil cosas cada día, cosas que recordarás toda la vida. Alguna como un aldabonazo otras para fraguar tu forma de ser. "El mundo era tan reciente, para nosotros, que muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".

 

Aquella tarde de Julio perdimos una maleta por las rectas que conectan Cuenca con la sierra, en esa carretera mi padre lograba sacar lo mejor del SEAT 600, íbamos 9 en el coche: mis dos hermanas Pili y Mamen, mi madre y yo; mis primos Jose, Tere e Isa, y su madre María. Podría parecer temerario, pero mi padre había asegurado que era posible y nadie cuestionaba su capacidad de hacer andar coches. Quería ayudar así a mi tía María y lo iba a hacer. De hecho, durante el verano, mi casa se convertía en pequeño taller, en ocasiones con varios coches esperando para que mi padre hiciera incluso alguna pieza artesanal para que siguieran funcionando. Por tanto, no había duda, llegaríamos a Beteta, 9 personas en un SEAT 600. Deduzco sería el 1972 pues aún vivíamos en Palencia y no había muerto Franco, aún él lo criticaba, por tanto, debía ser esa la fecha. Como quiera que fuéramos el asunto es que una maleta no llegó con nosotros. Eso también fue como mágico. Hay veces que pienso que me gusta tanto Cien años de soledad porque me recuerda mucho mi infancia. Nos faltaba un Melquiades y su esposa Úrsula trayendo inventos y descubrimientos: ahí estaban Ángel y Pepi, (mi padre, y yo como él, siempre la llamó Pepi) organizaban timbales nocturnos que eran la perdición de todos los niños y jóvenes de la familia. Ansiabamos su llegada con el bingo de Congost. Ninguno lo superó. Todos con nuestros papeles y monedas a jugar con sus artefactos hasta las tantas.

Al día siguiente, yo tenía que ayudar a mi padre que estaba construyendo, literalmente, con sus manos una casa. Sí, con sus manos. Mi padre se pasaba todo el año previo cavilando y preparando cosas para poner allí, …cerchas, vigas, hierros…todo pensado, muchas veces, investigando como hacerlo.


"Pasaba los largos meses de lluvia encerrado, cavilando…Fue en esa época en que adquirió el hábito de hablar a solas, paseándose por la casa sin hacer caso a nadie…"

"Por fin, un martes de diciembre, a la hora del almuerzo….Los niños habían de recordar por el resto de su vida la augusta con que su padre se sentó a la cabecera de la mesa, temblando de fiebre, devastado por la prolongada y por el encono de su imaginación, y les reveló su descubrimiento: La tierra es redonda como una naranja".


Muchas veces tuve la sensación de que mi padre llegaba a deducciones propias que yo luego encontraba en textos bien de Medicina o bien de literatura, desde luego de construcción y él como el protagonista de la novela, lograba por su cuenta.


Bien, él y yo habíamos quedado a la mañana siguiente al sarao de Melquiades (Ángel) y su esposa. Todas las mañanas del verano. No había otra cosa. Mi padre ya estaba trabajando. No decía nada, ni me echaba bronca, me miraba, y bastaba. Discutía con él, y más de una vez pensé darle con la pala en la cabeza, pero mi madre siempre dulce me bajaba una coca-cola y reprendía a mi padre por no dejar de trabajar, "ni paras tú ni dejas parar a los demás". No existían horas ni jornadas, hasta anochecer. En ese momento, llegaba la serenata del futuro. Sobre lo que su calenturienta mente estaba maquinando, para el año que vendrá. Ninguno tenía salvación ni mi madre ni yo. Habrá un siguiente año, con más obra. Abandoné toda esperanza hasta que ya terminé Medicina y comencé a trabajar en lo mío.


Poco a poco, fui tomando conciencia del valor del trabajo y la perseverancia. De que uno puede ser y lograr lo que se proponga con su esfuerzo. Del mérito, de no desfallecer, en aquella época empecé a oir a Lluis Llach de la mano de mi Profesor emblema (Ferrán Morell Perelló, viejo profesor comunista y clavado, en el aspecto docente, a mi padre) así que por el invierno trabajaba con el Grupo Hoz pintando y conociendo a los clásicos y a saber pensar y en el verano…la otra parte de la formación socrática.


Tomar conciencia de lo que significa dejar "legado". Sin ni siquiera saber quién disfrutaría del mismo. Legar y dejar cosas hechas que quizá sea para beneficio de alguien que no conoces y no conocerás. De que tu familia te "legó" algo y debes mantener y hacer crecer. ¡Creo que eso estimula mi interés en la investigación biomédica, me critico y me veo en mi padre yo gastando tiempo en estudios o proyectos y mis hijos me miran con cara de "madre mía!" y cada publicación es como las vigas que mi padre lograba soldar e inmediatamente pienso en la siguiente, y mi amada mujer, como mi madre ya ha perdido toda esperanza.


Cuando va llegando la muerte, supongo que uno debe hacer balance y ver si consiguió lo que quería. Igualmente, siendo padre, quieres ante todo transmitir valores y formas de comportamiento a tus hijos, que valoren lo que tu crees que es bueno y desprecien y sepan identificar lo que no es. Mi padre consiguió eso en mi y creo lo hizo bien.


Descanse en paz agradeciéndole todo lo que me dio, juntos, en aquella casa que construimos juntos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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sábado, 27 de noviembre de 2021


Hoy, 27 de noviembre, acabo de perder al que pudiera considerar como mi tercer padre.

Pablo, Marino y Mariano, por ese orden. A Pablo, mi padre,  lo perdí siendo un niño y desgraciadamente me quedan muy pocos recuerdos de él, no tengo   apenas vivencias que pueda recordar con mi padre.

Marino pasó a ser mi padre, y no solo eso sino también el cabeza de la familia y a quien le tocó hacer frente a todos los problemas de la misma. Para mí fue efectivamente quien ocupó la plaza de padre, pues yo era un niño que entonces era cuando empezaba a ir al colegio y la estructura de la familia se iniciaba con él como cabeza.

Mariano fue como el tercer padre, aquel que  con el tiempo fue sustituyendo a los anteriores en las funciones de padre de familia.

Yo era un niño, recién muerto mi padre, cuando conocí a Mariano en Madrid y me llevaban como carabina de la pareja, porque la abuela no aceptaba noviazgos de su hija y menos en Madrid. Recuerdo que me decía mi hermana: vamos a misa a los Sacramentinos. Bueno, íbamos a la iglesia, pero a quien veíamos era a Mariano que nos esperaba por allí, paseábamos, yo veía cosas, ellos hablaban y al cabo de un rato volvíamos con la familia. Así era entonces la cosa.

Por supuesto que el trato de Mariano conmigo ya no era como el padre normal con un niño, conmigo ya era el del colega, el del amigo, el del cuñado. Siempre tenía como principal elemento a la familia, todo lo supeditaba a ello, a poder aportar todo lo mejor para ellos.

Recuerdo una ocasión, lo que no puedo asegurar cuando fue, que me dijo que tenía algo entre manos que no sabía si iba a ser una locura o no, pero creía que podía ser lo mejor para la familia. Y se fue al Sistema de formación profesional obrera del Ministerio de Trabajo. Efectivamente, fue lo mejor que pudo hacer por su familia.

Anteayer, hablando por teléfono me decía que le preocupaba "el apagón". Yo le dije que eso no iba a suceder que no se preocupara de eso porque no sucedería. Quise quitarle preocupaciones, que ya tenía bastantes. Lógicamente me razonaba su preocupación porque decía que él tenía necesidad de luz para su máquina de oxígeno…Ya no la necesitas más, Mariano!

De todas formas, creo que ha sido el turno menos doloroso el que la naturaleza ha decretado. Mi hermana no se va a enterar de nada, si llega a ser al revés, no quiero ni pensar en el padecimiento y pesar de mi cuñado al ver desaparecer  a Victoria. Yo lo hubiera elegido también así.

Como decían los curas "sit tibi terra levis". Adiós, amigo.

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miércoles, 14 de julio de 2021


BETETA PIERDE ENTEROS

Ángel Pulla Dijort/Málaga

Después de los cinco días que he pasado fuera de Málaga, sin husmear con el "ordenata" por esos mundos de dios, me encuentro al volver a hacerlo con noticias e historias que a veces ni me las imaginaba. Además del encuentro con mi pueblo, que hace tres años que no visitaba, y encontrarme con la sorpresa de que si quiero tomar un café por la mañana, tengo que irme a El Tobar o a Vadillos (peor las veredes, Sancho). O no tenga opción de un desayuno, o que cierren el lunes todos los bares y haya que ir al El Tobar a tomar una cerveza.

Los que conocéis, aunque solo sea por encima, la historias del pueblo, os sonará aquello de "Beteta y sus siete aldeas, que el señorío de Molina le tenía asignado a la villa de Beteta ¡ja!

En su día tuvo todas las oportunidades del mundo para haber explotado todos los puntos que pudieron darle un triunfo y un poder social y económico sin ningún esfuerzo.

No hubo forma ni ganas de hacerlo, lo dejaron ir perdiendo poco a poco, hasta que posiblemente cuando quieran recuperarlo, no les sea posible.

¡Que lástima que no haya y ni posiblemente habrá nadie capaz de decir "hasta aquí hemos llegado" y tenga los huevos de tirar "palante"! Yo creo que conozco a quien lo podría y sabrías hacerlo, pero están en otros menesteres, desgraciadamente para el pueblo y afortunadamente para ellos.

Bueno, que yo no me voy a amargar por eso, si el pueblo es así, es  porque se lo ha merecido.

Y por cierto, el hotel Los Tilos se está quedando de dulce, muy bonito y cuando esté terminado habrá que publicitarlo a fondo para que conozcan y aprecien algo que en el pueblo merece la pena disfrutar, además de sus bellezas naturales, que son muchas.

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