sábado, 3 de enero de 2009

Pensamientos pre-navideños de MAYTE TUDEA

 

 

 He escrito un artículo sobre las fiestas de este año para el blog de Amaduma –nuestro amigo Andrés "el genio perchelero" está de vacaciones-, y aún no ha podido incluirlo en nuestra página. El que a continuación remito a mi querido amigo Angel Pulla para su blog, lo preparé las pasadas Navidades como una reflexión personal, y dormía "el sueño de los justos" en una carpeta donde guardo todo aquello que "elucubro" y que no me atrevo en muchas ocasiones a dar a conocer. Leídos ambos, he llegado a la conclusión de que no son contradictorios, sino complementarios, y también el reflejo de mi estado de ánimo y el del país, pues la brillantez  y el derroche de 2008 han quedado considerablemente

atenuadas. ¡Feliz 2009!

 

LA TEMIDA NAVIDAD

 

         Siempre que se acercan las fechas navideñas, se produce en mi interior una dualidad difícil de explicar. Sentimientos contradictorios de ilusión y de tristeza; por un lado, el deseo de quedarme dormida el día 22 de Diciembre y no despertar hasta el 7 de Enero; y por otro, la confección de una lista detallada de las compras: alimentos, adornos, regalos, con la que cubrir todas las "necesidades" –reales o no-, que generan estos días.

 

         Ceo que en estas fechas se origina un fenómeno de "exaltación" en el que todo se agudiza. La amistad se siente más profundamente, el cariño por los seres queridos parece más intenso, los buenos deseos que experimentas hacia los demás son reales, y el vacío de los que se han ido se hace tan presente, toma forma casi corpórea, y la herida cerrada y cicatrizada vuelve a sangrar y duele.

 

         Si caminas por la ciudad embellecida e iluminada, te cruzas, e incluso tropiezas a veces, con las personas que llenan las calles y sostienen paquetes y bolsas; las fachadas de los grandes almacenes atraen tu mirada con el reclamo de sus luces y sus adornos; te detienes en los atrayentes escaparates repletos de sugerentes mercancías, y comprendes que es la gran fiesta del consumo: del consumo sin paliativos, casi obsceno. Y te preguntas:

¿Toda esta celebración no es otra cosa que un montaje para incitar al gasto, a la compra, incluso al despilfarro? ¿Una nueva "conspiración judeo-masónica" de "El Corte Inglés", "Carrefour", "Eroski", "Zara", "Cortefiel", y de los cientos o miles de establecimientos que se benefician con este tinglado?

 

         Mas, cuando la Nochebuena ves llegar a tus hijos, nueras, nietos, vestidos impecablemente, tan guapos todos, y alaban la decoración de la mesa, y los niños se acercan al Nacimiento con admiración, reconociendo en voz alta las figuras "¡mira el herrero, el carpintero, la Virgen, el Niño, las palmeras, los Reyes Magos!", y observas en los azules ojos de tus nietas más pequeñas el chisporreteo de asombro y de emoción, das por bien empleadas las horas invertidas en el Belén; y después, cuando han disfrutado

de la cena, te olvidas del tiempo dedicado a la cocina, de la compra previa, del gasto, lo olvidas todo, y disfrutas con las risas de los mayores y de los pequeños ante los chistes y las ocurrencias que se producen, y te quedas con la imagen de tu familia riendo unida, y vuelves la mirada hacia la silla vacía y -aunque no sabes ni cómo ni dónde-, tienes la certeza de que el ausente también sonríe.

 

         Y cargas las pilas para sobrellevar lo que aún queda. Nochevieja, Año Nuevo, Reyes. ¿Llegaremos vivos al día 7?

 

 

MAYTE TUDEA.

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