viernes, 20 de abril de 2018

EL PROBLEMA DE LA DUALIDAD ESPAÑOLA

Angel Pulla Dijort/Málaga

 

A finales del siglo XIX con el regeneracionismo surge El Problema de España, como mejor forma de designar intelectualmente la identidad española, animada por la aparición de los nacionalismos periféricos.

Varios intelectuales españoles han ido tratando a partir de finales del XIX con sus escritos de aclarar o al menos aportar sus ideas sobre esta dualidad del ser de España.

Desde Joaquín Costa, pasando por Angel Ganivet, dando lugar posteriormente a los enfrentamientos en krausistas y Francisco Giner de los Ríos con sus Institución Libre de Enseñanza. Apareció después una identificación  de Marcelino Menéndez y Pelayo de lo español con el catolicismo ortodoxo, contrastando con la trágica definición intelectual de la anti-España.

Influyó extraordinariamente el desastre del 98 en la relación que se atribuyó también en parte al atraso y la modernidad con España, como si en este caso nosotros hubiéramos quedado anclados en el atraso en cuestiones de decadencia, imperialismo y demás ideas no aplicadas a otras naciones más relacionadas con la supremacía de aquellas fechas como Inglaterra, Estados Unidos, etc. 

En la actualidad, esta dualidad puede estudiarse desde otros puntos de vista, y así aparecer por ejemplo una dualidad laboral, desgraciadamente muy extendida y que pone por medio a  los llamados insiders, frente a los llamados outsiders, es decir los trabajadores bien preparados que ocupan puestos bien regulados y contratos indefinidos frente a los desempleados o que están empleados con empleos precarios, normalmente mal remunerados y con pocas prestaciones.

Estos dos grupos suponen actualmente otra de las dualidades que mayor influencia pueden suponer en la vida actual de  España.

A parte estos conceptos sobre esta mentada dualidad española, me gustaría incidir en la que a mí más me preocupa y que a mi modo de ver es la más peligrosa para todos nosotros: "las dos Españas".

Nuestro admirado poeta D. Antonio Machado, en una de sus obras, Proverbios y Cantares – Campos de Castilla – incluye un pequeño poema titulado "Españolito que vienes", que tiene, como en tantos otros poemas del maestro, la virtud de abrirte el alma al tema del que intenta exponerte su visión o su sentimiento.

Tiene dos estrofas y son suficientes para plasmar su mensaje:

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón

 

¿No os invita a pensar estas dos estrofas en algo tan reiterado por nuestros músicos, poetas, y comunicadores, que han intentado influir en la mentalidad del país para poder modificar este fatal sino que nos tiene sentenciados sin posibilidad de solución?

A saber dónde, si pudiera, elegiría ese españolito nacer, en cuál de esas Españas desearía nacer. Quizá, bien pensado, en ninguna de ellas.  

La base del problema radica en la aparente imposibilidad nuestra de dialogar sobre las distintas posiciones que la sociedad puede adoptar ante cualquiera de los problemas  habituales de la convivencia nacional.

Supongo que será un desequilibrio en nuestra educación, no quiero pensar que deviniera de una falla hereditaria, ni los genes hispanos son distintos a los de cualquier ciudadano de otro país. No es cierto, aquí como en el resto de países se dan mejores y peores caracteres, pero no es posible pensar que eso nos hace más insociables que el resto de ciudadanos europeos.

Vemos dos colores, nada más. O es blanco o es negro, no somos capaces de ver un gris, un azul u otro cualquiera. Así nos arroja a este decidido juego del "mi o contra mí".

Acabamos de pasar unos meses totalmente desafortunados referidos al "problema catalán", al loco deseo de unos cuantos catalanes, que fuera de todo acuerdo o legislación vigente quieren saltar todo el sistema actual, proclamar la república y arrasar los sistemas del resto de catalanes que desean seguir los preceptos legales y exigir que se cumpla lo impuesto constitucionalmente, y en cualquier caso discutir en las cortes y con todo tipo de protocolos necesarios los cambios que sus oponentes desean imponer unilateralmente.

Bien, ahítos de tanta discusión, información, desinformación y desarreglos legales, - como decía un amigo mío, si esto sigue un par de meses, aprendo catalán -, es cuando más claro veo el dilema del "catalancito que vienes al mundo…". No ya el que nace, sino el que vive, ¿en cuál de las dos Cataluñas preferiría vivir? ¿Cuál de ellas puede helarle el corazón?

Estamos viviendo en estos últimos tiempos unos planteamientos con los personajes que se han propuesto dirigir por su cuenta y riesgo toda la vida política, económica, social e intelectual de Cataluña, como si nadie aparte de ellos y sus palmeros tuvieran derecho a aprobar o rechazar sus decisiones, que cuando encuentras que uno – el que se autoproclama el "nomber one" – está huido de la justicia en Bélgica, con él acampan otros tres – lógicamente estos fugitivos no deben contar para nada en Cataluña, más que para entrar en la cárcel cuando vengan -, pero otros están en prisión en España, creo que son tres más. Pero hay otros cinco a seis en libertad con cargos. Hay otros seis o siete pendientes de revisión.

El inicial – al que yo llamaba hace un par años Moisés – inició la andanza de los independentistas y luego fue fulminado por las CUP, que ahora, de pronto, dimite de todos sus cargos y andanzas. Le ha visto demasiado cerca las orejas al lobo. El tercero de los ER también se ha marchado, no quiere más líos con los de la secesión.

El ex quiere montar el numerito y hacerse presidente por el plasma-  con lo que le criticamos a Rajoy cuando hacía sus ruedas de prensa por plasma sin posibilidad de preguntas - , y gobernar desde Bruselas, se encuentra a gusto el jefe allí en su retiro.

Es de suponer que la otra parte de los catalanes, los que no están de acuerdo con estos, dirán algo, se opondrán a este tejemaneje y exigirán que se cumplan las leyes y que los señores pendientes de juicio sean juzgados antes de intentar ejercer ningún tipo de cargo.

Y quién les ha preguntado en que parte de las dos quieren vivir, o si ya tenían elegida una y se la han secuestrado.  

Por otra parte no llego a entender el sistema de cerrazón que conllevan esas dos posturas tan enfrentadas entre paisanos que al parecer hace solamente unos años, o unos meses, se llevaban y se entendían perfectamente o al menos se sobrellevaban y toleraban todos.

Existen dos posturas:

-         Independencia, el proçes, la república,

-         Constitución, artículo 155, leyes del estado,

Vale, pero ¿qué hacemos con el paro, con la enseñanza, con la sanidad, con el orden público? ¿De qué nos sirven las anteriores posturas si no tenemos preparado un sistema que acabe con todos los lastres que arrastramos y además estamos dando lugar a una huida general de empresas y de inversiones que está arruinando el sistema laboral y financiero de Cataluña?

¿Cuál de estas dos Españas (Cataluñas) prefieres que te hiele el corazón?  

 

  

 

 



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