miércoles, 17 de diciembre de 2008

FELICES FIESTAS

 

 

 

Quiero desearos a todos los que de vez en cuando nos leéis, nos criticáis (desgraciadamente no lo habitualmente que nosotros desearíamos), a todos los que os gusta lo que se dice – especialmente lo que dice mi amigo Tomás, que es un fuera de serie -, y en definitiva a todos vosotros amigos, que paséis unas muy felices fiestas navideñas y que os espere un venturoso año 2009.

 

MUCHAS FELICIDADES Y UN FUERTE ABRAZO A TODOS.

 

Ángel Pulla   

MALAGA: PERTENECES A ELLA...

Mayte Tudea

 

 

 

Mediados los años sesenta, tuve la fortuna de desplazarme a vivir desde las brumas lluviosas del Norte, a los limpios e intensos azules de este cielo del Sur. El cambio me produjo una impresión tan intensa, de la que transcurridos más de cuarenta años,  aún no he podido ni querido recuperarme.

 

Recuerdo que llegué a Málaga en plena canícula. Era un tórrido mes de Agosto, en el momento álgido de la Feria –que por entonces se celebraba en el Parque-, con una temperatura que sobrepasaba los cuarenta grados.

 

Contemplé la fiesta caminando desde la Plaza de la Marina, escuchando la sonoridad refrescante de su antigua fuente, su chorro de partículas de luz; descubrí en la semipenumbra del anochecer la figura grácil y bruñida del cenachero, y entre las veredas frondosas del parque, divisé la fachada majestuosa del Palacio de la Aduana precedida por sus largas y frágiles palmeras, que me parecieron enormes plumeros. Continuamos por el paseo dejando atrás las columnas del Banco de España, la belleza ocre de la fachada del Ayuntamiento; desembocar en los bellos jardines de Puerta Oscura –de nombre tan evocador para mí-, y de nuevo, el frescor de otra fuente, la de las Tres Gracias, una frescura que entonces llegaba mezclada con el olor salobre del mar hasta el que llegamos caminando y que percibí como una enorme masa oscura y quieta, perfumada de sal y de misterio.

 

Rodeamos la farola, y la sentí femenina, como su nombre; y al regresar a la algarabía de la Feria, al colorido de los trajes, a la alegría, a la música y al olor a nardos, me sentí embriagada sin haber probado aún ni una copa de vino. Aunque la comparación pueda parecer exagerada, fue como si a un esquimal lo trasladaran al desierto del Sahara. ¡Impactante!

 

A lo largo de todos estos años de disfrutar de esta ciudad y de padecerla en otras ocasiones,  la he recorrido con morosidad y con premura; la he visto transformarse, extenderse, crecer,  -demasiado en vertical-, y convertirse en una ciudad moderna, embellecida, notablemente mejorada, pero también incómoda, ruidosa, y dolorosamente sucia.

 

Sin embargo, las ciudades siempre son como las descubrimos. Basta únicamente con que la brisa me traiga el olor a azahar, a nardos o a jazmín para que el corazón se acelere, los recuerdos se agolpen y reviva el deslumbramiento que sentí aquel anochecer de Agosto, envuelto en una nostalgia agridulce.

 

Esa tenue tela de araña que Málaga tejió a mi alrededor, apresándome, embrujándome, logrando que nunca me sintiera extraña en ella, aún permanece flexible pero firme, y me cobija y protege.

 

Recuerdo aquel refrán de mi abuela, "uno es de donde pace y no de

de donde nace", y compruebo cuánta verdad encierra. Es el lugar que elegimos para vivir y no el que nos eligió para nacer, el que nos marca y nos define.

 

         Y en el instante preciso en que sientes que esa tierra adoptiva te duele, incluso te hace sufrir, comprendes, sin ningún género de duda, que perteneces a ella.

 

EVOCACIÓN

Mayte Tudea

Evoco a Málaga como la conocí,

aquella cálida noche de verano,

tan perfumada de nardo y de jazmín,

¡y el amor que me llevaba de su mano!

Era un volcán su parque, tan frondoso,

una explosión llena de luz y de color,

era su Feria un revuelo tumultuoso,

¡yo iba prendida de la mano del amor!

La Catedral señera y majestuosa,

piedras e historia del Teatro Romano,

Plaza de la Merced, tan bulliciosa,

¡y el amor me sostenía de su mano!

Bellos jardines los de Puerta Oscura,

aquella noche me embriagaron con su olor,

Málaga, música, baile y donosura,

¡yo iba guiada por la mano de mi amor!

La Alcazaba erguida y dominante,

el Palacio de la Aduana tan ufano,

Fuente de las Tres Gracias, refrescante,

¡y el amor me conducía de su mano!

Por fin el mar, sereno y misterioso,

me sumergí entre sus ondas sin temor,

y quedé en ese instante prodigioso,

¡unida a esta ciudad por el amor!

lunes, 8 de diciembre de 2008

PABLO SERRANO – ABOGADO

(Cuento popular – serrano/ 3ª parte)

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

En principio, exigió a todo el mundo que le llamaran Pablo. Se acabó el Pablito. El era Pablo, Pablo Serrano, o Ángel, como le llamaban los compañeros (camaradas, decían ellos). Así es que, al cabo del tiempo, casi todos los conocidos le llamaban por ese sobrenombre, Ángel.

 

Cuando llegó a la Dirección General, en Sol, comenzó el verdadero "acojonamiento".

 

Allí empezaron los interrogatorios en cadena, sin miramientos, como si cada uno de los allí detenidos, de antemano, fuera culpable de todos los males que asolan la tierra.

 

Declaró qué hacía en el despacho, por qué trabajaba allí, qué hacía. Pero en lo que más insistían continuamente es por qué a la hora de los hechos él no estaba en el despacho y se encontraba, precisamente a esa hora, en la calle.

 

Comprobó con una enorme sorpresa, que estos señores sabían de su vida mucho más de lo que él hubiera podido imaginar. Incluso de su paso por el instituto, de sus aficiones, sus gustos, sus lecturas… todo.

 

Lo peor de todo fue cuando salió a relucir su trabajo en el almacén y su relación con el Sr. Matías, convicto y confeso militante del "partido". Pablo negó su pertenencia al mismo, cualquier contacto, cargo o conocimiento de su organización… Es igual, daba la sensación de que habían "agarrado bocado" y no estaban dispuestos a soltarlo de ninguna manera.

 

Lo importante aquí era mantenerse fuerte, convencido de lo que hablas, sin contradicciones, y hasta ahora así lo estaba consiguiendo… ya veremos hasta cuando.

 

De pronto entra en escena un señor, pocos años mayor que Pablo, muy arreglado, bien vestido y que como primer saludo, le dice: "Hola, Ángel".

Pablo se queda helado cuando oye este saludo. Esto ya se ha puesto realmente serio, ahora sí se encuentra acorralado.

 

Buscando aire y un momento de tranquilidad para su angustia, desvió la mirada de la cara de este policía y dedicó unos instantes a pasar revista a toda su vestimenta. Y de pronto se le iluminó la mirada. Vio en el cierre de su  "mariconera" una insignia exactamente igual que la que le regaló, hace muchísimos años, un señor que dijo llamarse "Nadie", en el pajar de su casa cuando era un niño de tres años…

 

Sacó la suya de la cartera y la enseño al policía, diciendo que era muy extraño, no había visto ninguna igual… Todo cambió. Eso dio un vuelco a su situación. Tiempo después vería que aquel gesto cambió radicalmente su destino. Aquella insignia le salvó la vida, la carrera y su situación…

 

"Yo me hago cargo del detenido. Del interrogatorio y de su destino" Así paso Pablo a depender de un desconocido, que tenía una insignia igual que la suya.

 

Lo llevó a su despacho, rehicieron la declaración donde quedaba claro que Pablo era totalmente ajeno a cualquier operación comunista o terrorista que se le imputaba, y una vez firmada, se le entregó copia para su "utilización cuando conviniera".

 

Le entregó una tarjeta y le advirtió que acudiera a él siempre que tuviera algún problema de orden policial. Y que no fuera enseñando la insignia a cualquiera. Un abrazo y adiós.

 

Salió y dudó si acudir a su trabajo, o no acercarse jamás por el despacho. Optó por acudir, puesto que él figuraba como personal del despacho y nadie le había comunicado su baja.

 

Llegado al despacho encontró al resto del personal – abogados, pasantes, administrativos, etc. – y las nuevas incorporaciones. Besos, saludos, y preguntas… Pablo dijo que le habían tratado bien, le habían interrogado y al no encontrar nada raro en su declaración le habían dejado ir.

 

Entonces se enteró de lo que había ocurrido el día del atentado. Habían muerto tres de los abogados y dos clientes, que se encontraban en el despacho en aquel momento. Al parecer todo fue obra de un comando de extrema derecha, y que todo estaba en vías de solucionarse. El debía acudir al día siguiente a la Dirección General y preguntar por el inspector Javier Zamora, antes de las 12 de la mañana.

 

Cuando llegó a ver al inspector Zamora, encontró que era el mismo señor de la insignia, que le saludó con mucha amabilidad y que le invitó a acompañarle a desayunar a la calle.

 

En la cafetería buscaron una mesa apartada y se sentaron a tomar su café con churros.

 

Nos vamos a tutear, comenzó diciendo el inspector, y antes de nada quiero decirte que en lo sucesivo, bajo ningún concepto debes tratar, ni hablar, ni dejar que nadie hable contigo, delante de Goyo Sainz, tu antiguo compañero de instituto.  Gracias a él tenemos en la Dirección un excelente informe tuyo, completo. Está matriculado en Filosofía, aunque no sigue ningún tipo de estudios, simplemente es de la Social, y desarrolla allí su trabajo.

 

Después de este anticipo, quiero que conozcas por qué yo, que debía haberte interrogado hasta que me dijeras que eres un militante del partido y cuales son tus camaradas y misiones, te estoy ayudando e invitando a desayunar.

 

Mis padres son de un pueblo muy cercano al tuyo. Mi padre ya murió hace unos años. Estuvo durante unos años trabajando en Francia, era exiliado, y por influencias de algunos de mis jefes, pude traerlo a España y trabajar en una empresa de automóviles en Barcelona.

 

Antes de morir, me contó una historia, que solo la conoce él y alguno más, pocos y que tampoco a mi me interesa que se conozca. Me habló de que aquellas personas a las que encontrara en mi vida con una insignia como la que me dio, esas personas habían contribuido a salvarle a él la vida y a ayudarle a sobrevivir. Puedes contar conmigo para todo lo que necesites, y te estoy muy agradecido.

 

Posteriormente nos hemos visto en varias ocasiones, aunque afortunadamente, nunca he vuelto a necesitar su ayuda.

 

Pablo terminó su carrera, siguió militando en el "partido" y en el año 1977 se presentó a las elecciones, siendo elegido diputado por Madrid.

 

Unos años después volvió a su pueblo y allí recogió datos y documentos sobre un señor llamado Pedro Zamora, padre del inspector Javier Zamora, su amigo.

 

Todo lo que conoció, le animó a presentar un acto de reconocimiento y desagravio a este señor, y así lo hizo. Llevó a varios diputados y otras personalidades a su pueblo natal, Beteta. Los llevó a los Baños de la Rosa, donde él había nacido y pasado sus primeros años, y se realizó el reconocimiento a unos de los mejores médicos que hubo en aquellas tierras, D. Pedro Zamora, y que debido a sus ideas se vio obligado a esconderse durante varios años por los montes de la sierra conquense, durmiendo, cuando podía, en el pajar donde un niño de tres años conoció a uno que dijo llamarse "Nadie".   

 

Pablo Serrano dejó la política y se dedicó a conciencia a la abogacía, destacando en un gran holding internacional, del que formó parte, desplazándose continuamente por Europa y EEUU para el desarrollo de su cometido.

 

En este tiempo supo, casualmente, cual hubiera sido su futuro, de no haber mediado su amigo el inspector Zamora. Hubiera sido expedientado y perdido la posibilidad de seguir su formación universitaria y condenado a treinta años de prisión, lo que habría supuesto su hundimiento personal definitivo.

 

Por supuesto, esto afianzó su amistad con el inspector y de ahí partió la idea y la posterior realización de una empresa común de importación y exportación, que con el tiempo les aportó, además de pingues beneficios, algunos quebraderos de cabeza.

 

Hasta aquí llegan mis conocimientos sobre la vida de Pablo Serrano. No sé si alguna vez, cuando nos encontremos de nuevo, quiera contarme algo más de sus vivencias.

 

No pienso presionarle para que lo haga. Quizá, en una noche de verano, sentados aquí en la terraza, y con una botella de buen vino delante… ¡ah! y un  plato de buen queso manchego curado, que también le encanta, quizá…

 

A mí me basta con conocerle, con su amistad, y saber que todavía existen personas interesantes que merecen la pena.

 

 

sábado, 6 de diciembre de 2008

                   FILOSOFÍA Y VIDA COTIDIANA.

(2ª parte)

Tomás Morales Cañedo/Prof. Filosofía

 

 

PERO…hay otro tipo de deseos, que, una vez satisfechos, producen mucho placer. Son los Deseos de SOCIABILIDAD.

         Todos tenemos el deseo de amar y de que nos amen. De amar y de sentirse amado. De corresponder y de ser correspondido. El placer de la amistad. El placer del amor del varón y la mujer, de los hijos, de los vecinos, de los amigos íntimos.

         El placer de hablar y notar que te escuchan, que tus problemas les interesan, pedir ayuda y sentirse ayudado. El placer de dialogar, de cambiar impresiones, repreguntar y de responder, de intercambiar, de pedir y de dejar…..Son los deseos SOCIALES. Sentirse apreciado, estimado, valorado. Notar que caes bien a la gente. Que estás bien considerado ante ellos. Que gozas de prestigio. Que te reconocen tu valor y tu valía. Sentirse bien, ya no consigo mismo, sino con los otros. Compartir ilusiones. Alegrarte de la ventura del otro y hacer partícipes a otros de tus venturas. Placeres compartidos.

 

         La soledad, impuesta, obligada, debe ser un intenso dolor vital. Sentir que la lengua se engarrota de no usarla y que los labios se atrofian de no sonreír, debe ser espantoso.

 

PERO…

         Hay un tercer tipo de placeres. El placer de inventar, el placer de crear, el placer de hacer cosas nuevas. Crear es hacer que algo excelente que antes no existía, exista.

 

Ese soneto de Mayte, que antes no existía y ahora sí existe. El placer de crearlo. Esa reflexión de Ángel sobre la esclavitud, ese artículo sobre "que no te dé yuyu" de Andrés. Esas cosas que antes no existían y que si existen es porque tú las has hechos. El placer de estarlo haciendo. El placer de haberlo hecho.

 

         Son los placeres de los artistas, de los escritores, de los poetas, de los inventores, de los pensadores….

 

         Fíjate en ese niño, que es feliz cuando come y bebe y duerme… Pero cuando el niño le dice a su madre: "mamá, mira lo que hago" (aunque sea darle la vuelta pineta en la cama).Es el placer del niño que está creando algo nuevo para él (tercer tipo de placeres que hemos dicho), pero también quiere, desea, que la madre lo mire y se lo reconozca. ¡pero qué listo eres!, ¡pero qué bien lo has hecho!" y al niño se le hincha el pecho de placer, es el placer social (el segundo tipo de placeres, que hemos dicho).

 

         Nosotros, ahora, tenemos muchas más cosas. ¿Somos felices? ¿Podríamos ser más felices? ¿Con qué? ¿Qué necesitamos aún?".

 

         Ese filósofo del que les hablé al principio, Epicuro, dice "si quieres hacer feliz a Pitocles, no aumentes sus riquezas, disminuye sus deseos".

         No es el "tener" sino el "no desear" lo que no es deseable.

         La solución, teóricamente, es fácil. Si la felicidad consiste en tener satisfechos los deseos, en satisfacer las necesidades, cuantas menos tengas, cuantas menos te crees, más fácil será calmarlas y colmarlas.

         Y si esos deseos pueden ser fácilmente satisfechos, mejor que mejor. Si te propones como objetivo saltar dos metros de altura la insatisfacción la tienes asegurada, porque la frustración habitará contigo. Serás infeliz. No te propongas lo que no puedas conseguir o sea dificilísimo conseguirlo.

 

         Fijaos cómo funciona la sociedad opulenta en la que ahora nos movemos.

         La sociedad clásica funcionaba de otra manera. Se estudiaban los deseos, las necesidades de la gente, luego se fabricaban las cosas, uno las compraba, satisfacía su necesidad y era feliz.

         La sociedad opulenta de hoy no funciona así. Hace unos estudios de mercado. ¿Qué pasaría si yo sacase al mercado tal producto? ¿Cuáles serían las expectativas de venta?..

         ¿lo necesita, eso, la gente? Seguramente NO. Pero se trata, entonces, de crearle a la gente esa necesidad. Ya se encargará, luego, la gente de ir al mercado a adquirir mi producto.

 

         A cualquier persona insatisfecha ( o sea, a todos, a cualquiera, porque nadie, nunca, está totalmente satisfecho) hay que hacerle ver (para eso está la publicidad) que la causa de su insatisfacción es el no tener esa crema exfoliante, reafirmante y…. o ese coche que en 8 segundos pasa de 0 a 100…. Y como todo insatisfecho, quiere estar satisfecho, a comprarlo.

         PERO…. Estos productos que prometen satisfacciones, tienen una fecha de caducidad inmediata. Porque inmediatamente sale otro sustitutivo, más pequeño y más caro pero que promete más satisfacciones, por lo tanto…. Estás enredado, porque has caído en las redes.

 

 

         Como no te des cuenta y entres en el juego, siempre, llevas todas las de perder. Te has inscrito, sin saberlo, en una carrera que no tiene fin. Y estarás corriendo, sin parar, y sin parar de pagar.

 

         ¿No os habéis fijado que en esta sociedad opulenta en la que vivimos hay una gran cantidad de empresas que se dedican a actividades de ocio, a tenerte siempre ocupado? Ya, antes de que acabes una actividad, que acabas de pagar o que todavía no has terminado de pagarla ya quieren que te embarques en otra. Sin darte tiempo a disfrutar de la preparación, de la realización, de la digestión de la misma.

 

         Aurora y yo acabamos de llegar de Valencia, Murcia y Cartagena. Hemos comido paella valenciana y bebido vino de Utiel. Placeres corporales.

          Hemos hablado con personas maravillosas que se te ofrecían a darte explicaciones de monumentos a visitar y de que como era lunes teníamos que ir a la Parroquia de San Nicolás para ver el espectáculo de las mujeres casaderas cómo entran y salen siete veces de la iglesia. Placeres sociales.

         Hemos estado, nos hemos empapado de la Ciudad de Las ciencias y de las Artes, de las catedrales e iglesias, de teatros romanos y murallas,…. Placeres creativos.

 

         Una vez ingeridos, hay que permitir que se haga la digestión.

         Placer de hacerlos. Placer de haberlos Hecho. Placer de recordarlos.

 

         Si fuéramos más sensatos descubriríamos que hay tantos cotos cercanos, a mano, en los que se puede cazar.

         Tantos placeres a mano que se pueden disfrutar….

         ¡Tantos campos inexplorados y felicitantes!

        

 

         El mejor tipo de Inteligencia es, y será, siempre, por una parte la inteligencia compartida, la inteligencia social, la que entrecruza ideas y proyectos, que mutuamente se mejoran.

         Este tipo de inteligencia produce más placeres que la inteligencia individual.

         Y, por otra parte, está la Inteligencia bondadosa, la que propone y  lucha por proyectos superiores, por creaciones beneficiosas. Las dos, conjuntamente, intentan mejorar el mundo.

 

 

 

 

         La realidad está siempre preñada de posibilidades, siempre está en estado de buena esperanza, como el arpa de Bécquer, esperando la mano… La realidad siempre puede dar más de sí. Y son estos tipos de inteligencia, la social y la bondadosa, las que hacen nacer esas mejoras para bien de todos.

 

         El gran fracaso de las parejas actuales es que creen que, una vez en la convivencia, pueden seguir sólo con sus proyectos individuales. Como si la pareja fuesen dos líneas paralelas. En la convivencia tienen que surgir nudos. Y los nudos no se desanudan tirando cada uno por su parte. Las parejas no son conscientes de que la unión necesita/exige   un proyecto común, que es distinto y debe ser superior  al individual de cada uno.

         Lo ideal es que no se interfieran, llevando ambos adelante.

 

         Recuerdo cuando mi hija Estela se casó en Madrid, por lo civil, que me encomendó el discurso o el sermón y le recalcaba que se acostumbraran a contar, lentamente, hasta 10 antes de decir y de hacer nada.

         Que más de una vez deberían sacrificar parte de sus proyectos personales por el bien del proyecto común. Que el matrimonio no son dos, uno más uno. La suma de uno más uno, en una convivencia, es más y distinto que dos.

 

 

TEXTO DE EPICURO.

 

         "Para lo que es necesario por naturaleza, toda adquisición es riqueza, pero por referencia a la infinitud de los deseos, hasta la mayor riqueza es pobreza".

        

         "Consideramos un gran bien el bastarse a sí mismo, no con el fin de poseer siempre un poco, sino para contentarnos con poco en el caso de que no poseamos mucho; legítimamente persuadidos que gozan de la abundancia del modo más dulce quienes menos necesidad tienen, y que es fácil todo lo que la naturaleza quiere, y difícil lo que es vano….."

        

         "Si quieres hacer rico a Pitocles, no le agregues riquezas, sino disminúyeles sus deseos…"

        

         "Me hallo pleno de placer corpóreo cuando vivo a pan y agua, y escupo sobre los placeres de la lujuria, no por sí mismos, sino por los inconvenientes que los acompañan".

 

 

         (La amistad es preferible al matrimonio, para él, más ventajas y menos inconvenientes).

 

         "Aquel a quien no le basta lo poco, a ése no le basta nada…"

 

         "Si a alguien no le parece suficiente lo suyo, aunque sea el amo del mundo, es un miserable, un mísero…"

 

         "Pues ninguno de los insensatos se contenta con lo que posee, sino que se aflige más por lo que no tiene. Como los que tienen fiebre, que por la malignidad del mal tienen siempre sed… pues así los enfermos del alma carecen siempre de todo, y son impulsados por la avidez a los más variados deseos."

lunes, 1 de diciembre de 2008

LA FILOSOFIA DE LA CIENCIA, O LA CIENCIA DE LA FILOSOFIA, O…

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Al presentar la bibliografía del curso de Historia y Filosofía de la Ciencia, el profesor D. Antonio Diéguez nos habló de varios autores y entre ellos de los Srs. Sellés y Solís, autores de "Historia de la Ciencia". ¿¡Cómo me hizo esto, Antonio!?

 

Bien. Yo que soy un buen alumno, muy aficionado al estudio, atento en clase, tomador de apuntes, y…, me puse a estudiar el citado libro, sin haber tenido la precaución de medir mi capacidad de meterme en algunos berenjenales.

 

Al día de hoy, finales de noviembre del 2008, año en el que como saben mis amigos, repito curso – yo creo que es que el profe me tiene "enfilao" porque el curso anterior yo lo tenía muy bien preparado, pero… - pues como decía repito curso y voy a peor.

 

Inicié el curso con más interés, preparación y concentración que nadie. Desde el primer día, aparte de mis clases, apuntes y demás consultas, me propuse estudiar cada día una hora del citado libro de los srs. Sellés y Solís. Viendo que no avanzaba lo suficiente, amplié el tiempo de estudio a dos horas diarias (según veo el resultado, me temo que deberé ampliar a tres o cuatro horas).

 

Quizá sería conveniente someterme a algún tipo de evaluación, lo consultaré con mi amigo Tomás que está muy al día en asuntos de psicólogos, para que alguien pueda opinar si mis conocimientos sobre la historia y la filosofía de la ciencia responden a la realidad o son simplemente elucubraciones mías, alucinaciones y confusiones de personajes, fechas, lugares y hechos…

 

Yo tengo unos cuantos puntos muy claros, sobre los que tengo basado todo mi conocimiento sobre la materia, y en los que quiero apoyarme para conseguir, no ya un triste aprobado – con el que no me conformaría -, sino una nota entre notable y sobresaliente, que es mi ilusión.

 

Tengo a Copérnico con su  demostración de su teoría del "geocentrismo".

 

A Galileo, seguidor de las teorías de Aristóteles, intentando demostrar que todo el sistema solar gira alrededor de la tierra.  No sé exactamente si fue él quien afirmó que  los planetas, la luna y el sol eran unas esferas perfectas o… Bueno, esto tengo que aclararlo un poco, no estoy seguro si fue a Galileo o a Ptolomeo a quien quisieron convencerlo de que su amigo Belarmino quería que confesara que la tierra se movía alrededor del sol ¿o era que todo el sistema giraba en órbitas circulares alrededor de la tierra?

 

Debo volver a preparar un poco esto de Galileo…

 

Newton demostró una gran admiración por el libro conocido como Principia, escrito por Copérnico, y que dio lugar a la Revolución Científica.

 

Mostró un gran apoyo a las teorías de Descartes, y ayudó en el desarrollo de las leyes de Kepler sobre la gravitación universal, así como las leyes de la Dinámica de Descartes.

 

Creo que necesito una mayor intensidad en el estudio de estas Leyes de la Dinámica, que si mal no recuerdo son tres: la de la armonía, la de la fuerza de intervención y la de acción-reacción (coño, esta la he clavado).

 

Bueno, como veis, tengo bastante bien preparado este trabajo del curso actual, y así espero que mi profesor, cuando le presente mis proyectos, verá que la lectura del libro "Historia de la Ciencia" ha hecho milagros en mi conocimiento sobre el tema, y le obligará a reconsiderar mis calificaciones para el presente curso.

 

 Sin embargo, un auto-examen me ha demostrado que me encuentro en una "estanflación" intelectual de gran calado. Me encuentro en un momento de nula producción de mi intelecto, y la acompaño del más bajo índice de mi nivel de adquisición de nuevos elementos formativos culturales. Estanflación, necesito un proyecto de salvación urgentemente. Voy a elevar a tres horas la lectura del libro de Sellés y Solís…

 

De cualquier forma, tengo decidido pedir al profe que mi examen de valoración se haga sobre la Teoría Cuántica, es donde menos competencia voy a tener.

 

El año pasado suspendí por haber basado mi postura en Darwin. No valoré debidamente a mi oposición con las creacionistas, y me derrotaron. Pero con la preparación que ya he demostrado anteriormente y mis próximos estudios de Mr. Planck y cía espero conseguir este año, al menos un notable.

 

Luego quiero también atacar a ese tal Einstein, que me tiene acobardado. No es normal que una persona con veinticinco años se ponga a publicar y además de, al parecer, acertar en lo tratado, conseguir que lo lea todo el mundo. Y eso sin internet…   Yo llevo un año publicando en mi blog, y me leen cuatro gatos, y además tengo más del doble de años que el Einstein… Me acomplejo. Me dedicaré a la Cuántica

 

Noviembre de 2008