jueves, 22 de junio de 2017



QUIZA NO SIEMPRE ACIERTA

Angel Pulla Dijort/Málaga


(Este artículo se publicó en la revista de Amaduma de Abril 2017)

 

No estoy seguro de que el pueblo siempre acierta cuando elige por mayoría a sus representantes. Opino que más bien, yerra en la mayor parte de las ocasiones.

Lo que sí es cierto es que nadie está autorizado a quitarle la razón y menos a revisar gratuitamente sus decisiones. Esas son sagradas.

Pero no logro entender cómo tantas personas pueden equivocarse a propósito a la hora de elegir a una persona, cuyo único fin es guiarse por su instinto financiero – propio beneficio, por supuesto – y despreciar olímpicamente todo tipo de actividad, independientemente de quien lo aconseje, que encamine a promover fines distintos al propio ego.

¿Verdad que no es posible admitir que, si esto es conocido por todos, esta persona consiga el beneplácito general del personal?

He de revisar en parte mis convicciones después de ver un detallado documento sobre los semilleros de gran parte de esos votos que han decidido otorgar a alguien el poder.

El resentimiento no debe decidirnos a hacer o no algo en que nos jugamos aspectos muy importantes en nuestra vida. Nunca estaremos seguros de que ese sentimiento sea realmente producido por aquellos a quienes nosotros culpamos y no por nuestra propia cerrazón u obstinación.

Hay una frase de Samuel Butler que podía obligarnos a meditar sobre algunas posiciones. "Los más obstinados suelen ser los más equivocados, como todos los que no han aprendido a dudar".

Las elecciones van precedidas de unas campañas, donde la publicidad es importantísima para ayudar a conseguir que cualquier tipo de formulación hecha con todas las condiciones que los especialistas en publicidad aplican a sus campañas, ayuden a presentar unos resultados extraordinarios.

El candidato presenta unas premisas especiales e insustituibles en su programa, donde quiere hacer que gravite toda su fuerza en esa campaña. Prepara sus cinco o seis puntos sobre los que basará toda su fuerza, y en los que quiere centrar todos los focos de sus actuaciones.

Y ahí está precisamente la habilidad de esos publicistas para conseguir que unos cuantos de esos puntos se destaquen sobre los demás. Que sean precisamente los dos, tres puntos que más llamen la atención del mayor porcentaje de votantes, que ni siquiera serán después capaces de parar a discernir si el total de su propuesta les conviene o, incluso, si les puede perjudicar gravemente. No, no se lo van a plantear, es suficiente con los dos o tres puntos fuertes que han oído. Lo demás, ni siquiera es abordable.

"Voy a cerrar con un muro…" "Voy a extraditar a todos los que vengan sin papeles…" "Las mujeres no interesan más que para sus quehaceres y la cama, no sirven para nada más…"

Y recoge una votación con mayoría en esos sitios, donde habitan miles de personas que han venido sin papeles, aunque posteriormente hayan obtenido algún tipo de documento que le dé la sensación de legalidad. Y le siguen y aplauden un sinfín de mujeres, muchas de ellas además inmigrantes. Inaudito, es increíble esa forma de juzgar un proyecto.

El proteccionismo de Trump se topa ahora con uno de los sectores que le aupó a la Casa Blanca. El corazón rural de América está que trina con este señor a quien votó en grupo, dando salida a la ansiedad acumulada por la recesión en campo texano, por ejemplo.

Pero ahora, debido a la agenda proteccionista del presidente, se encuentran con más de ciento treinta compañías productoras, exportadoras de productos agrícolas, que representan a cerca de veinte millones de productores y asalariados, que ven la posibilidad de reducirse sus exportaciones a sus vecinos del NAFTA (Canadá y México) en más de un 30% del total vendido actualmente.

Estos vecinos y consumidores, grandes consumidores, pretenden reaccionar con la misma moneda que se les amenaza a ellos, la subida de aranceles. De ello ya tiene EEUU muestra hace unos pocos años por parte de México.

Los representantes de las grandes empresas exportadoras advierten de que "ampliar el acceso a mercados internacionales es esencial".

Por esto mismo es por lo que comento anteriormente que me causa pavor ver lo que este señor puede causar, no solo a América, sino a todo el resto de Occidente. Leo en un artículo de Manuel Jabois en conversaciones con Darío Adanti, que éste comenta que "el problema viene cuando nos demos cuenta de que la anormalidad de Trump es la pauta de normalidad para la gran parte de los pobladores de Occidente. Ese es el miedo".

A mediados de marzo parece que este señor ha dejado en tono bajo su manía de dejar "bocinazos" con sus mensajes de twitter matinales, anunciando qué tipo de ocurrencias se le han ocurrido a él a cualquiera de sus ayudantes esa noche. Es posible que alguien le haya avisado de los inconvenientes de sus ocurrencias. Por lo pronto, de sus más cuarenta y cinco millones de votos obtenidos en Texas, tiene más de la mitad en contra cuando no llega ni a los cien días de gobierno.

Esperemos que las personas sensatas de ese país, encuentren soluciones adaptables a estos tiempos. Como decía Jordi Costa: "en tiempos duros se necesitan carcajadas fuertes".     

El escritor D. Arturo Pérez Reverte decía que "en España se fabrican más tontos que botellines". Sí señor. Pues también en los Estados Unidos de América.



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