¿ES MEDIBLE EL AMOR?

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

 

"No hay máquina – dijimos a las compañeras – capaz de medir el amor. No es posible medir la cantidad de amor".

 

Ellas insistían en que el amor es medible, tiene su medida como cualquier otra experiencia física del cuerpo.

 

Estábamos tratando de la verificabilidad de las proposiciones científicas. No sé exactamente por qué, cuando tratábamos de la verificabilidad en sentido débil, que es cuando es posible hacerlo probable, salió a relucir que un enunciado es indirectamente verificable, si se cumplen una serie de condiciones. ¡Ahí salió – no llego a entender el por qué – el amor que siente el corazón! …  

 

Seguimos hablando de Carnap y de Hempel, e incluso cuando ya habíamos llegado a tratar de la "falsalidad" de las proposiciones científicas, con nuestro Kart Popper, y su Lógica de la Investigación Científica,… todavía estaba coleando el intento de medir y pesar el amor…

 

-Mirad, el amor no es medible. No tiene peso, no tiene talla, no es una materia, es un sentimiento… Los sentimientos no pueden medirse. El que los siente puede estimar subjetivamente su extensión, su intensidad…

 

-Bien, habéis dicho que el amor es un sentimiento ¿no?

¿Puede medirse el dolor? Decidme si es posible medir el dolor.

 

-Sí, es posible. Mediante la escala EVA es posible medir la intensidad del dolor.

 

-Por tanto, si el dolor es un sentimiento y el amor es un sentimiento, no entendemos la causa de que uno pueda medirse y el otro no.

 

-Error de base. El amor es un sentimiento. El dolor no es un sentimiento, el dolor es una sensación. La siente el cuerpo, alguna parte del cuerpo. El amor no lo siente el cuerpo. No está situado en un punto determinado. No habléis del corazón, de tal sitio, o tal otro… el amor reside en el cerebro. Y el pensamiento – pese al poeta – no duele.

 

 

 

-Es que nosotras sentimos el amor ¡lo sentimos en nuestro interior! Si se siente con tal intensidad, necesariamente tiene que ser medible.

 

-Ese sentimiento es un   pensamiento, no es una sensación. No hay método, ni aparato, ni máquina alguna capaz de efectuar la medición de un sentimiento…

 

Nos hablaban de sentimientos religiosos, de amor entre hermanos, de caridad, de…

 

En principio, no debemos mezclar unos sentimientos con otros. La religión es una creencia. La caridad es una virtud teologal. Si se traduce en limosnas, etc., entonces sí puede ser medida…

 

Cuado quisimos darnos cuenta, en medio de esta discusión sobre medidas, sensaciones, sentimientos…, ya teníamos  el criterio de falsabilidad  sujeto a críticas. Aparecieron los srs. Kuhn, Lakatos y Feyerabend asegurando que las teorías científicas no son falsables porque choquen con alguna observación o experimento.

 

Ya no me queda más remedio que pedir al profesor Antonio Diéguez que recupere la parte que me he perdido en mi discusión, y a mis amigos Tomás y Andrés que volvamos a enfrascarnos en Popper, y con su problema de la base empírica.   

 

Temo que si el próximo año tengo que repetir curso (no lo diré en casa para evitar las reprimendas de mis hijas y mi esposa), terminaré dudando de mi capacidad de distinguir entre sentimientos y sensaciones, hablándole de tu a Mr. Popper y apoyando firmemente la duda metódica de Descartes. Lo peor es que dada mi escasa habilidad deductiva, temo que no sabré distinguir "si pienso porque existo o existo porque pienso"…

 

Eso sí, soy un ciego seguidor de Darwin, alucino con la sabiduría de Einstein y me he dado cuenta de que la Teoría Cuántica es un "asunto que tiene mucho Planck"