martes, 23 de septiembre de 2008

CRÍTICA, CRITERIO, CRISIS.

        

         Tomás Morales Cañedo/Profesor de Filosofía

 

         Para poder "criticar" hay que tener un "criterio". Se "critica" desde el "criterio". Sólo desde él pueden aducirse, invocarse, razones.

         Yo, que, por principio, no cedo ante las personas (el argumento más débil siempre ha sido y será, al menos para mí, el "argumento de autoridad"), retrocedo, sucumbo ante las razones.

         Uno, con la experiencia propia y ajena a la espalda, ha llegado a ser lo suficientemente poco torpe para no tener problema en cambiar de criterio cuando las razones alegadas por el otro, con su criterio, pesan más que las mías.

         Se necesita ser burro para no querer, jamás, bajarse del burro.

         Dice el adagio que "un pesimista es un optimista que se ha informado bien"

         El pesimista nunca arregla nada porque se inhibe, no se pone manos a la obra, no se mueve, lo ve pasar, aguanta el tipo.

         El optimista, en cambio, aunque inconscientemente, muchas veces, se lanza, y lo estropea.

         Yo no sé qué es mejor: si que salga poco agua por el grifo o que se rompa la cañería.

         Pero, tanto el optimismo como el pesimismo son hechos psicológicos; no son, necesariamente, valores.

         El optimista suele ser un arriesgado, suele pecar de inocencia y de imprudencia; mientras el pesimista peca de pasividad. Ambos suelen ser pecadores.

         ¿Tratar de "enmendallo", aunque se rompa, o de "mantenella"? Siempre será un dilema.

 

         Lo que hay que ser, siempre, es CRÍTICO.

         Ser "crítico" no es ser negativo, porque "criticar" es intentar separar la paja para que se muestre el grano; es iluminar, dar luz, para que se vea bien lo que hay; intentar ver las virtudes de algo o de alguien, para alabarlas y de detectar los defectos para poder corregirlos.

         Yo puedo hacer una crítica positiva de la filosofía de Marina o de Savater, como puedo hacerla negativa de una película, de un espectáculo, de un edificio, de  un comportamiento. Ser crítico no es ser negativo, es algo sensato que todos deberíamos ensayar constantemente.

         El que "critica" desde su "criterio" lo que intenta es ser objetivo. Otra cosa es que su criterio sea el más adecuado. Por eso el crítico es un contendiente nato, echa sus razones a la arena para que se defiendan por sí mismas ante las de los demás. El crítico necesita rivales (no enemigos). Quiere confrontar, necesita hacerlo. Quiere saber si está en el camino correcto o si tiene que cambiar. Aplaude o denuncia y quiere saber si los demás también lo hacen y si no, por qué no. Quiere penetrar en las cosas, no meterse con ellas. Su meta es que funcione mejor lo que funciona y que funcione lo estropeado. Es un optimista de los fines, un enamorado de las metas.

         ¿Recuerdan aquello de "quien bien te quiere te hará llorar"?. No es de sádicos, es de críticos, es de sensatos, incluso de perfeccionistas. Quieren lo mejor.

         Cuando me he marchado de la enseñanza, antes de tiempo, disfrutando como he disfrutado de y en mi trabajo, era por ser un crítico y comprobar, legislatura tras legislatura, que, quien podía echar el freno al desvarío, al deterioro, lo aceleraba, y el terreno era, cada vez, más resbaladizo. ¿Denunciarlo era ser antipatriota? ¿Es que, acaso, yo no reclamaba una enseñanza mejor?

         Nos quejamos de que los padres intentan suplir la dejación de funciones y las ausencias paternas con la adquisición de cosas para sus hijos. El niño pide, necesita, reclama, afecto y el padre le compra la Play.

         La Administración actúa como el mal padre. Crea Centros T.I.C., sembrando de ordenadores los institutos, sin ser conscientes de que los P.C. son, sólo, instrumentos. No por regalarle bolígrafos, el niño va a saber escribir, a escribir bien, a escribir mejor.

         Ahora está impulsando el bilingüismo y, de nuevo, triunfa la publicidad y la propaganda. ¿Se imaginan a un matemático o un historiador, estudiando inglés, en horas libres y a marchas forzadas, para enseñar sus materias en inglés? Pues imagínenselo.

         La Educación y la Enseñanza (no las confundamos) mientras:

 

         1.- Los padres no apoyen la autoridad moral del profesorado.

         2.- La sociedad siga minusvalorando tanto la función docente como al docente ("siempre pensando en las vacaciones").

         3.- Los alumnos no se convenzan que sin el esfuerzo, sin el trabajo, sin dejarse las pestañas en el flexo… nada puede conseguirse.

         4.- La Administración Educativa siga mirándose el ombligo y sólo piensen en estadísticas

         Estadísticas, dichosas y malditas estadísticas. Un tipo de mentiras.   

         Hay dos herramientas fundamentales sin las cuales nada es posible. La lengua y la matemática. Si ellas fallan, que son los cimientos, todo el

edificio tiene que resentirse. Y ahora resulta que se puede "pasar de curso" con cuatro "cates". ¿Uds. se imaginan un niño pasando al curso siguiente sin haber superado Lengua, Matemáticas, Historia e Inglés (por ejemplo)?

 

         Y, luego, llega la tribu Psi-, la nueva secta iluminada que todo lo arregla, que lo está invadiendo todo, que tiene solución para todo:

         - Si hay un accidente, allí habrá un psicólogo.

         - Si quieres dejar de fumar, al psicólogo.

         - Si tienes problemas con la pareja, la solución está en el psicólogo.

         - Si está preocupadísimo/a por sus hijos, al psicólogo Ud. y sus hijos.

         - Si tienes problemas con la droga, corriendo al psicólogo.

         - Si te juegas media pensión en las maquinistas tragaperras del bar, al psicólogo.

         ¡Dios! ¿queda alguna parcela libre de psicólogos?

         Que el niño se lo pase bien en la escuela (concepto únicamente lúdico del proceso de aprendizaje), que el profesor sea un mediador, un intermediario, que la escuela sea democrática, que las decisiones sean colegiadas.

         El desarrollo social por encima de cualquier otro tipo de desarrollo infantil.

         Roussonianos ellos, "el hombre es bueno de nacimiento y la sociedad es la que lo "malea", la que lo hace malo". Por lo tanto, "que cambie la sociedad para que el niño encaje", "que cambie el sistema para que el niño se acople"

         Soy y seré crítico.

         Un crítico es el que está dispuesto a disparar a "todo lo que se menee".

         Pongamos un ejemplo.

         Si nuestro hijo pequeño nos dijera que iba a romper la hucha porque quiere comprarse chucherías, intentaríamos recordarle lo de las "vacas gordas y vacas flacas", y que si ahora…..vendrán tiempos en que… y le habríamos aconsejado que no lo hiciera. Pero como es/era un niño (y un niño no atiende a razones) lo más seguro es que no nos hiciera caso.

         Pero ¿cuando hablamos del erario público? Que estaba boyante, la "vaca gorda", "la despensa llena"… y la hemos vaciado, hemos repartido, sin necesidad, los víveres almacenados, y ahora, que llega "la vaca flaca" no tenemos qué darle de comer.

         ¿Con qué Criterio se tomó esa decisión? Porque ellos no eran/no son niños.

         No seré yo el que afirme que esa decisión es LA causa de ESTA crisis, pero, ¿coadyuvar?, ¡vaya que sí ha coadyuvado!

         Quizás ahora las "bocas" sedientas de los camiones de los transportistas podrían haber sido algo saciadas, con parte de aquellas reservas.

 

         "El que regala, bien vende, si el que recibe lo entiende" – dice el refrán.

 

         Bienvenido sea el regalo, bienvenidos  sean los 400 €. Bien votada salió la opción. Bien entendido el mensaje. Bien ganadas fueron las elecciones. ¿En limpia y sensata lid?

         Pero ¿priman/deben primar los objetivos "objetivos" o los intereses "subjetivos"?

         ¿Hubo razones objetivas para gastar los ahorros en chucherías? Y ahora que el petróleo está por las nubes y la luz se apaga si no pagas el subidón…. Resulta que no tenemos ahorros.

         Tanto un optimista desmesurado como un pesimista tenaz nos pueden llevar a la crisis.

         Sólo 400 €. Pero un buen negocio. ¿Nadie veía que ello era una desmesura? ¿Que sólo eran motivos personales y no razones objetivas

         La POLIS griega se sentía orgullosa de ser AUTÓNOMA, AUTÁRQUICA Y AUTOSUFICIENTE.    

         ¿Podéis decirme qué de polis tiene esta nuestra España?

         Las micropolis de las autonomías…

         La macropolis de la Comunidad Europea…….

         La insuficiencia y dependencia energética…….

         ¿Qué quieren que les diga?

         Pero "lo otro" no vende, nadie lo compra, nadie lo vota, es apuntarse a caballo perdedor.

         "Ni contigo, ni sin ti, tienen mis males remedio….".

         Dice Sartre, el filósofo francés existencialista, que "todo político tiene las manos manchadas".

         Yo no soy Sartre, ni soy tan drástico, sólo afirmo que "los políticos tienen las manos atadas", tienen parte de su mente secuestrada.

 

         ¿Te imaginas que tu hijo quisiera rescatar su seguro de vida por hacer un viaje a Cancún, cuando tú sabes que el día de mañana (que puede ser cualquier día) la bonanza económica empiece a cojear y haya que empezar a apretarse el cinturón porque la Seguridad Social peligra?

         Si legalmente es lícito, es inmoral aplicar el principio de "el fin justifica los medios"

         ¿Alguien puede mostrarme otras razones, otro criterio? Pero, eso sí, no me vale el lanzamiento de la pedrada del "y tú más" o "y tú peor". Eso no es una razón, ni siquiera es una justificación. Eso es, sencillamente, una excusa. No me vale.

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