DESPERTA, FERRO
Ángel Pulla Dijort/Málaga
Descargó un tremendo mazazo con la espada contra el primer yunque que tuvo a su alcance. El sonido a metal contra metal rebotó contra la paredes y el techo de aquella gran nave donde tenía almacenados los diez yunques, y la voz con que lo acompañó resonó como un trueno por la estancia…"¡¡¡Desperta, ferro!!!"
Y el hierro despertó al mismo tiempo que la idea en su mente… Y vio claramente a los 10 Almogávares que vestirían sus torsos con las corazas que él veía en su imaginación ¡Desperta, ferro!... y Berrocal "parió" sus esculturas…
Miguel Ortiz Berrocal, malagueño nacido en Villanueva de Algaidas, nos permite ver su maestría del "desmontage", presentándonos sus esculturas capaces de ser montadas y desmontadas, penetrando bajo la epidermis de la misma.
Los adornos, los ornamentos que rodean el torso del guerrero. El cuerpo de la coraza, los pectorales, los protectores de brazos y hombros… las formas de las estructuras son las que "revisten al yunque"…
Porque el cuerpo de esas esculturas colosales, redondeadas, musculosas y bien proporcionadas… el cuerpo ¡es un yunque! Ni más ni menos. Un yunque…
En un viaje realizado por Miguel Ortiz Berrocal con su compañera por tierras francesas, encontró un lugar donde había 10 yunques de hierro, grandes, de alrededor de 300 kgs. de peso medio.
Solo a una persona con las ideas muy claras, que fuera capaz de intuir cualquier otra vida combinada con aquellos viejos elementos inservibles, los yunques abandonados, se le habría ocurrido la idea de comprar los pesados "artículos de regalo" y facturarlos a casa… De ahí nacieron sus 10 Almogávares, hermosos… dignos de admirar…, desmontables y ocultadores de un cuerpo ¡que es un yunque! Simplemente un yunque…
Pertenece a Berrocal una frase, que si no es exactamente esta es muy parecida: "Lo más importante para la monumentalidad no es necesariamente el tamaño".
Viendo su obra, es exactamente esto lo que queda muy claro, el tamaño es lo menos importante para la monumentalidad.
Contemplas esta exposición de Berrocal como una perfecta simbiosis del arte y la arquitectura. Una unión del artista y el científico. La técnica, el arte y la ciencia unidos en el autor de los Torsos de Luces, El Diestro, Roger de Lauria, Ramón Muntaner, Sancho de Oros…
La mañana que dediqué a la contemplación de la exposición de Berrocal, aproveché para observar todo lo que rodeaba o acompañaba a la misma. Había conmigo un joven mirando El Diestro…, como yo, le dio varias vueltas…, leía los comentarios de la base…, y también observaba a la pareja que (yo creo que no pudieron ver tranquilamente la obra) hicieron un sinfín de fotografías, "ponte aquí", "mira para allá", "que salgo mirando aquí"… ella de modelo y, como excusa, la estatua de Berrocal.
En la Plaza de la Constitución, con los diez Almogávares enfilados, coincidió una tertulia de señores muy cercanos a los ochenta años, a quienes, al parecer, les traía al pairo aquellas estatuas y aquellos individuos que no hacían más que mirar, dar vueltas y leer todos los folletos publicitarios que sobre Berrocal Guerreros y Toreros, entregaban los responsables de esta exposición.
Coincidí con una excursión de italianos, "Piazza di la Constituccione" decía uno a una chica… eso me trae a la memoria la "piazzas" italianas tan gratamente recordadas como la de la "Santa Cruce" de Florencia o la "Piazza Navona" de Roma… ¡inolvidables! ¡Dios mío, si además tuvieran la fortuna de poder exhibir las estatuas de los 10 almogávares de Berrocal…!
No sé si ha sido muy visitada o no esta exposición. Creo y espero que sí lo haya sido. En caso contrario, sería imperdonable que los malagueños, paisanos de este gran Berrocal, hubieran desperdiciado esta gran ocasión de admirar su obra. Sí entendería en este caso el peligro que oí comentar de que el museo definitivo de la obra de Miguel Ortiz Berrocal corriera peligro de ser instalado en cualquier otro sitio fuera de Málaga. Sería imperdonable…, pero tendría culpables… busquen ustedes dónde…
Volvería a ser necesario un nuevo "espadazo" contra el yunque del pueblo y un gran grito que hiciera temblar el espíritu cultural de todo malagueño y que dijera aquello de "¡¡¡Desperta, Ferro!!!
2 comentarios:
Nosotros fuimos unos de los que estuvimos con la excursión de Valencia, viendo esta exposición. Una lástima no haber leido antes este artículo. Habríamos prestado más atención. Ahora lamentamos la ocasión perdida.
Angel:
Estupendo el artículo, sólo hecho en falta alguna fotografía, con la que redondear tan estupendo trabajo.
Perchelero
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