domingo, 7 de noviembre de 2010

LA SATISFACCIÓN DEL CREADOR

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

(Artículo publicado en la Revista de Octubre de 2009 de AMADUMA)

 

Hola. Soy A. P., componente, compositor… Mejor dicho, ex componente

y ex compositor de un grupo musical, cuatro voces, dos masculinas, dos femeninas, que por los años 80 figuraba como número uno en todas las listas de éxitos en Europa y América…

 

Si os dijera el nombre o cualquiera de las canciones de nuestro repertorio, seguro que me diríais que nos habíais oído, bailado, gozado… éramos un continuo éxito con nuestras canciones.

 

Los componentes éramos, como os he dicho, dos hombres y dos mujeres. Nosotros, normales, ni altos ni bajos, uno con barba y otro sin ella – yo era el sin barba -, ellas, especiales. Muy guapas, inteligentes, magníficas voces, una morena y otra rubia…

 

Para mí, recordar ahora aquellos éxitos me resulta halagador, incluso seguir oyéndolos actualmente… Recuerdo muchos de ellos, pero más que ninguno, recuerdo especialmente dos. Cada uno por su historia, y sobre todo por su "último acto"…

 

Andaba yo componiendo una canción a una niña adorada, preciosa, un sueño… No terminaba de darle el empujón que yo intuía que le faltaba para ser un número uno… No encontraba el quid…

 

Aprovechando el viaje de unos amigos a las playas de la costa de Málaga, vine unos días, era por la zona de Marbella. Estando un día en la playa, dándole vueltas a la canción de la niña, escuché cómo una señora decía gritando a una niña – que parecía exactamente la de mi canción – una palabra que me sonó, precisamente, a la parte que le faltaba a mi canción para llegar justo al punto que yo le exigía para ser un éxito…

 

Pedí que me explicaran exactamente que palabra era esa, cómo se pronunciaba y su significado exacto… "Chiquitita", me dijeron, una niña pequeñita, preciosa, un cielo…

 

Me imagino que todos vosotros habéis oído esa preciosa canción, cuyo título, como os cuento, nació aquí, y cuya única palabra en castellano es esa "chiquitita"…

 

 

En aquella estancia en las playas de Málaga, solamente aprendí dos palabras en castellano: chiquitita y Fernando.

 

Fernando era un camarero amigo de mis amigos. Nos entendía, amable, educado… buena persona. Pregunté su nombre y me lo deletreó, incluso me lo escribió en un papel: Fernando.

 

En una de esas tardes veraniegas, sentado en la terraza del chiringuito de Fernando, disfrutando de la escasa tranquilidad que dejaba algún rato de poca afluencia de clientes, Fernando y yo tomamos un café y hablamos… de cuanto quiso comentarme, de la playa, de los guiris, las comidas típicas.

Y me comentó una vivencia, personal. Muy sentida por él. Se le veía emocionado por su recuerdo…

 

Cuando volví a Suecia, dando vueltas a unas cuantas ideas sobre distintas opciones de componer alguna canción, se me vino al recuerdo esta historia que un día me contó mi amigo Fernando

 

Por supuesto que  la adorné, le di mi aporte personal… no puedo negar que tiene muchas cosas inventadas, pero… qué más da, son bonitas y nadie lo sabrá jamás…

 

Así nació otra canción que posteriormente volvió a ser otro gran éxito de grupo, y además con título en español: Fernando.

 

Ahora que ya estoy retirado, que hace varios años que ya no actuamos, no solo eso, sino que ni siquiera nos reunimos, es cuando realmente disfruto de escuchar estas antiguas canciones, especialmente alguna de ellas, entre ellas, Fernando.

 

Después de muchos viajes por distintos países, y deseando disfrutar de unas tranquilas vacaciones, sin ser conocidos, sin necesidad de dar explicaciones, ni contar detalles de vivencias anteriores, ni fotografías, ni… no sé de qué forma llega a mi poder una oferta de un viaje muy tranquilo, por el Rin, en un crucero, visitando varias ciudades de los alrededores del río… diez días que me aseguran serán maravillosos y muy tranquilos…

 

Me interesa quienes iremos en ese viaje, más que nada porque hay ciertos acompañantes que no me agradan. No hay problema. Un grupo de españoles que pertenecen a una asociación universitaria de Málaga, alumnos mayores. Sin problema, me aseguran. Contrato el viaje. 

 

Me gusta cómo está resultando este crucero por el Rin. Muy tranquilo, bonito y agradable.

 

No voy a todas las excursiones, algunas no me llaman la atención. A las pocas que he acudido, me han interesado. Han sido preciosas.

 

El resto del tiempo, leyendo, descansando y tomando algún buen vino…

 

Una de las noches, tras la cena, a la que nos aconsejaron que viniéramos vestidos para la ocasión, nos sorprendieron con una actuación de un señor que manejaba muy bien el teclado, y en la pista central se inició un baile al terminar la cena. No muy bien organizado al principio, pero muy animado según iba avanzando la noche.

 

Mi pareja y yo seguimos sentados en la mesa, observando a las personas que bailaban y que, según me indicó en camarero, eran todos pertenecientes al grupo de la asociación universitaria malagueña.

 

Y sucedió de pronto, inesperado, sorprendente…

 

De pronto me sacudió los sonidos de mi canción. Comenzó a sonar "Fernando"… y los bailarines, la mayoría, abandonaron el baile suelto y comenzaron a hacerlo unidos…

 

Y los vi, eran ellos… llamé la atención de mi pareja. "Mira, son mis dos canciones con palabras en español… esa pareja son ellos, y ellos saben que lo son…" abrazados, mirándose a los ojos… para ellos no existía nadie más en la sala…

 

Ella bajita, guapa, rubia… El, más alto, serio…Eran ellos, eran "Chiquitita" y "Fernando"…

 

Me alegraría que algún día, alguien, pudiera decirme que mis dos canciones con título en español, se conocieron y se unieron en un delicioso crucero por el Rin…

 

 

 

Nochebuena de 2008    

 

 

 

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