SE IMPONE EL OTOÑO
Mayte Tudea Busto
A mi amigo Ángel no le gusta Septiembre. Tiene para él demasiadas reminiscencias negativas. El regreso a las clases, a la rutina del estudio, a los calendarios y listas de profesores; pero creo que, principalmente, por lo que supone siempre despedirse de esos largos y brillantes días del verano, de esa época estival tan viva, tan activa, y que yo identifico como la estación de la intensidad. En verano todo lo que nos rodea se reviste de una fuerza especial; los colores, los olores, y también ¡cómo no! los calores.
En los últimos días de Agosto, cuando se acortan los atardeceres y en el vigoroso azul comienzan a aparecer unos jirones carmesíes premonitorios de otros atardeceres próximos -los más hermosos del año-, yo percibo en el aire, liviana, inaprensible, apenas insinuada, la presencia del otoño.
Y mientras Septiembre se debate entre los últimos ardores de un estío que se resiste a abandonarnos, y la proximidad de una estación que parafraseando a Tomás "todo lo torna sospechoso", yo recibo al mes de Octubre y le doy la bienvenida y me dejo abrazar por este otoño que ya ha llegado, por el tiempo de la serenidad.
Todas las aguas regresan a sus cauces, todos los sentimientos se aquietan, todas las pulsiones se calman, y parece como si cada cosa adquiriera sus exactas proporciones y ocupara el lugar que le corresponde. Bienvenido pues el tiempo de la reflexión y de la cordura. Bienhallado otoño.
1-Octubre-2009
OTOÑO LATENTE
Es verano en el aire. Esas fulgentes
madrugadas sin lluvia ni rocío,
brillantes las mañanas de un estío,
de atardeceres rojos e inclementes.
De imposibles azules esplendentes,
la noche sueña y sueña su vacío,
y espera la alborada, espera al río,
que inunde sus riberas complacientes.
Y entre tanto fulgor, agazapado,
un otoño silente, sedicioso,
extiende sus raíces, empeñado
en imponer sus leyes, y su acoso,
derribará sutil el entramado,
de vida, luz, calor, sentir gozoso.
1 comentario:
Si me dan a elegir, prefiero septiembre a enero.
Igualmente si me dan a elegir, prefiero un soneto tuyo a otros muchos esritos por poetas consagrados, y que hemos de ver publicados dentro de las selecciones literarias, como símbolos de "las mejores poesías...", y no saben lo que se pierden ignorando los tuyos...
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