domingo, 11 de octubre de 2009

DIA 18 DE JULIO

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Leo vuestro pensamiento, el de todos aquellos que me conocen. Que saben mi forma de pensar. Que conocen mi pensamiento político, social, religioso. Veo que estáis pensando que voy a montar la marimorena, pero no es así. No voy a despotricar contra los salva-patrias (aunque ya sabéis el artículo único que yo pondría en la Constitución Española).

 

El día 18 de julio de hace …titantos años, se celebró el aquelarre donde triunfaron todas las fuerzas extrañas que solo podían beneficiar a los de siempre, para joder a los mismos. Ya lo he dicho, pues.

 

 Pero resulta que yo, cuando tenía 6 años, me afilié a la OJE. Fui "Flecha" en los campamentos de verano y al año siguiente, con 7 años, ascendía a "Jefe de Escuadra".

 

Estuve acudiendo a los campamentos durante tres años y participando en todos los acontecimientos a nivel local, o provincial cuando estaba en los campamentos, que celebraban los falangistas, y a los 9 años fui distinguido como un excelente jefe de escuadra.

 

En aquel tiempo medía yo un palmo y medio, con una vocecilla de tiple, y una envergadura de gnomo, verdaderamente no entiendo cómo podía yo mandar en varias escuadras. Y pasar revista, y hacer instrucción y dar novedades. De locura…

 

Además de los campamentos de verano, que era cuando de verdad se sentía que pertenecías a esa asociación, recuerdo los dieciocho de julio de todos los años, en el pueblo, reunidos en la plaza de la iglesia, frente a la cruz de los caídos, todos en situación de saludo fascista, cantando el Cara al Sol, con nuestro más profundo sentimiento de estar cumpliendo con una obligación patriótica.

 

Afortunadamente, a los diez años, cuando ingresé en el internado con los curas, desapareció todo este lío. Jamás vi allí ningún signo falangista, ni ningún recuerdo de nada relacionado con estos festejos. En esto, los curas, al menos los que me tocaron a mí, no eran muy seguidores de los usos "del régimen".  

 

Me resulta gracioso cuando, especialmente a finales de los años setenta, te decían con tono de cierta guasa "anda, que tu no habrás cantado veces el cara al sol"… Yo sí lo he cantado muchas veces. Y he saludado a lo fascista, era lo que me habían enseñado.  Y he cantado el "Prietas las filas", y el "Montañas Nevadas", etc. etc.

 

Recuerdo que hubo una temporada, no sé cuando ni qué año, que hubo una gigantesca reunión de falangistas en Priego de Cuenca, y para preparar nuestra participación en la misma, éramos citados todas las noches, a partir de las diez, a desfilar por las calles del pueblo todos los afiliados a FET y de las JONS, niños, jóvenes y mayores. Todos a las órdenes de un ex legionario, y a los sones de la marcha "Gibraltar, Gibraltar".

 

No recuerdo lo que hicimos, ni para qué ni lo que pasó, pero sí que fue un día largísimo, y que volvimos a casa cansadísimos, y durmiendo en el autobús todos los niños participantes.

 

Estos son recuerdos sueltos de un niño, para el que eso era lo único que significaba esa fecha del 18 de julio. Desgraciadamente para millones de españoles era una fecha maldita, era una fecha que ojalá no hubiera llegado a amanecer, era una fecha que llenó de luto, lágrimas y tristeza a todo un país…

 

Cuando posteriormente llegas a entender lo que realmente significó esa fecha, maldices con toda tu alma a sus responsables… No me valen excusas, no sirven situaciones, ¡no existe justificación alguna que pueda responder del enorme daño inflingido a tantos millones de personas…!

 

He leído varios libros que tratan asuntos relacionados con ese día, tomado como referencia. Dependiendo de la ideología del autor, quedan enfocados en una u otra dirección, pero todos delatan la misma inquietud, la misma situación de angustia, de dolor, de riesgo para las personas, sea cual sea su ubicación.

 

Aunque trates de imaginar ese día, sus acontecimientos, su situación… es inútil. Solamente el que lo ha vivido es capaz de hacerlo. El único sentimiento más cercano que yo puedo imaginar es el de un día del mes de febrero, en que un grupo de descerebrados intentó volver a salvar a la patria, y que a mí, por vivir en Valencia, me cogió en pleno centro de las operaciones.

 

Esa tarde estaba en el Hotel Sidi Saler, en unas jornadas económicas organizadas por la Universidad de Valencia, y dirigidas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), cuando entraron unos señores y señalaron el final, aconsejando que marcháramos todos a la ciudad, a nuestros domicilios, porque estaban prohibidas la reuniones.

Sin saber de qué se trataba, solamente con oír las recomendaciones dadas por radio y llegar a las calles de la ciudad, vigiladas por soldados y con esos enormes tanques, parados a tu lado en cualquier semáforo, imaginamos la realidad. Esa angustia, temor, desconocimiento de la situación, miedo al futuro, y sobre esa sensación de inutilidad ante cualquier tipo de acción…

 

Y ese estar hasta la una de la mañana pendiente de alguna noticia que no fuera música militar y la tan cacareada orden del gobierno militar mandado por el general Milán del Bosch…

 

Esta es la sensación más cercana que yo he sido capaz de sentir, que de alguna manera pudiera acercarme al tristemente famoso 18 de julio…

 

Afortunadamente, aquí se quedó en un triste 23 de febrero, sin más historia… Afortunadamente…

 

Artículo Único de la Constitución Española: "Todo español, que se proclame Salva-Patrias, será pasado por las armas al amanecer"   

 

30 julio 2009

 

     

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te imaginaba yo de camisa azul y flechas..., qué sorpresas da la vida!

Pero sí me hubiera gustado verte y oirte la noche de Tejero en Valencia.

Saludos