sábado, 14 de marzo de 2009

DE MAYOR QUISIERA SER…

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

En los años cincuenta y tantos, mi maestro, D. Venancio, tenía la costumbre de preguntar a los niños de la escuela, lo que pretendían ser de mayores.

 

Esta costumbre estaba muy extendida por todos los pueblos de España. En todas las escuelas se preguntaba a los niños qué profesión era su preferida. Los niños, más que la profesión, elegían a los profesionales. Era normal que no se fijaran en que en tal profesión se hace tal cosa, sino en que el bombero, acudía a los incendios y los apagaba, y el policía detenía a los malos y ayudaba a los buenos…, eso es lo único que un niño es capaz de detectar en un profesional.

 

Cuando D. Venancio preguntaba qué querías ser, cada uno   "se pedía" lo que se le antojaba. Recuerdo a uno que decía que quería ser Papa. No papá, no, Papa el de Roma. Otro decía que quería ser Franco, el que más mandaba.

 

Lógicamente, en un pueblo pequeño, sin mucho mundo visto, ni por ver, y donde todavía no se veía la televisión, los deseos siempre se restringían a lo que los niños veían en la calle, oían contar a los mayores, o leían y se imaginaban.

 

Todos teníamos un ideal o un modelo a imitar. Yo quería ser cura. Aunque al principio mi deseo era ser ganchero o maderero. Estos eran los que manejaban la madera de los pinos cortados en el monte, y los cargaban en camiones y los trasladaban a las fábricas…, esos eran gentes a imitar. Simplemente porque hacían cosas que no hacía el resto del pueblo. Viajaban, conocían otros sitios, otras gentes y llevaban unos camiones muy grandes, que en lugar de hacer sonar el claxon como cualquier otro vehículo, hacían sonar un silbato muy fuerte, que para nosotros era una sorpresa cada vez que lo oíamos.  

 

Tampoco me disgustaba ser "Flores". No sé si alguien de mi pueblo recordará a este señor, que era el que cobraba, cargaba, descargaba, hacía encargos en los autobuses de línea… ¿había algo que no hiciera Flores?

 

Bueno, pues yo quería ser Flores, no sé qué le veía de especial, pero a mí me gustaba ser él.

 

A veces, también me gustaba ser un encargado de la obra del ayuntamiento y de la casa del médico.

 

También aquí me pregunto qué le vería yo de especial a este señor para querer quitarle el puesto de trabajo…

 

No sé. Había contestaciones muy raras. Como aquella que un día dio alguien, creo que sé quien fue, pero como no estoy seguro no quiero adjudicarle a alguien algo, de lo que no estoy seguro. El caso es que un día pregunta D. Venancio cuántos soles había. Y este amigo nuestro dice (y hay que ver cuánta razón tenía, aunque no por las causas que él aducía), "muchos, en cada pueblo uno".

 

Recuerdo la contestación que dio Julián, cuando un día repasando las "bienaventuranzas", responde que una de ellas (no sé a cual se refería) dice que es "dar de beber al serpiento" (la pobre serpiente hembra, muerta de sed).

 

Por cierto, de la "salida" que tuvo este Julián en el primer entierro al que acudimos cuando empezamos a asistir a nuestras primeras responsabilidades de chavales, quedó constancia en mi artículo titulado "Memento homo", publicado en este blog en el mes de Septiembre de 2008. Fue un golpe de matrícula…

 

Si a mí me fuera posible elegir ahora una profesión para después, yo elegiría… "Ser el responsable general de los programas de la seis cadenas de televisión españolas" ni más ni menos…

 

Quisiera ser eso, exclusivamente para poder dar salida a un inmenso deseo por desarrollar que llevo metido en mi pensamiento y que, además creo que jamás se verá cumplido… Esto me recuerda la salida de un célebre periodista español (creo que fue Ridruejo, no estoy seguro), cuando le preguntaron por su Constitución ideal. Mi Constitución ideal tendría un solo artículo, que diría que todo salvador de la patria sería pasado inmediatamente por las armas.

 

Algo así haría yo si tuviera el poder programativo de las televisiones. Todo aquel que exhibiera un programa "basura" y de "criadillas" en horario de "prime time", sería inmediatamente despedido sin indemnización.

 

¿Por qué yo no puedo ver nunca "Redes" (¡inmenso! ¡extraordinario!) y sin embargo tengo que saber si el "Conde de no se que" se acuesta con fulanita y si la Belén Esteban se lleva o no con el de Ubrique y todas esas chorradas…?

 

Elemental. Hay un descerebrado que programa una cosa a las 2 de la mañana y la otra a las 21,30 horas. Ese es el  problema de la audiencia… A la audiencia se le educa, porque de otra forma, en unos años tendremos "borregos" viendo la tele, viendo basura…

 

Si yo pudiera elegir profesión, después de la jubilación, elegiría Responsable de Programas de televisión, aunque después me fusilaran… Pero vería mejores programas, más educativos, con menos audiencia, pero ¡qué audiencia…!       

 

    

 

  

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