IMPACTOS DURADEROS
Ángel Pulla Dijort/Málaga
Posiblemente sea un libro, una obra de arte, una pintura, o una edificación, o simplemente un hecho, una circunstancia personal. Puede que sea algo poco significativo en ese instante, lo que con el paso del tiempo se convierta – o lo convirtamos nosotros – en un punto impactante en nuestra vida, en un hecho que difícilmente borrarás de tu mente. Te ayudará a formarte – positiva o negativamente – tu propio mundo mental.
Cuando recuerdas sucesos acaecidos a lo largo de tu vida, espontáneamente saltan como si nacieran de la nada, unos hechos o unas vistas o unos conocimientos, incluso a veces olvidados, que mirados con el horizonte que da el tiempo, nos proporcionan el valor que han aportado a nuestro propio currículo vital. A menudo con mayor importancia de la que se le atribuye.
Sin ningún tipo de orden, ni temporal ni jerárquico, siempre saltan en mis recuerdos, cuatro asuntos encuadrados en los anteriormente señalados: el Sr. Beccuti, el Acueducto de Segovia, el Monasterio de Uclés, y el Monasterio o Fortaleza de Batalha.
Tenía veintiséis o veintisiete años y fue la primera vez que acudí a una reunión en Madrid de responsables de distintos departamentos de varias empresas repartidas por España, con el Director General de una de las primeras firmas del automóvil en Europa, la FIAT italiana, el Signore Beccuti.
Para un novato como yo, aquello era algo impresionante. Y más cuando veo al Sr. Beccuti. Un señor con dos metros de altura, un pelo de película, una voz de las que te dejan paralizado nada más oírla, y sobre todo, una seguridad en sí mismo…, que te anonada solo con que se te dirija para preguntarte, en un perfecto español, cómo te encuentras, estás a gusto, etc.
Es algo tan simple como una reunión de una hora o dos, pero para mí representó simplemente señalarme qué era exactamente lo que debía asumir y procesar si alguna vez pretendía ser una persona, que cuando saludara a otra persona, le produjera la misma sensación de seguridad en sí mismo que este señor emanaba. Fue uno de mis cuatro momentos más importantes en mi auto-impresión visual y mental. Fue muy influyente en mi formación de liderazgo personal. Cuando se te encarga dirigir a las personas en una empresa, tu primer pensamiento debe ser: liderar, no mandar, liderar. Así te será más fácil que te acepten, te obedezcan y te respeten. Y además, te admiren.
Esas mismas sensaciones son las que yo experimenté al saludar al Sr. Beccuti, y supe que era lo que yo necesitaba en el camino que estaba empezando a andar.
……
Cuando empezaba a abrir los ojos, a darme cuenta de que la vida era algo más que mi casa, mi cole y mis amigos del pueblo, y con diez años y más miedo que vergüenza al mundo que me esperaba. Solo en el internado con un montón de niños, todos desconocidos…, me encuentro con que donde voy a vivir unos años, es un precioso monasterio, llamado el Escorial de la Mancha, el Monasterio de Santiago Apóstol, en Uclés.
Es una mole impresionante, con su castillo adosado, sus murallas, sus patios. Tiene una fachada principal impactante, plateresco, fachada oeste herreriana, al este barroco. Y su historia… la Orden de Santiago…Solamente el recinto, ya tiene la suficiente fuerza para obligarte a responder a las exigencias que se te planteen. Vives y estudias en medio del arte y de la historia.
……
Cuando a Segovia no se llegaba por autovía – no la había -, y se llegaba viajando desde Madrid, por una carretera con dos carriles, uno por cada sentido, al bajar de uno de los badenes viniendo desde la Granja de San Ildefonso, me encontré con lo que de niño te imaginabas cuando te hablaban de "murallas ciclópeas": ¡el Acueducto!
Al comenzar a bajar, tras el badén, "no vi la carretera". Mi vista se llenó de un muro enorme de piedra, con arcos, y que me pareció una maravilla, algo difícilmente imaginable sin verlo. ¡El Acueducto de Segovia! Te sorprende pensar cómo pudieron levantar semejante obra con los medios utilizados en la época romana en España.
……
También hace muchos años, bajando de la sierra donde se encuentra el Santuario de Fátima, sin un destino fijo al que dirigirme, encuentro, como por ensalmo, una mole ante mí, un monasterio que me llama la atención por su altura, por su imponente solemnidad. El Monasterio de Batalha.
Parece ser que se erigió en conmemoración de la batalla de Aljubarrota – "oh Espanna, non te movas, que si fago fogo barro tuas terras" -. Ante tal señor, tal honor. E hicieron un monasterio de tal altura y fortaleza, que resultó impresionante a quien lo viera sin tener, como yo, idea de lo que podía encontrar.
……
Tanto el Acueducto de Segovia como el Monasterio de Batalha, significaron una llamada a mi forma de ver, enfocar y apreciar la ingente labor que acarrea levantar una obra, y conseguir que además sea artística e impresione en tu tiempo y en la posterioridad, por su estructura y por su belleza.
Después has visto un sinfín de monumentos, palacios, castillos, catedrales, puentes… Ya estabas vacunado, ya no los recuerdas como ese primer "mazazo" que no puedes olvidar…
El Monasterio de Uclés y el Sr. Beccuti representan otro tipo de sacudida. Son un aldabonazo en tu espíritu, un despertar a algo interno, que sabes que debes aprovechar en tu propio beneficio, en tu formación. Es una vacuna contra todo tipo de "vida acomodada", una llamada de atención para una formación seria y adecuada a tus objetivos.
También has recibido posteriormente otro tipo de influencias, muy beneficiosas unas, otras no tanto, y que te han ayudado a reafirmarte… Pero esas dos iniciales han resultado fundamentales y así las retengo en mi memoria.
A mí me encantaría que alguien, alguna vez, pudiera decir algo semejante de mí… soñar no cuesta dinero.
1 comentario:
Seguramente, sin que TÚ lo sepas hayas ido marcando a personas, ya sean familiares o amigos a los que por suerte han tenido el placer de conocerte y les hayas dejado el buen hacer y el buen pensar de tu personalildad. Entre ellas la que suscribe. Muchos besos y nos vemos en Beteta este verano ¿de acuerdo? MAMEN
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