lunes, 23 de junio de 2008

FALLERO SIN FALLAS

Ángel Pulla Dijort/Málaga

Qué distinto suenan las tracas, la música valenciana – "Valencia", "Paquito el Chocolatero", etc. – y especialmente el himno de Valencia, oído por televisión, sentado en un sillón, y recién acabado de llegar de las calles de Málaga de ver las procesiones de semana santa…

Qué distinto y qué sentimientos despiertan. Cómo recuerdas aquellos años en que andabas entre petardos, entre los falleros y falleras, entre flores, olores, ruidos…

Andabas por la calle, a tu aire, sin pertenecer a ninguno de los grupos que iban celebrando las fiestas. Ibas a lo tuyo, y de pronto, en cualquier casalet fallero, en cualquier calle, sonaba el "chiqueta megua…" y te daba un vuelco el corazón, y se te elevaba el ánimo, y de pronto… eras consciente de que estabas en fallas…

Y esa musiquita, u otra semejante pero de igual tirón, te perseguía por doquier, te inundaba… ¡y de pronto sonaba el himno…! Demasiado.

Siempre me ha gustado comenzar a ver las fallas antes del día de la "plantá", o recién terminada. Es cuando realmente las puedes ver bien. Tienes tiempo de observarlas, verlas tranquilamente, enseñarlas a tus hijos, y darte el gustazo de regodearte, cotillear, estudiarlas, dedicarles el tiempo que necesites…

El día 18 o el 19,   días fuertes de las fiestas especialmente si coinciden con un fin de semana, no te lo recomiendo. Esos son días de domingueros, de madrileños, de guiris, de no ver nada, de mal-moverte… No son recomendables.

Cuando hace muchos años que no has sentido el placer de poder oler esa mascletá…, de no poder oír ese pasacalles fallero…, de no llegar al trabajo y encontrarte a varios de tus compañeros vestidos de huertanos…

Es entonces cuando echas de menos todas esas cosas que entonces considerabas accesorias e incluso, a veces molestas… ese ruido… esos apelotonamientos… esas caravanas… ese gentío, no poder entrar a un bar, todo completo. En fallas, los cines de Valencia abren toda la noche, para que la gente que no ha encontrado hotel, pueda dar "un cabezazo" sentado en una butaca…

Los que conocen la Valencia de la noche de la "cremá" están muy acostumbrados  a verla así… toda ardiendo…, toda humeante… Imaginaos un cosmonauta ruso o americano, que no tiene noción alguna de lo que son las fallas. Esa noche cuando pasa por la perpendicular de Valencia, emite un comunicado a su base sobre "una gran ciudad en las coordenadas x… está recibiendo un constante y amplio bombardeo… se han producido innumerables incendios y dudamos que quede vida en la misma…" Vida queda ¡vaya si queda!, pero el aspecto de ciudad arrasada…

¡hasta las seis o siete de la mañana del día 20, en que ha desaparecido todo, y a esperar las próximas!

No es justo que sea eso lo único que conoce el gran público sobre las fallas. Sería ideal que supieran algo de la vida fallera de esas personas que dedican todo el año – desde el 20 de marzo hasta el 19 de marzo del otro año – a vivir las fallas… cada uno a su manera, pero todos a vivirlas y disfrutarlas.

Y conocer esos desfiles cualquier día que ellos acuerdan. Esos trajes de ellos y ellas… ¡esas maravillas! Y qué precios… esas cenas de "sobaquillo", esas bandas de música… Esa Cabalgata del Reino, esa Ofrenda floral, esa Nit del Foc… ¡esas "despertás"! 

Está hablando el corazón… hace ya veinticuatro años que no vivo en Valencia. Pero hay vivencias imposibles de olvidar    

 

Semana Santa del 2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí, que soy valenciana y vivo muchos años fuera, esas músicas y esos recuerdos, me hacen llorar.
Amunt Valençia!

Anónimo dijo...

Me gusta recordar como me llevabas a verlas, pero ya hace 24 años...... tu lo has dicho. Además hace dos días me recordaste que era valenciana......jijiji.
Besos a montones