sábado, 15 de mayo de 2010

EL MON PER UN FORAT

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Mis primeros contactos con la lengua valenciana, estamos hablando de unos años en que no era muy habitual que en Valencia capital se utilizase este lenguaje, catalogado por entonces como propio de las zonas de labradores - L'horta, llauradors -, fue con este titulo.

 

Aprovechando algún periódico que caía en mis manos, me llamó especialmente la atención unas décimas humorísticas, cuyo autor creo recordar  era "Milo", en un apartado titulado precisamente así: "El mon per un forat". Ahí fue donde comencé a conocer (¿?) el valenciano. Porque estaba escrito en valenciano. Era la única concesión que el diario "Levante" – perteneciente a la Prensa del Movimiento, como la mayoría de los diarios en aquella época (¡ay, contra Franco se vivía mejor!) - hacía a esa lengua.

 

Poco a poco, cada vez era menos necesario que alguien te dijera el significado de tal palabra o el sentido de esta expresión. Poco a poco. Y te ibas acostumbrando e ibas conociendo y hasta podías ir siguiendo la conversación… poco a poco.

 

Y era cierto que veíamos el "mon per un forat", efectivamente, mirábamos el mundo por un agujero. Aquel desde el que lo divisábamos, o desde el que te permitían mirarlo.

 

Se miraba "el centralismo" como el causante de todos los males presentes, pasados y futuros. Todo dependía de esa dependencia de "Madrid". Una vez se pudiera acabar con ese centralismo… ¡coser y cantar!

 

Era el objeto de todas las quejas. Hubo unos años, del 75 en adelante, en que en cualquier tipo de manifestación, reunión o movimiento popular, se gritaba habitualmente lo de "¡llibertat, amnistía y estatut de autonomía!".

 

Nuestro agujero para ver el mundo – el mon per un forat – era limitado por las posibilidades y las formas en que podíamos juzgar algo que en parte se nos escapaba. No nos era posible una visión más amplia de la que podíamos y que en aquellos momentos disponíamos. Eso se reducía a ese agujero por el que mirábamos.

 

 

Indudablemente la aspiración era de gran envergadura, sin duda, era ni más ni menos, que algo de lo que carecíamos: LIBERTAD, algo de lo que debíamos beneficiarnos, o más bien tratar de que los demás se beneficiaran: AMNISTIA, y algo que todo el mundo entendía que sería una solución al deseo sin límites de un estado excesivamente centralizado, que no atendía al deseo de diversas comunidades de obtener un nivel suficiente de auto-gobierno, con el que, pensaban, iba a desaparecer el tan odiado y criticado "centralismo estatal": AUTONOMIA.

 

En aquella época recuerdo que, ante la posición exigente e ilusionada de personas que estaban muy en sintonía con la consecución de esa autonomía como era el caso de Enrique, Daniel, Amparo, y otros varios, yo traté de hacerles ver que ese centralismo del que tanto protestaban entonces, se iba a volver contra ellos mismos, una vez se concediese el estatuto de autonomía.

 

Ese mismo vicio, volvería a darse – y así ocurrió realmente – cuando la responsabilidad de gobierno cayese en el gobierno valenciano, residente en Valencia capital, desde donde habría que gobernar a Castellón y Alicante. Pregúntenle si no es así a cualquiera de los habitantes de estas dos provincias si existe o no centralismo en el gobierno valenciano.

 

Es indudable que esa misma acusación se repetiría cuando tuviéramos nuestro "Estatut de Autonomía". Esos agujeros por donde se mira al mundo siguen y seguirán existiendo siempre.  

 

El "forat" sigue prestando sus servicios actualmente a muchas personas, demasiadas. Seguimos manteniendo el agujero por el que mirar lo que nos interesa, no lo real, sino lo que nuestro particular "forat" nos permite ver. Desgraciadamente "el mon per un forat" sigue actualmente dando sus distintas versiones.

 

Forat, forat… Pienso yo ¿por qué forat (nunca mejor dicho que en Valencia) mirarán mis amigos valencianos los afaires de esta su clase política, con sus trajes, sus joyas, sus coches, financiaciones, etc?

 

Sin duda alguna, los forats serán distintos, los mirados por los partidarios del poder y los de los partidarios de la oposición. El mon per un forat, así es la vida.

 

No es necesario mirar fuera de ti mismo. Yo miro por mi particular forat, y a veces me veo un tipo bueno, amigo de mis amigos, buena gente, amable, inteligente…

 

Si miro por el otro forat… llamo "mamón" a mi amigo Andrés, le publico a Tomás artículos en mi blog para que no pueda publicarlos en el suyo, no entiendo las explicaciones de la profesora de Filosofía, a veces no sé si la clase de francés la da Redoli o Mayte, otras veces llamo a Mayte "Ñora" para ver si se enfada y me detesta…, siempre es posible ver un nuevo forat, por donde poder observar de nuevo el mundo.

 

A veces me gustaría conocer por qué forat mirarán algunas personas el mundo. Si tuviera que elegir a quién me gustaría verlo, elegiría, elegiría a… ¡Antonio Vázquez! A los que lo conocéis, no hace falta dar explicaciones y a los que no lo conocéis, ¿para qué? De cualquier forma, yo sigo admirando la forma de ver el mundo que tiene mi amigo Antonio, aunque a veces no esté de acuerdo con sus ideas.

 

Cuando estaba escribiendo este artículo, pensaba… ¡qué tiempos! ¿cuántos años hace que yo empezaba a leer en el "Levante" las rimas estas de "el mon per un forat"? Años…, yo era un chaval, y ahora todo el mundo me habla de usted, mala señal.

 

 

2 comentarios:

Tomás Morales dijo...

¿Será por ese tu "forat" por lo que los malagueños dicen que Sevilla está mucho más lejos que Madrid?.
Siempre que hay "centro" tiene que haber "periferia", siempre que hay "periferia" tiene que haber "centro", porque "peri" significa "alrededor de..."
¿Cuál es el centro del mundo?. No existe. ¿Por qué?, porque no hay "periferia", todo es mundo, todo es centro, porque nada es centro, no existe el centro, pero a nivle "micro", como las autonomías valencianas o andaluzas...

Anónimo dijo...

¡Vaya por Dios!
A nuestro "Anhelito" se le han cambiado los cables unos momentos antes de iniciar su artículo.Y yo, flotando en una nebulosa de paciencia y de bondad, no estoy dispuesta a cabrearme ni a rebatir cualquiera de sus opiniones por inexactas que me parezcan.

Mayte
Y quizá porque sé que tras la careta de ogro se oculta un tierno gorrioncillo...