sábado, 29 de mayo de 2010

VOLVER Y REGRESAR

Mayte Tudea.

25- mayo- 2010

                                                                                 

Nunca me ha gustado pensar que el lugar en el que nacemos nos hace diferentes, pero he de reconocer que algo nos marca.

 

Yo regreso con cierta frecuencia a mi tierra de origen –me une a ella el cordón umbilical de una parte de mi familia, que vive allí- y con la que mantengo lazos de afecto profundo, de complicidad; me ata a los míos el importante eslabón que supone el que circule por nuestras arterias la misma sangre –mi abuela decía "que ésta era mucho más espesa que el agua"-, y la coincidencia de haber recibido una educación similar, y compartido las vivencias de la niñez, la adolescencia y la primera juventud.

 

Esas experiencias, yo entiendo que son las vigas maestras sobre las que se asienta el edificio de nuestra personalidad adulta.

 

Aunque mi amigo Ángel sostiene que "los de Bilbao nacemos donde nos da la gana", yo, precisamente, he nacido allí y sin tan siquiera proponérmelo.

 

Y siempre que vuelvo se produce en mí un efecto extraño; algo parecido a un leve movimiento sísmico, en el que los recuerdos me oprimen el estómago, y la nostalgia me enlaza con un abrazo preñado de melancolía.

 

En cada rincón o paisaje que contemplo percibo que se ha quedado una parte de mí a la que he traicionado, abandonándola a su suerte. Y todos los recuerdos que evoco –la mayor parte de ellos, felices- me provocan un sabor agridulce, a cosa perdida e irrecuperable.

 

Me sobrepongo pronto. Mi querida sobrina-nieta Adriana, una niña especial, intuitiva, con una madurez increíble para sus once años, me recoloca en mi sitio cuando dice: "Tía una de las cosas que más me agradan de ti es ver cómo te gusta la  vida, y cómo la disfrutas".

 

Y tiene razón. Durante estos días me he maravillado ante el paisaje, me he sorprendido frente a un Cantábrico sereno y quieto como un lago, me he "emborrachado" de verdes, he admirado una ciudad limpia, recuperada en sus monumentos tradicionales y "rompedora" e innovadora en su arquitectura reciente, he disfrutado las delicias de una excelente gastronomía y he podido abrazar a las personas que quiero, y todas estas cosas decirlas de viva voz, porque a veces me resulta imprescindible hacerlo.

 

Y el acontecimiento familiar importante –una boda-, que me ha llevado hasta allí, se ha desarrollado a la perfección y todos esperamos que así continúe.

 

Y con cierta tristeza al fin, he abandonado los "verdes" y he regresado a los "azules". A esa Málaga luminosa y alegre, no tan limpia ni tan cuidada, pero llena de un algo especial, de un duende, de un hechizo que se respira en el aire y por el que me siento atrapada.

 

Y me acogen mis hijos, mis nietos, mis amigos, mis compañeros, y me dicen de forma explícita o sobreentendida. "Te hemos echado de menos. Bienvenida".

 

Y todo vuelve a estar bien. Y "tó er mundo e güeno".

 

sábado, 22 de mayo de 2010

LA  NAVIDAD

Tomás Morales Cañedo.

                                     

 

         La fiesta de la Navidad ( Na(ti)vidad o Nacimiento) no comenzó a celebrarse hasta ya avanzado el siglo IV. Hasta el siglo II los cristianos sólo conmemoraban la Pascua de Resurrección, considerando irrelevante cuándo había nacido Jesús.

 

         Se han propuesto diversas fechas para su nacimiento y muchas iglesias las conmemoran ese día. El 6 de Enero (día de la Epifanía o aparición, "incorporación de Jesús a la humanidad) o el 10 de Enero, el 25 de Marzo (Anunciación), el 15 y el 20 de Abril…

 

         En la actualidad los Testigos de Jehová deben ser los únicos que no celebran la Navidad, por considerarla una festividad pagana, rechazando, además, que la fecha pudiera ser Diciembre.

 

         Pero parece que ninguna de las fechas se acerca a la que pudo ser la fecha real.

 

         ¿Que cuándo nació, realmente, Jesús?. No se sabe. Pero si se tienen en cuenta, como criterio, y cruzándolos, los tres documentos escritos de que disponemos, el de San Lucas, la orden de César del empadronamiento y el del sacerdote Zacarías, lo que se saca en limpio es que Jesús no pudo nacer un 25 de Diciembre.

 

         Dice el evangelio de San Lucas que la noche del nacimiento de Jesús los pastores cuidaban los rebaños al aire libre y que el cielo estaba lleno de estrellas, por lo que es poco probable, o improbable, que hubiera ocurrido en invierno, cuando, precisamente más frío hace en el Hemisferio Norte.

         Por otra parte, tenemos el documento del servicio, por turno, de los sacerdotes en el templo de Jerusalén. Al sacerdote Zacarías, el padre de Juan el Bautista, le es anunciado que su esposa, Isabel, está embarazada. María, la madre de Jesús, que es su prima, acude a visitarla. Jesús tuvo que nacer seis meses después que el Bautista, y si éste nació en Marzo, Jesús tuvo que nacer a finales de Septiembre-principios de Octubre.

 

         Además, el censo, ordenado por César, por prudencia política, no pudo ser en Diciembre, época de frío en Jerusalén. Lo que le faltaba a César era ordenar el censo en Diciembre, precisamente a los judíos, siempre proclives a la rebelión contra Roma.

 

         ¿Por qué, pues, el 25 de Diciembre?.

         Fue una buena, útil, aunque no sé si calificarla de sibilina, la estrategia llevada a cabo por la Iglesia.

 

         Fue una jugada maestra, de auténtica estrategia empresarial-comercial, mercadotecnia pura, programada en tres pasos:

 

         1.- Aprovechando que … (el Pisuerga pasaba por Valladolid)… colarse, de rondón, en el mercado de invierno ofertando un nuevo producto a los consumidores.

         2.- Compartir, durante un tiempo, el espacio y el tiempo.

         3.- Quedarse con el monopolio del mercado, arrinconando y/o prohibiendo, los demás productos.

 

         Y es que en el Imperio Romano las fiestas denominadas Saturnales se celebraban durante la semana del solsticio (de invierno), que era el acontecimiento social principal, día en que los romanos celebraban la fiesta del nacimiento de  "El Sol Invicto", fiesta asociada al nacimiento de Apolo y que llegaban a su apogeo el 25 de Diciembre.

        

         Pero como Julio César introdujo su calendario ("calendario Juliano) el año 45 a.C. hubo que hacer ajustes y el 25 de Diciembre, día del Solsticio, hubo que ubicarlo entre el 21 y el 22 de muestro calendario ("calendario gregoriano").

         Durante estas fiestas los romanos posponían todas las actividades bélicas, no se abrían las tiendas, cesaban las actividades laborales, así como las actividades públicas (tribunales, escuelas,….), se hacían regalos…

         Sólo estaba permitida una actividad. Supongo que se la imaginan. La cocina, que, naturalmente recaía en la….

 

         Lo de Solsticio de Invierno o de "El Sol Invicto" es porque, realmente, el sol parece que está inmóvil, cambia muy poco su declinación, de un día a otro, pareciendo permanecer en un lugar fijo del ecuador celeste. A partir de ese momento los días son cada vez más largos y las noches cada vez más cortas.

         Los conceptos polares, luz-oscuridad, día-noche,….que son fenómenos naturales, en un principio hacía referencia, únicamente, al ámbito campesino y ganadero (lo cual era lógico), sólo mucho después rebasó este campo y llegó al ámbito urbano, asumiéndolo la ciudad.

.

         ¿Interpretación, en clave cristiana, de este fenómeno natural que, indefectiblemente, se repite cada año?: Jesús es la Luz del mundo y, a partir de su nacimiento, Él va a iluminar el mundo, etc, etc,…Además es Vida.

         Luz (solar y divina) y Vida (agrícola-ganadera y divina).

 

         Todos, pues, cristianos y no cristianos, tienen motivos para divertirse y celebrar estas fiestas, aunque sea por motivos distintos, bien para la convivencia familiar y social, bien por motivos religiosos, o festejando la llegada de más luz diurna a partir de ese momento.

 

         Nunca deben cambiarse las fechas, sino aprovecharlas dándole otra significación. Se mantiene el continente y se cambia el contenido.

 

         Cuando Europa se hace toda ella cristiana desaparece Saturno (mito) y las Saturnales, se mantiene el Solsticio (fenómeno astronómico invariable) y se continúa con el motivo, ahora ya sólo religioso (cultural).

 

         Es un error contemplar el mito sólo desde la perspectiva de la verdad-falsedad, sin tener en cuenta el criterio de efectividad, de pragmatismo, teniendo en cuenta su benefactoría.

 

         Además si hubiera nacido el 25 de Diciembre, María tendría que haberse quedado embarazada 9 meses antes, el 25 de Marzo, que es cuando se celebra el día de la Anunciación del ángel, el día de la Encarnación, cuando Dios se hizo carne en el vientre de su madre.

 

         Nada de extraño tiene, pues, que durante algún tiempo, la Iglesia hubiera estado dándole vueltas al intento de poner el 25 de Marzo como el primer día del año.

 

         Aunque para la Iglesia la Pascua de Resurrección siempre fue una festividad más importante que la Navidad, por aquello que decía San Pablo: "si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe".

         Resucitar tiene más trascendencia que nacer, aunque mal podría haber muerto, para resucitar, si antes no hubiera nacido.

 

         ¿Qué día creen Uds, que nacieron los principales dioses: Osiris, Horus, Apolo, Mitra, Dionisio (Baco)….?. Pues el día del solsticio de invierno. ¿Por qué iba a ser el Dios cristiano menos importante que esos dioses, al hacer referencia a la Luz…?

 

         Fíjense. El culto a Mitra apareció unos 1.000 años a.C.

         Mitra cargaba con todos los pecados y espiaba las iniquidades de la humanidad. Era el mediador entre el Bien (Ormuz) y el Mal (Ahriman). Era el dispensador de la Luz y de los Bienes. Era guardián protector de todas las criaturas. Era una especie de Mesías que, según sus seguidores, debía volver al mundo a juzgar a los hombres. Era un dios que había nacido de una madre virgen, en el solsticio de invierno, en una gruta o cueva, fue adorado por pastores y magos. Obró milagros. Fue perseguido. Acabó siendo muerto y resucitó al tercer día…

 

         ¿Les suena, todo esto, a algo?

 

         Y ahora que ya sé que no pudo nacer en Navidad.

         Y ahora que ya sé que se llega al absurdo de tener que decir que Cristo nació 4 ó 5 años antes de Cristo,

         Y ahora que ya sé que casi todos los dioses habían nacido de una virgen.

         Y ahora que ya sé que…

 

         ¿Por qué no se puede seguir celebrando las fiestas de Navidad como esos días en que se reúnen las familias, se desean felicidad todos a todos, se brinda con un buen vino, se come, todos juntos, alrededor de una mesa, comida especial, se preparan dulces navideños, se cantan canciones pegadizas, la diversión chorrea a raudales…?

 

         ¿Por qué no?

 

         ¿Porque no nació ese día?. ¿Y eso es motivo suficiente para privarnos de la alegría de vivir intensamente, en familia, unos días, que, quizá, no vuelvan a repetirse hasta el año siguiente?

 

         ¡Por favor!

 

         ¡Hay fundamentalistas "pa tó"!

 

         Un fenómeno natural, el solsticio o el día de mi nacimiento, puede ser (y de hecho lo es) revestido de una significación social-cultural, celebrar mi cumpleaños. Desde el punto de vista natural, haber nacido un 8 de febrero de 1.944, a la naturaleza le importa un pimiento, pero a mí sí que me importa.

 

         El árbol de Navidad, como símbolo de vida y de  fecundidad, con todos los familiares cantando a su alrededor y abriendo los regalos, es, social y familiarmente, muy beneficioso.

 

         Los Reyes Magos, como premiadores o castigadores de las conductas de todo un año, es un método educativo infantil vigente desde que el mundo es mundo.

 

         El Ratoncito Pérez. premiando a un niño por un hecho natural, pero frustrante, como es la caída de un diente, para hacer su casita… ¿es perjudicial para el niño que sólo maneja, todavía, el mecanismo de su imaginación?

 

         ¿Le respondemos, a ese niño "imaginativo", con la verdad, en bruto, de que los Reyes son los padres y de que son los padres los que se llevan, durante la noche, el diente caído y puesto bajo la almohada, dejándole dinero?

 

         Los mitos, cuando dejan de ser benefactores, se caen por su propio peso. El niño, a su tiempo, descubrirá su falsedad, pero seguirá repitiendo el mito en sus hijos, porque son benefactores.

 

         Querer hacer desaparecer la Navidad (fenómeno cada vez más familiar y social y menos religioso) y sustituirla por la festividad del Solsticio de Invierno, sólo fenómeno natural, es de mentes cortas y que no se enteran de la misa la media.

 

         Cuando leo, en un correo que me envía un amigo, y empezar pontificando: "Los viejos mitos y las nuevas verdades", ya, de entrada, hace que me ponga en guardia.

         Y cuando, a continuación, sigue: "La revolución es así. Acaba radicalmente con los mitos más antiguos", identificando "fascismo" (término político) con "mito religioso" para, a continuación, seguir afirmando, tajantemente, :"De este mundo que alborea…han de salir los nuevos mitos, esto es las nuevas verdades"…

 

         Es o para no tener en cuenta su ingenuidad o para temer a quien así, tajantemente, lo afirma.

         Nunca una revolución puede acabar con un mito, desde fuera, externamente, violentando una práctica popular, habitual y benefactora.

 

         ¿Acaso no es un mito la revolución misma y las maravillosas consecuencias que de ella van a derivarse? ¿No se impone, por la fuerza, la revolución, sobre aquellos que no la quieren ni la desean?

 

         El mito del futuro Paraíso Comunista ¿no ha ido difuminándose para ir esfumándose y desapareciendo en el paisaje, por sí mismo?

 

         "Cosas espirituales" son la Poesía, el Arte, la Filosofía,…. Que no deben confundirse con "cosas religiosas".

 

         Afirmar, tan ingenuamente, que los viejos mitos son falsedades y que los nuevos mitos son verdades, es afirmar que es el tiempo que lleven vigentes quien los caracteriza y los califica como tales, cuando, en realidad, es el pueblo quien los sanciona, independientemente del tiempo de vigencia.

 

         Que un ateo afirme que hay que desterrar la Nochebuena, entra dentro de sus mecanismos lógicos mentales, pero decir, a continuación, que sólo los Domingos y ningún otro día será festivo es una "contraditio in terminis", porque el Domingo (ß "dominus" = Señor) es el "día del Señor", un día religioso.

         Como lo son los Viernes para los musulmanes y el Sábado para los judíos.

         Tendrían que haber elegido otro día "libre de connotaciones religiosas", o haber hecho lo que hicieron los revolucionarios franceses, al querer imponer su nuevo calendario, natural (y, la verdad, sugestivo) y proclamar día de descanso el décimo día, en aplicación del sistema métrico decimal a la división del año, algo más lógico que el sistema septesimal para los días, el sistema sexagesimal para los minutos y segundos, el sistema duodecimal para los meses o el de 24 horas para los días.

 

         La Nochebuena y la Navidad pueden tener la connotación que tú le des, religiosa o no, depende de ti, no queriendo imponer y sí respetar.

 

         En España, y cada vez más, están considerándose unas fiestas cada vez más culturales, celebrándolas tanto las familias creyentes como las ateas.

 

         En vida, lo normal es acordarse de los cumpleaños. Cuando se muere sólo se conmemoran los aniversarios de la muerte. Sin embargo, desde una larga tradición la Iglesia, siguiéndola el pueblo, propuso y se admitió celebrar tanto el nacimiento de Jesús como su muerte. Son las dos Pascuas: Las de la Na(ti)vidad y las de Resurrección o Pentecostés.

sábado, 15 de mayo de 2010

EL MON PER UN FORAT

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Mis primeros contactos con la lengua valenciana, estamos hablando de unos años en que no era muy habitual que en Valencia capital se utilizase este lenguaje, catalogado por entonces como propio de las zonas de labradores - L'horta, llauradors -, fue con este titulo.

 

Aprovechando algún periódico que caía en mis manos, me llamó especialmente la atención unas décimas humorísticas, cuyo autor creo recordar  era "Milo", en un apartado titulado precisamente así: "El mon per un forat". Ahí fue donde comencé a conocer (¿?) el valenciano. Porque estaba escrito en valenciano. Era la única concesión que el diario "Levante" – perteneciente a la Prensa del Movimiento, como la mayoría de los diarios en aquella época (¡ay, contra Franco se vivía mejor!) - hacía a esa lengua.

 

Poco a poco, cada vez era menos necesario que alguien te dijera el significado de tal palabra o el sentido de esta expresión. Poco a poco. Y te ibas acostumbrando e ibas conociendo y hasta podías ir siguiendo la conversación… poco a poco.

 

Y era cierto que veíamos el "mon per un forat", efectivamente, mirábamos el mundo por un agujero. Aquel desde el que lo divisábamos, o desde el que te permitían mirarlo.

 

Se miraba "el centralismo" como el causante de todos los males presentes, pasados y futuros. Todo dependía de esa dependencia de "Madrid". Una vez se pudiera acabar con ese centralismo… ¡coser y cantar!

 

Era el objeto de todas las quejas. Hubo unos años, del 75 en adelante, en que en cualquier tipo de manifestación, reunión o movimiento popular, se gritaba habitualmente lo de "¡llibertat, amnistía y estatut de autonomía!".

 

Nuestro agujero para ver el mundo – el mon per un forat – era limitado por las posibilidades y las formas en que podíamos juzgar algo que en parte se nos escapaba. No nos era posible una visión más amplia de la que podíamos y que en aquellos momentos disponíamos. Eso se reducía a ese agujero por el que mirábamos.

 

 

Indudablemente la aspiración era de gran envergadura, sin duda, era ni más ni menos, que algo de lo que carecíamos: LIBERTAD, algo de lo que debíamos beneficiarnos, o más bien tratar de que los demás se beneficiaran: AMNISTIA, y algo que todo el mundo entendía que sería una solución al deseo sin límites de un estado excesivamente centralizado, que no atendía al deseo de diversas comunidades de obtener un nivel suficiente de auto-gobierno, con el que, pensaban, iba a desaparecer el tan odiado y criticado "centralismo estatal": AUTONOMIA.

 

En aquella época recuerdo que, ante la posición exigente e ilusionada de personas que estaban muy en sintonía con la consecución de esa autonomía como era el caso de Enrique, Daniel, Amparo, y otros varios, yo traté de hacerles ver que ese centralismo del que tanto protestaban entonces, se iba a volver contra ellos mismos, una vez se concediese el estatuto de autonomía.

 

Ese mismo vicio, volvería a darse – y así ocurrió realmente – cuando la responsabilidad de gobierno cayese en el gobierno valenciano, residente en Valencia capital, desde donde habría que gobernar a Castellón y Alicante. Pregúntenle si no es así a cualquiera de los habitantes de estas dos provincias si existe o no centralismo en el gobierno valenciano.

 

Es indudable que esa misma acusación se repetiría cuando tuviéramos nuestro "Estatut de Autonomía". Esos agujeros por donde se mira al mundo siguen y seguirán existiendo siempre.  

 

El "forat" sigue prestando sus servicios actualmente a muchas personas, demasiadas. Seguimos manteniendo el agujero por el que mirar lo que nos interesa, no lo real, sino lo que nuestro particular "forat" nos permite ver. Desgraciadamente "el mon per un forat" sigue actualmente dando sus distintas versiones.

 

Forat, forat… Pienso yo ¿por qué forat (nunca mejor dicho que en Valencia) mirarán mis amigos valencianos los afaires de esta su clase política, con sus trajes, sus joyas, sus coches, financiaciones, etc?

 

Sin duda alguna, los forats serán distintos, los mirados por los partidarios del poder y los de los partidarios de la oposición. El mon per un forat, así es la vida.

 

No es necesario mirar fuera de ti mismo. Yo miro por mi particular forat, y a veces me veo un tipo bueno, amigo de mis amigos, buena gente, amable, inteligente…

 

Si miro por el otro forat… llamo "mamón" a mi amigo Andrés, le publico a Tomás artículos en mi blog para que no pueda publicarlos en el suyo, no entiendo las explicaciones de la profesora de Filosofía, a veces no sé si la clase de francés la da Redoli o Mayte, otras veces llamo a Mayte "Ñora" para ver si se enfada y me detesta…, siempre es posible ver un nuevo forat, por donde poder observar de nuevo el mundo.

 

A veces me gustaría conocer por qué forat mirarán algunas personas el mundo. Si tuviera que elegir a quién me gustaría verlo, elegiría, elegiría a… ¡Antonio Vázquez! A los que lo conocéis, no hace falta dar explicaciones y a los que no lo conocéis, ¿para qué? De cualquier forma, yo sigo admirando la forma de ver el mundo que tiene mi amigo Antonio, aunque a veces no esté de acuerdo con sus ideas.

 

Cuando estaba escribiendo este artículo, pensaba… ¡qué tiempos! ¿cuántos años hace que yo empezaba a leer en el "Levante" las rimas estas de "el mon per un forat"? Años…, yo era un chaval, y ahora todo el mundo me habla de usted, mala señal.

 

 

domingo, 9 de mayo de 2010

Recién cumplidos veinte años…

Mayte Tudea Busto.                                                                               

 

 

Recién cumplidos veinte años y con todas las ilusiones del mundo por estrenar, llegué a esta ciudad a la que he terminado queriendo mucho y con la que no obstante mantengo mis discrepancias, aunque ella no sea –no puede ser- una interlocutora válida, ni tampoco la culpable de lo que me irrita . Los responsables son, y habrán sido, aquellos políticos que o bien la gobiernan o lo hicieron con anterioridad.

 

Málaga cuenta en su haber con un clima benigno y agradable –olvidémonos de Julio y Agosto cuando el calor aprieta-, con un mar habitualmente plácido y sereno con el que te encuentras de pronto en cuanto te diriges al sur, y que se extiende a lo largo de más de cien de kilómetros, desde Maro hasta Manilva; un mar que amplía la vista y dilata los pulmones. Su gente es acogedora y abierta,  proclive a la conversación y al disfrute, que vive la calle y la llena de ruido y de alegría... Tiene, además,  una gastronomía nada desdeñable, y una filosofía de vida muy especial, la del "carpe diem", vivir el presente, el hoy, el momento.

 

Todas estas cosas y algunas más son las que me han hecho sentirme a gusto en ella, aunque principalmente la circunstancia de que los seres que más quiero hayan nacido y vivan aquí: mis hijos, mis nietos, mis nueras. Ese  cordón umbilical que me liga a esta ciudad está tejido con innumerables vivencias, recuerdos felices, experiencias muy diversas (alguna especialmente amarga); en este lugar se ha desarrollado la mayor parte de mi vida, y por tanto, o bien soy parte de esta ciudad o ella lo es de mí,  y me ha dejado su impronta.

 

Málaga, es hoy muy distinta de cuando la conocí. En términos generales creo que ha mejorado considerablemente, aunque el crecimiento urbanístico descontrolado y un tanto caótico, la afee en muchos lugares y rompa con una armonía que entiendo debería de haberse preservado y defendido con "uñas y dientes".

 

En fin, lo hecho, hecho está.  La reestructuración del centro, el haberlo convertido en peatonal, a mi modo de ver la ha transformado, y permite que esta zona sea un lugar "vivible" por el que se puede caminar, pasear, demorarse si a uno le apetece, y disfrutar del clima agradable y de la mezcla de olores entre el azahar o la biznaga, y el "pescaíto" frito. La calle Larios es el ejemplo más emblemático de cuanto digo.

 

Ya sé que una ciudad no es sólo su centro, sino también su barrios, y algunos, desgraciadamente, han sido bastante olvidados. No obstante, los nuevos enclaves, los lugares por los que se ha ido extendiendo y ampliando, sí cuentan con "otro enfoque" mucho más racional y civilizado: léase Teatinos, o el nuevo Paseo Marítimo de Poniente.

 

Y ya he llegado a lo que más me duele, me indigna, me irrita, me encocora, me crispa, me subleva, me cabrea: todo aquello que se relaciona con la limpieza.

 

Desde hace cuarenta años, uno tras otro, ¡se dice pronto!, vengo escuchando aquello "del saneamiento integral" de las playas. ¡Cuarenta años!. Tanto como los que duró Franco, que ya es decir. Y al inicio de cada verano me encuentro como siempre, como el año anterior, y el anterior,  las  mismas aguas cubiertas de una espesa nata en las que incluso, a veces, flotan residuos. Y de ese mar cuyo sonido me serena, y cuya vista me dilata las pupilas, "aspiro" en ocasiones un olor a cloaca que dan ganas de salir corriendo y no parar hasta llegar a las secas estepas castellanas.

 

La única industria formal con la que contamos, la turística, y que ha producido durante todo este largo período de tiempo "pingües" beneficios, e innumerables divisas, y se olvida algo tan elemental e importante como es la calidad del agua del mar, en la que los turistas, -y  el resto de los mortales-, nos sumergimos.

 

¿No les da vergüenza a nuestros políticos? Según tengo entendido, el año 2012 es la fecha última que concede la C.E.E. para que este proyecto se haya finalizado. ¡Y aquí, con estos pelos! ¿Cómo van a llevar a cabo en apenas dos años lo que no han sido capaces de hacer en cuarenta?

 

Y para finalizar: una ligera mención a lo que termina de "ponerme contenta" en el día a día   -primavera, verano, otoño e invierno-: la suciedad de nuestras calles. Entre los excrementos caninos (los animales no tienen culpa), los papeles, los envoltorios, las colillas, esparcidos junto a magníficas papeleras de hierro –que supongo estarán casi vacías-, va uno abriéndose camino con el temor a resbalar, caer y romperse la crisma. Y de esto no tienen la culpa sólo los que nos gobiernan.

 

Y yo siempre tan positiva, tan dispuesta a encontrar el lado bueno de las cosas, les aseguro que hay momentos –como sostiene mi hijo el ecologista-,

en que me daría de baja de esta ciudad, de este país, de este planeta. Y  repetir aquello tan rotundo "que me paren el mundo, que me apeo".

sábado, 1 de mayo de 2010

YO ESTABA ALLÍ. YO FUI TESTIGO (I)

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

No sé por qué se me ha ocurrido, de pronto, escribir algo de lo que yo crea ser testigo, haber estado allí, de primera mano…, aunque luego resulte que, bueno, pudiera o no ser verdad.

 

Y esto hacerlo cuando me apetezca. O sea, que puede haber una segunda entrega. Depende.

 

Si mi memoria actual fuera como dicen que era hace un tiempo, podría deciros quién era ese famoso escritor, no sé si era premio Nóbel o no, pero sí que era muy famoso. Un día, un nuevo escritor, mejor dicho, aficionado o principiante, le preguntó más o menos, qué tenía que hacer, qué consejo podía darle que pudiera servirle para avanzar en esa tarea de escribir. (No sé por qué me va por la cabeza que fue García Márquez)

 

El famoso escritor le contestó: miente, cuando escribas debes mentir. No demasiado, pero es necesario mentir.   

 

Por eso digo que en estos asuntos que pretendo ir "destripando", quizá se me escapen algunos gazapos, o quizá no se me escapen, quizá sean puestos adrede. Quizá.

 

Lo cierto es que, ahora que estamos a 10 de noviembre, va acercándose el veinte aniversario de una gran inundación en Málaga, la mayor que yo he vivido en esta ciudad, aunque en Valencia ya viví alguna tan importante o más que esta.

 

Empezó, como empiezan casi todas estas cosas, sin imaginar qué es lo que nos venía encima. A los de la zona de la Carretera de Cádiz, que fuimos los más afectados, se nos hizo de noche a la una de la tarde. Literalmente de noche. Y de pronto inició un repique de tambores justamente encima de nuestras cabezas. Redoblaban sobre nuestra cubierta como lo hacen en Hellín un Jueves Santo a las doce de la noche.

 

Yo fui testigo de cómo navegaban los coches por aquella avenida, cómo bajaban contenedores de basura, miles de cajas de video, de cualquier tipo de embalaje, cómo un autobús, lleno de viajeros comenzó a inclinarse, hasta que alguien dio la orden de abandono y cómo tuvieron que refugiarse en nuestras instalaciones más de cien personas, que eran empujadas por la corriente.

 

Por la Carretera de Cádiz, ahora Avenida de Velázquez, "navegaban" los automóviles como verdaderos barcos. Navegaban, y además sus propietarios arriesgaban su físico intentando sujetarlos ¡ilusos!, para robárselos a la corriente… A algunos hubo que rescatar, a punto de ser arrastrados.

 

Varios jóvenes que volvían del instituto tuvieron que ser rescatados por trabajadores de nuestra empresa al estilo más rústico que imaginarse pueda. Atados por la cintura a unas cuerdas, agarraban de donde pudieran al "salvando" y "pá dentro".

 

De esto, no solo fui testigo, sino sufridor. Todo el día sin comer, beber, ni descansar, con las piernas hasta más arriba de la rodilla dentro del agua y el fango. Yo estaba allí…

 

Esos recuerdos son difíciles de borrar. Los hay que los sigues recordando toda la vida.

 

Que te ocurra el desgarramiento  y posterior hundimiento de una montaña delante de tus ojos es algo inolvidable. Hace unos años, no sé cuantos, pero son más de diez, un domingo por la mañana subíamos la Pepa y yo por la salida a la autovía desde el Arroyo Jaboneros.

 

Antes de salir, quizá unos 50 metros antes, alguien nos hizo parar. El vehículo que me precedía paró y detrás yo. El señor que nos paró nos hizo claras señales de que algo ocurría, que nos marcháramos hacia atrás.

 

Dimos la vuelta, y nos quedamos aparcados en la parte contraria por debajo de la autovía.

 

Era impresionante ver cómo esa montaña se desgajaba poco a poco  y sus rocas ¡enormes! rodaban hasta taponar la autovía… y volvía a rasgarse de nuevo otra parte de la montaña… y daba la impresión de que la tierra se estaba deshaciendo, que alguien estaba dibujando y desdibujando uno y otro paisaje a su gusto.

 

Y entonces empezaron a llegar mirones, y mirones, y el helicóptero con la televisión…

 

Pero yo estuve allí desde el justo momento en que aquello se inició, tanto que podía haber sido arrollado, si un señor (desconocido) no se hubiera dado cuenta de que la montaña estaba a punto de parir un nuevo paisaje.