domingo, 7 de marzo de 2010

LA VIDA COMO MILAGRO

Mayte Tudea Busto       

 

 

Decía Einstein: "hay apenas dos formas de ver la vida. Una es pensar que no existen los milagros. Otra es creer que todo es un milagro".

 

Ustedes a que teoría se abonan ¿a la primera o a la segunda?

 

A estas alturas de la película en que una ha consumido casi las tres cuartas partes de su vida (soy una optimista irredenta) y que ha vivido experiencias de índole tan diversa, no puede evitar el momento de la reflexión sobre esta larga secuencia que llamamos vida y esbozar algo parecido a un balance, ordenando en el "debe" y en el "haber" los hechos más significativos que nos han sucedido. Es – no puede ser de otro modo -, un balance provisional; el definitivo sólo sería posible llevarlo a cabo en el instante final, y uno, afortunadamente, desconoce cuándo y de que forma va a producirse.

 

No ignoro que existen personas desgraciadas desde que nacen hasta que mueren. Personas marcadas por el infortunio y que son acompañadas por él, sin apenas tregua, en su paso por este mundo.

 

Sin embargo, creo que lo más frecuente en nuestro recorrido vital, es el encadenamiento de sucesos o épocas gozosas, con otros en los que la fortuna – no necesariamente en el sentido material - nos vuelve la espalda, o el dolor nos sorprende con hechos luctuosos e inesperados.

 

Y pienso también, que en todas las experiencias por las que atravesamos, incluso en las más traumáticas, siempre subyace algo positivo, algo que nos hace crecer como personas, madurar, entender mejor a los otros, empatizar, en definitiva humanizarse.

 

Y en este punto para mí se encuentra el "nudo gordiano" de la  reflexión. Aunque puedan ser trascendentes las cosas que nos suceden, lo es mucho más el modo que tenemos de enfrentarnos a ellas. Y aquí se establece la gran diferencia. Si tomáramos como ejemplo dos vidas similares, con acontecimientos felices y dolorosos – como casi todas -, y preguntáramos su opinión a los que las han vivido, uno se manifestaría desgraciado y el otro contento con la que le ha correspondido.

 

"No llores por lo que has perdido, alégrate porque lo has vivido"

Ignoro de quién es esta frase, pero me abono a ella.

 

Valorar cada día todo lo bueno que tenemos, hacer proyectos, ilusionarse también con las pequeñas cosas, recordar que somos importantes para otras personas, que contamos con el afecto de nuestros amigos, y ejercitar aquello que nos gusta y nos proporciona placer, la lectura, la escritura, la música; tener la mente abierta a nuevos conocimientos, y seguir interesados siempre en aprender, porque como decía Chaplin: "en esta vida sólo podemos ser aprendices, no disponemos de tiempo para más".

 

Creo que he dejado bien claro cual es mi teoría. Y a ella me aferro con fuerza, porque hay algo mágico en mucho de lo que nos ocurre, que no podemos prever y que nos sorprende y nos maravilla.

 

Y termino con la última estrofa de un poema muy largo que he compuesto y con el que no debo cansarles:

 

Y aunque sabes incierto el futuro, al sentir

que el milagro anida,

si es milagro el vivir, obligado es decir:

¡gracias te doy vida!

 

5 de Marzo de 2010

 

2 comentarios:

Angel dijo...

No olvides, amiga Mayte, que una persona pesimista es una optimista bien informada.

De cualquier forma, siempre viene bien poner un trago de optimismo en la vida.

Maruja Quesada dijo...

Querida Mayte: he leído y releído tu artículo “La vida como milagro” y me abono a la segunda teoría de Einstein.
Soy persona marcada por el infortunio como tú bien conoces.
Escribes en él esta cita “No llores por lo que has perdido, alégrate por haberlo tenido”, autor desconocido.
Pues hoy lloro por haber recuperado mi brazo (desahuciado médicamente). ¡Milagro! No sabría que decirte, pero él ha recuperado sus movimientos y agilidad. Te preguntarás ¿cómo lo he conseguido?. El trabajo de casa y el querer ser más feliz.
Según el filósofo Tomás Morales en su artículo “Ser Inteligente – Ser Feliz” y en el que inserta la teoría del filósofo Marina que dice: “La salud y la Suerte son la base de la Inteligencia”. Ante esta teoría, puede que mi salud vaya mejorando, la suerte esté llamando a mi puerta, y esté recuperando algo más mi inteligencia. Ya que para las dos primeras es fundamental esta última.
Yo termino con la última estrofa de tu verso que me ha gustado mucho, pero con un leve cambio:
Ya no veo tan incierto el futuro, al sentir
que el milagro anida,
si es milagro el vivir, obligado es decir:
¡Gracias te doy vida!
Un abrazo de Maruja.