sábado, 21 de noviembre de 2009

¿QUIÉN DEFINE AL POETA?

Mayte Tudea Busto

Noviembre 2009

 

Tomás, nuestro filósofo, ha escrito: "Ser poeta es una cosa muy seria y hay que ser muy arrogante o muy necio para adjudicarse a sí mismo esta condición". 

 

Y yo me pregunto: ¿Y quién es la persona capacitada para otorgarle a otra ese título?

 

Yo leo a poetas contemporáneos –algunos de ellos afamados y reconocidos-, y sin embargo, ante la lectura de algunos de sus versos permanezco indiferente, sin que ningún eco se produzca en mi interior ni consigan despertar en mí ningún tipo de sentimiento.

 

Yo entiendo que la poesía tiene que estar principalmente compuesta de emociones, y despertarlas en el que las lee obligándole a reflexionar sobre lo leído, a interpretarlo y a comprenderlo siempre desde la vertiente del sentimiento, porque un poema es una flecha lanzada directamente al corazón de la sensibilidad.

 

Siguiendo el razonamiento de Tomás, yo sólo puedo considerarme "una aprendiz de poeta", si es que a esto se le puede considerar un "oficio". Una aprendiz entusiasta y hasta "encandilada" con esta labor –que a veces se resiste-, esta labor  en ocasiones huidiza e ingrata, y en otras, generosa y magnánima.

 

Y nunca dejo de sorprenderme cómo cuando traslado al papel las palabras o las metáforas que van surgiendo, éstas no siempre responden a un pensamiento elaborado y concreto, si no que tienen entidad propia, y parece que se hacen tangibles por una voluntad ajena a la mía; que esos versos son producidos por un ser extraño a mí, o que brotan desde un compartimiento oculto que yo desconozco y del que no poseo la llave.

 

Estoy de acuerdo con Tomás en que la palabra poética viene depurada desde su origen y contiene en sí misma la esencia de las cosas y sólo de este modo podrá permanecer en el tiempo y alcanzar algo parecido a la inmortalidad.

 

Disfrutando a San Juan de la Cruz, a Quevedo, o a Machado –por elegir a algunos de los que me tocaron el corazón- me asombro de que aunque hayan transcurrido, años, siglos, desde que crearon sus poemas, éstos siguen permaneciendo vivos, plenos del vigor y de la emoción con la que fueron escritos, y provocan en mí ese pálpito, ese temblor, y me sigo admirando y maravillando de que continúen siendo tan actuales y al mismo tiempo, tan eternos.

 

 

PALABRAS POÉTICAS

 

 

 

                                                                  Flotando en nebulosa iridiscente,

igual que ardiente magma se caldean,

y en fértil limo nacen y procrean,

yendo del corazón hasta la mente.

 

La idea las atrapa, y a la mano

la orden manda certera y concluyente,

y el papel las recibe complaciente,

y deja huella fiel del ser humano.

 

Primero una palabra, luego un verso,

tejidos con mil hilos plateados

se conforman poemas, que anudados,

 

prendidos en el haz y en el reverso

del pensamiento, fluyen, y con calma,

vibran cual eco y llegan hasta el alma.

 

1 comentario:

Angel dijo...

Me encanta tu artículo, y efectivamente nadie puede autodenominarse poeta, aunque a ellos se les nota enseguida.

Y por cierto, es una lástima, pero no puedo corregir la primera linea del soneto, descentrada, me resulta imposible centrarla. Aun así, me gusta.