lunes, 14 de septiembre de 2009

TODOS NECESITAMOS UN APOYO

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Todos necesitamos, buscamos siempre un apoyo. Siempre necesitamos algo o alguien en quien apoyarnos para seguir elaborando un proyecto, para seguir planificando, viviendo… todos necesitamos un apoyo.

 

La sociedad entera busca y encuentra esos apoyos. Los padres, uno en el otro. Los hijos, en los padres. Entre amigos, entre compañeros, en los colegios… ¿en quién se apoya el maestro? En las empresas, en las sociedades. A veces es tan difícil encontrar un apoyo…

 

¿En quien se apoya el responsable? El jefe también necesita ese apoyo. ¿Quién es capaz de apoyar al jefe, exponiéndose a las críticas del resto?

 

Es muy difícil encontrar un punto fiable de apoyo cuando se está dirigiendo a la gente, con responsabilidades, con obligaciones y con el objetivo de que no quieres tener a tu lado aduladores… Yo he necesitado encontrar una base fuerte de apoyo…, y la he buscado… No era fácil encontrarla. Aunque parezca mentira, no es tan fácil encontrar en las empresas personas con la suficiente preparación y con el  ánimo de servir de apoyo, sabiendo que será simplemente eso, un apoyo, sin más que esperar…

 

Cuando más lo has necesitado, siempre encuentras a la persona que te sustenta, te apoya, te sirve de base para tu supervivencia. ¡A mí me lo van a decir! Sin la ayuda de mi compañera me hubiera sido imposible salir adelante después de mi accidente cerebral. Todos necesitamos un apoyo. En todas las situaciones. En cualquier puesto.

 

Por esto, no encuentro explicación a las personas que suelen salir constantemente con enfrentamientos verbales ante cualquier tipo de dialogo que se les proponga. Precisamente de esas situaciones suele salir un buen tipo de apoyo para tus ideas, para tus posturas o para tus proyectos. ¡Cuántas veces, tras una larga discusión dialogada sobre distintos puntos de vista, has conseguido encontrar esa solución que tanto habías perseguido para tal o cual problema empresarial…!

 

Supongo que muchos de vosotros habréis oído comentar las célebres "tormentas de ideas". Cuando empiezas a oír su juego… siempre piensas que eso es un camelo, que eso no es serio… una vez que lo conoces, que ves su funcionamiento y sobre todo, sus resultados… ¡qué sorpresa! ¡Es una verdadera fuente de soluciones!

 

Muchos de vosotros recordareis los enfrentamientos entre dos personas, que a mí me han fascinado, y a quienes he admirado, a pesar de los pesares. Me refiero a Felipe González y Alfonso Guerra. Inconcebibles el uno sin el otro.    

 

 

Y no porque fueran personas compatibles, compenetradas, con igualdad o semejanza de caracteres, de gustos, etc. No. Simplemente, en su quehacer, en su sistema, se complementaban. Yo pienso que más bien, el verdadero apoyo de González fue su compañera, Carmen. Ironías de la vida…

 

Al recordar estas cosas de hace tantos años, me viene a la cabeza la noche en que, tras entregar el acta de la mesa de la era presidente, sería alrededor de las doce de la noche, llego a mi casa y estaban esperando Pepa y un matrimonio amigo, compañero en la UGT, de la éramos representantes en la empresa. ¡Y salimos a las una y pico de la mañana a celebrar el triunfo socialista por las calles de Valencia! Era una seña de triunfo para las ideas que para cuatro chavales como nosotros significaba el triunfo de personas como las anteriormente citadas  (Felipe y Guerra), que representaban la mayor esperanza de cambio que todos esperábamos…  

 

Cada uno tiene unas ideas, a veces claras y otras no tanto, pero que cuando de pronto se ven reflejadas en la realidad, te produce una fuerte llamada, una impresión de que aquello que tu esperabas, está camino de realizarse.

 

Eso resultó para mí el salto al poder de alguien como Felipe González. La esperanza de que "aquello algo que no sabías bien qué era" se había hecho realidad. Y te produce una profunda satisfacción.

 

El otro día oí a Fernando Delgado en un artículo suyo, decir algo así como que "todos estamos hechos, formados, de trozos de memoria". Todos lo estamos, y eres más consciente de ello cuando, por cualquier motivo, la memoria te falla, notas su falta, sientes el vacío dentro de tu cerebro, te falta una parte importantísima de tu vida. Por eso cuando recuerdas hechos, a veces insignificantes, que te remueven por dentro, agradeces tener tus trozos de tu formación en activo… 

 

Colita, apodo con el que se conocía a una célebre fotógrafa catalana, se retiró de la fotografía, después de haber hecho famosa como la mejor retratista, por lo que fue premiada con la Cruz de San Jorge. Esta famosa retratista, retirada hace unos años, ante la pregunta de un periodista de si volvería alguna vez a ejercer su profesión, contestó: "Solo volvería a fotografiar si fuera para retratar a los banqueros culpables de la crisis financiera entrando en la cárcel" ¡Ole tus ovarios! Y yo que lo viera…

 

Y vuelvo a la parte con la comencé el artículo. Todos necesitamos en quién apoyarnos. Temo a aquellas personas que desprecian sus apoyos o que están convencidos de que son tan fuertes que no los necesitan. Me dan pánico…   

 

  

 

 

 

 

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