TE SORPRENDES A TI MISMO
Ángel Pulla Dijort/Málaga
A todos nos ha ocurrido en varias ocasiones descubrir reacciones a tus propias palabras o pensamientos. No esperaba que a mi me sorprendiera y tuviera tal respuesta.
Incluso, pasado un tiempo de algunas vivencias, encuentras que tus actuales circunstancias no eran las que anteriormente esperabas tener.
Hace unos tres años, por circunstancias personales, dejé de pertenecer a la junta directiva de la Asociación Amaduma, a la que tantos años pertenecí y con tanto interés presté mis ayudas como Vicepresidente y posteriormente también como secretario.
A lo largo de los días, los meses, te vas alejando poco a poco de las personas que han convivido contigo y con quienes has mantenido un habitual trato en los despachos y en los viajes y demás.
Era ciertamente más habitual de lo deseable que Mayte me comunicara que varias socias se quejaran de mis, a veces, agrias contestaciones a sus insistentes preguntas y exigencias de asuntos que para mí eran de sobra conocidos por todas ellas, referentes a visitas, exposiciones, viajes, etc. y que no había forma de hacerles entender que no podíamos estar continuamente pendientes de los caprichos y deseos de cada una de las socias. Que a veces mis contestaciones eran del tipo de "ponerse aquí alguna de vosotras y veréis lo molesto que es estar continuamente pendiente de vuestros caprichos". Después alguna que se ha visto en la misma tesitura se ha dado cuenta de que no era el problema del mal gesto de Ángel, sino que ellas mismas han visto que esto mismo le ocurre al que está al cargo de la reunión, sea quien sea.
Bien, aparte de esos riesgos normales en cualquier trato, con el paso del tiempo, veo al cabo de tres años, que cuando alguna vez me encuentro con muchos/as de los socios, recibo tal cantidad de saludos afectuosos, abrazos, felicitaciones y demás, que como digo al principio, me sorprendo a mí mismo y creo que, o yo no era aquel ogro a quien pintaban antes o la gente ha cambiado bastante en su forma de enfocarme actualmente.
Todo tiene también distinto punto de vista, según las circunstancias propias y ajenas. Descubres que las personas que anteriormente te veían como el que imponía la ley y el orden, ahora entienden que aquella forma de actuar era realmente necesaria para poder desarrollar los "vivencias" diarias como algo que necesitaba organizarse racionalmente y sin apretones egoístas.
Desgraciadamente estamos actualmente en un caso histórico de pandemia por el Covid-19, con declaración de alerta nacional, todos recluidos en los domicilios, los niños sin clase, etc, etc. Esto nos lleva a la declaración de anoche del Presidente del Gobierno donde nos anuncia una serie de medidas, en sus propias palabras "Medidas drásticas, con consecuencias".
¿Significa eso que el presidente nos está tratando con dureza por el capricho de extender su mal humor a los ciudadanos?
No. Simplemente significa que se han debido tomar esas medidas, que tendrán consecuencias molestas, pero serán las que lograrán sacarnos de la actual situación y para lo que sí es preciso actuar con una buena cantidad de dureza, y más sabiendo que los españoles no aceptamos órdenes si no llevan acarreadas unas duras sanciones. Somos así, desafortunadamente no hemos desarrollado adecuadamente el gen del análisis y la obediencia.
He trabajado varios años como directivo en una multinacional alemana y eso me hace conocer bastante bien el carácter y forma de actuar de los alemanes. Siempre los he admirado y he envidiado su estructura empresarial, y ahora me encuentro con la sorpresa de que a la hora de reaccionar frente al Coronavirus, no admiten la disciplina china, italiana o española, y siguen con sus cervecerías abiertas, sus reuniones y sus rutinas exactamente igual que antes de la aparición del virus. Una amiga que es enfermera y lleva varios años trabajando en Alemania y les advierte del peligro, les comenta las leyes españolas y lo que se hace aquí, se queda igualmente sorprendida porque ellos dicen que aquello no es España y que allí no tiene ese virus la capacidad que se le reconoce aquí o en Italia.
Jamás hubiera esperado tal postura ante un problema de esta índole, del pueblo alemán, nunca los habría creído capaces de este comportamiento ciudadano.
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