miércoles, 19 de diciembre de 2012


LAS DICHOSAS FELICITACIONES NAVIDEÑAS

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

En los días previos a las vacaciones de Navidad del año 2010, estando ahíto de tanta parafernalia de Navidad con sus canciones, felicitaciones, SMS, correos, en fin de todo aquello, me cogió un día en que no pude más y exploté.

Y lo que salió fue - en parte solamente - esto que os repito a continuación: 

 

"Estoy hasta los "güevos" de las fiestas, la navidad, las felicitaciones, los SMS, las llamadas, las comilonas, los…, las…"

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"Por eso mismo, estoy hasta los "güevos" de que desde hace un mes se me martillee con canciones ñoñas y repetitivas. Se me lleve al huerto con luces por doquier, y con anuncios de "obligado cumplimiento" de compras de dulces, mariscos, corderos, vestidos de fiesta, bebidas para la ocasión…"

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"Estoy harto de tener que pasarme toda una tarde, una noche y una mañana, enviando mensajes sin parar a amigos, conocidos, e incluso gente a la que me importa un comino que estén bien, mal o regular, pero que por mor del día en que estamos, debo desearle mucha felicidad… ¡que les den…!"

"Y llamadas, y brindis, y comidas de amigos, de colegas, de compañeros, regalos de amigos, unos invisibles, otros inservibles, otros infumables, y otros… realmente amigos, pero que a estos los tienes todos los días del año contigo."

"Estoy aburrido, harto y hasta los "güevos" de tanta idiotez. Y si hay que buscar un día y un motivo, busquémoslo, pero cada uno el que quiera, sin fecha, sin obligaciones. Y si alguien te pregunta qué es lo que celebras con ese día de fiesta, con comilona, regalos, SMS, y demás, sencillamente poder decirle: celebro mi nacimiento, o mi defunción, o mi aniversario del día que no hice nada. Sencillamente, celebro lo que me sale del alma. Sin más. Y sin mentiras, coño."

Desgraciadamente hoy me encuentro con la desagradable circunstancia de que ¡ECHO DE MENOS AQUELLOS FASTOS!

 

Qué pena que no se vean esas caras de alegría, esas ganas de pasarlo bien, de felicitar a la gente, esas comilonas, esos villancicos, y sobre todo, esa fuerza interna en las personas, que hace salir por los ojos la proximidad de unas fiestas que eran habitualmente las más alegres y ruidosas del año.

Como decían en el poema de El Piyayo, "a mí me da pena y me causa un respeto imponente".

¡Que tengáis todos muy felices fiestas y un mejor año 2013!    

Felicidades.     

1 comentario:

Tomás Morales dijo...

¡Arriba los corazones¡ Porque hasta las 13 horas, 13 minutos, 13 segundos, del día 13 del mes.....12 (no hay más remedio) del 2.013 no llegará el fin del mundo.
¿Por qué voy a ser yo menos que los Mayas?.
Hasta que llegue esa día, durante todo el 2.013 "come, fuma, folla y bebe, que la vida es breve" (¿o quitamos algun-os verbo-s?)