viernes, 26 de octubre de 2012



SEMANA CULTURAL EN BETETA

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Hace algo más de veinte años - pueden ser veinticinco -, en los tres o cuatro días que iba de vacaciones al pueblo - Beteta - durante el mes de agosto, coincidió con la iniciación  en el pueblo de la "Semana Cultural".

Sorpresa y alegría me causó este hallazgo por lo inesperado y porque me impresionó el descubrimiento de que allí, en tiempo de verano, donde cada cual busca descansar y divertirse, un puñado de gente sintiera esa necesidad de cultura, de disfrutar de algo que avivara el espíritu y relajara las mentes.

Al cabo de unos años  volví a coincidir a mitad de agosto - a mí por mi profesión y lugar de ejercerla me resultaba muy difícil viajar en estas fechas - me encontré con un programa realmente excepcional en la "Semana Cultural".

Es fácil conseguirlo contando, como se hizo, con unas personas como las que se hicieron cargo de su funcionamiento. Me comentaron de las ganas de todos ellos, grandes esfuerzos para conseguir lo que poco a poco fueron capaces de obtener. Sin esperar más recompensa que el cariño del pueblo y la felicitación de las personas que, afortunadamente, coincidimos en Beteta esos maravillosos días.

Pocos años después, me asombra el comentario de mi hermana María sobre las actuaciones culturales en el pueblo con motivo de esta celebración. Son en verdad unas programaciones dignas de figurar en cualquier capital antes de en un pueblo tan pequeño metido en medio de la Serranía de Cuenca, casi en el cruce de Cuenca, Guadalajara y Teruel.

Vistos los programas de esos años, resultan llamativas las actuaciones que año tras año se conseguía presentar en el pueblo. ¡Asombroso!

Posteriormente comprobé que todo tiene su justificación, su origen.  

Lo conocí una tarde, hace unos años, en esos pocos días que pasé en el pueblo y encontré a dos hermanas, grandes amigas mías, Elvira y Nieves. Y hablando con ellas supe del origen de aquel boom de la semana cultural.

Lo de Elvira es muy fuerte. Un día, hace muchos años, escucho en televisión a don Matías Prats, padre, decir algo de "Elvirita Checa", y de pronto caí en que estaba hablando de mi amiga. Con Internet pude conocer que toda una vida, que va desde hace cincuenta años hasta la fecha, mi amiga había hecho algo así como "fabricarse" una verdadera artista, y dejando admirables obras como el pasodoble "Puerta Grande" y otras muchas más - por cierto que me habló de que estaba musicando poemas de Miguel Hernández -. ¡Grande eres, Elvira!

Así me dio a conocer que su hijo Carlos, director de orquesta, muy bien relacionado con el mundo de la música y una gran persona con inmensas ganas de trabajar y hacerlo bien, había aceptado hacerse cargo de la dirección artística de la Semana Cultural. Ahí comencé a comprender el por qué de ese extraordinario éxito de estas semanas culturales, que a mí cuando me comentaban lo que habían presentado ese año, me resultaban tan envidiables y tan dignas de admiración. Por cierto, este verano conocí a su marido y me pareció una persona admirable por su educación y amabilidad.

No entiendo cómo hay personas que posteriormente no admiren y proclamen la absoluta magnanimidad y excelencia de estos actos culturales de Beteta por encima de cualquier otra manifestación festiva que pueda ser llevada a cabo en mi pueblo.

A mí me llena de orgullo comprobar lo que en mi pueblo puede "saborearse" en cultura, lo que podemos presentar ante cualquiera, y exhibirlo y mostrarlo como algo que no es fácilmente alcanzable.

En Málaga no puedo comprobarlo, pero quiero imaginar que el canal de televisión de Castilla la Mancha dará cumplida información de su celebración y contenido. Faltaría más.

Y por supuesto, aunque no conozco a ninguno de ellos - o al menos no soy consciente de ello - es obligatorio el reconocimiento de todas estas personas que en el anonimato han ido dejando muchas horas de trabajo para que todo resulte tan perfecto como ellos desean. Porque no todo son grandes eventos culturales, también los hay a nivel de calle, futbol, cartas, dibujos, exposiciones, etc., todo ello necesita alguien que lo organice y regule. A esas personas también es obligatorio presentar nuestro reconocimiento y agradecimiento.

Y así espero que sigan un año tras otro, y que no les afecten los recortes, porque eso sí que sería como quitarle el chocolate al loro.      

1 comentario:

Tomas Morales dijo...

Quizá hoy invitasen a una "Zoralla" cualquiera y !se acabo el presupuesto".¿Lo dudas?