sábado, 5 de febrero de 2011

OLVIDAR, PERO NO SIEMPRE

Mayte Tudea Busto.

2-Febrero-2011

 

        

Una de las características del ser humano es su tendencia al olvido. Y esa capacidad para borrar de nuestra memoria determinados recuerdos nos sirve en ocasiones para avanzar, para sobrevivir. La mente corre un  tupido

velo sobre algunos hechos que nos dañan, que nos hacen sufrir,  y que de permanecer inmóviles en ella, nos mantendrían en un estado de angustia permanente, pudiendo bloquear nuestra existencia presente y futura.

 

Pero esta omisión involuntaria que nos ayuda y nos permite continuar viviendo, no debería convertirse en una gigantesca goma de borrar que lo elimina todo, y que nos coloca siempre en un  punto de salida desde el que comenzar una nueva carrera, sin saber si vamos a ser capaces de mantenernos en el recorrido y llegar otra vez a la meta.

 

En la memoria guardamos celosamente las experiencias vividas y ellas son el sustento de nuestro aprendizaje. Y aprender, todos lo sabemos, cuesta. Y en ocasiones, "sangre, sudor y lágrimas". ¡San Winston Churchill nos proteja!

 

Yo no quiero olvidar, y de un modo muy especial, aquello que me marcó desde muy niña, y lo que más tarde, en mi juventud, afortunadamente, conseguimos con una gran dosis de generosidad por parte de las dos Españas, aquellas que helaban el corazón a nuestro gran Machado. Borrar el rencor, buscar un punto de entendimiento y encuentro, y permitir que cada uno pueda defender las ideas en las que cree, sin tener que empuñar más armas que las de las palabras. ¿Tan difícil es?

 

Estos pensamientos he intentado reflejarlos de una manera poética. Dudo que la poesía sea compatible con la política, pero no me cabe la menor duda que la mejoraría.

 

Mi amigo Ángel los encuentra un poco "fachas", pero aquí precisamente radica el "nudo gordiano"de la cuestión. Yo soy libre para escribirlos y él, por supuesto, para criticarlos si así le parece.

 

 

 

 

 

Ocurrió en otro tiempo y en otro país.

Entonces las mañanas eran frágiles,

las tardes largas y tristes,

y las noches se deshabitaban

por largos corredores de sueños

donde florecían tercas ilusiones,

ilusiones ajenas al desaliento

de una realidad sombría y hostil.

 

 Todo se revestía de un tono pardo, 

 y uniformaba los pensamientos,

 convertía las voces en susurros,

 y los vecinos en delatores.

 La sombra del miedo planeaba

 sobre los tejados brillantes de escarcha,

 y los pasos que resonaban en la noche

 estremecían las alcobas.

 

En las encumbradas tribunas

resonaban lemas, consignas,

mandatos, y desde los púlpitos

elevados se imponían preceptos,

normas, conductas que intentaban

reducir el horizonte y enrejar las mentes.

Pero el ansia de libertad germinaba

en las arterias y fluía como un torrente.

 

Nuevos vientos aventaron las mieses

de la discordia y del conformismo,

y las blancas camisas de la esperanza

ondearon mecidas por el aire limpio

de la renovación, y henchidas de anhelos

de justicia y de igualdad.  Se abrieron

puertas y ventanas, y las estancias

se caldearon al sol de la tolerancia.

 

Mas una vez recorrido el camino,

se olvida la dura senda transitada,

y en las noches desprovistas de temor

resucitan fantasmas del pasado

prestos a fomentar las discrepancias,

y alimentar el fuego de la desunión.

Un regusto amargo retorna a los labios.

Hoy es otro tiempo ¿pero es otro país?

 

3 comentarios:

Tomás Morales dijo...

Siempre se nos enseñó, ya en el colegio y en la vida diaria, técnicas de memoria, para recordar. Yo recuerdo la de (Nedotramarse...)=(Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio,Septimio Severo,...).Se llaman "mnemotecnias".
Pero nunca se nos enseñó técnicas para olvidar (ideas que te obsesionan y, de noche, no te dejan dormir, que te condicionan y te martirizan durante el día)..... Esas técnicas para olvidar se llaman "lethotecnia" (el río Leteo, en la mitología griega,era el río del olvido, del que tenían que beber las almas cuando volvieran a reencarnarse de nuevo en la tierra, para que no recordasen su vida anterior...)
Pues eso, MNMOTECNIAS Y LETHOTECNIAS.

Ambas deben ser necesarias. De lo contrario, ¡Pobres de nosotros si no pudiéreamos recordar y si no pudiéramos olvidar¡

Pues, eso.

Saludos
Tomás

Angel dijo...

Amiga Mayte, no sé por qué me ha costado varias intentonas publicar tu artículo. No me lo admitía el correo del bolg. ¿Por qué será?

Puede ser porque me achacas una acusación que no responde "exactamente" a la realidad. Yo no he tachado tu poesía de "facha". Así lo demuestra el escrito de contestación que te he enviado.
Te comenté así, por encima, que me recordabas a Pemán, aunque menos facha. Eso es lo que dije. Si yo te considerara de esa forma, jamás sería amigo tuyo, y como tal me considero.

Besos. Angel

Anónimo dijo...

Tomás, yo conocía las "Mnmos", pero no las "lethos". Tu labor didáctica me es muy útil.Gracias.

Y a tí, mi "Anhe" guardián, decirte que juegas a "provocarme" y yo respondo al juego haciendo como que me lo creo. Y todo ésto, por supuesto, amparado por la amistad. De otro modo perdería toda su gracia.

Un abrazo a los dos,

Mayte