jueves, 28 de enero de 2010

ENERGÍA NUCLEAR.

Tomás Morales Cañedo

Enero 2010                                      

 

                                                                 

         Me cuenta, un sevillano, que conoce a un militante activo del S.O.C. (ya saben, Sindicato Obrero del Campo), sindicato anexo a Marinaleda, a su alcalde y a municipios colindantes, que tiene colgada, tras la puerta de su casa, la bandera reivindicativa de "El campo para quien lo trabaja" y "NO al Capitalismo ni a la Explotación" y que, cuando llega el fin de semana, acude en su coche y fumando, a la reunión sindical para saber dónde hay que manifestarse ese fin de semana.

         Hay quien acostumbra, los fines de semana, a ir a Mercadona, al Cine, de Compras o, simplemente, a Pasear, como otros hacen de la manifestación semanal una forma de vida.

 

         Aquí nadie quiere renunciar al coche, al frigorífico, a la lavadora, al aire acondicionado, a la placa de cocina, al brasero, a la televisión,…. pero dicen NO a las Centrales Nucleares, como si las energías alternativas pudieran soportar el endiablado ritmo de vida de nuestro estado de bienestar.

         Tengo guardado, como reliquia histórica, mi primer teléfono móvil, el "moncontro", feo, incómodo y pesado como él solo. Nada tiene que ver con los modelos actuales de no sé qué generación, porque nada más aparecer los últimos ya pasan a ser penúltimos.

         Como si las centrales nucleares modernas y actuales fuesen igual, en seguridad, que nuestras enanas y prehistóricas.

 

         Felipe González, que solía presidir la pancarta de "Nucleares NO, Gracias" o ha reflexionado  o se ha informado mejor, pero lo cierto es que dice que las Centrales Nucleares nos son necesarias.

         Pero como toda Central Nuclear genera unos residuos radiactivos, que hay que enterrar, nadie quiere que en su pueblo se instale dicho cementerio, a pesar de que (¡eufemismos del lenguaje!), para camuflar la información directa, se les denomina A.T.C. (Almacén Temporal Centralizado).

         Algún alcalde, avispado, ha preguntado al gobierno cuánto, en €, le reportaría la autorización de dicho cementerio en su municipio, pero como el pueblo se le ha echado encima y ya ve perdidas las próximas elecciones ha dicho "diego" donde antes dijo "digo", él no vio lo que vio, y aquí paz y después gloria.

 

         Nuestro Estado español está organizado en tres niveles de decisión: el estatal, el autonómico y el municipal. Y lo normal es que estuvieran, siempre, jerarquizados.

 

         Cuando surge un problema de estado (más allá del gobierno de turno) la solución no puede ser delegada en el poder autonómico y, menos aún, en el poder municipal.

         El Estado es el que debe, tras consultar con los expertos en el tema y en acuerdo con los partidos nacionales, "canalizar el río"  orientándolo hacia el bien común, y no permitir que cada cual desvíe o dirija el agua a su molino particular.

 

         Esa estrechez y cortedad de miras hace que estemos practicando una política de café o de discoteca, de la Señorita Pepis, donde "lo mío" prima sobre "lo nuestro" y "lo municipal" y "lo autonómico" sobre "lo nacional". Porque, así, estamos haciendo al país cada vez más impracticable.

 

         Nunca lo lógico fue tan contradictorio y lo contradictorio tan normal.

         Somos tan contradictorios que queremos correr, en coche, sin pagar las carreteras y la gasolina.

         Queremos fumar y no echar humo.

 

         Hemos creado un mundo donde "el aquí, el ahora y el yo" ocupen el centro, pero no queremos asumir las consecuencias de lo alrededor.

         Queremos seguir comiendo fruta pero que las mondas se las lleven a otro sitio, donde yo no pueda oler su putrefacción y, además, que lo paguen otros.

         Tendremos que importar lo que no queremos producir, y eso hay que pagarlo.

         Pero es más, si importamos energía de las centrales nucleares francesas y les exportamos a los franceses los residuos radiactivos de nuestras enanas centrales tendremos, no sólo un doble gasto, sino que, además, un cementerio nuclear en el sur de Francia no nos libra del imaginario o posible peligro de contaminación.

 

         Igualmente, si un pueblo puede decidir autorizar la instalación de dicho cementerio nuclear en su término municipal, ¿no pueden oponerse los pueblos colindantes, porque ellos, sin pedirlo, estarían expuestos al mismo peligro y, además, sin recibir prebenda alguna  en las múltiple y variadas modalidades?

 

         Un fallo estructural no puede ser corregido con un tapajuntas puntual y engañoso.

 

         Un antiguo alumno habla de la moderna mcdonalización del pensamiento. ¡Lástima que no haya sido yo el descubridor de esta verdad!

        

domingo, 24 de enero de 2010

ALIENACIÓN, HOY.

Tomás Morales Cañedo

Enero 2.010                            

 

                                              

         Confieso ser agnóstico, pero, hoy, difícilmente, podría llegar a ser ateo. En otros tiempos esto sería imaginable.

 

         No creo que una persona, por pertenecer a una iglesia y comulgar y practicar una determinada religión, que por ser religiosa, sea mejor, como persona, que otra atea. Y viceversa.

 

         El que se confiesa ateo se refiere sólo ateo respecto a un dios concreto, porque, luego, es un creyente furibundo en otros dioses mundanos alternativos, más modernizados, sea el dios Estado, el dios Poder, el dios Dinero, el dios Éxito, el dios Triunfo Social y/o Económico,… mostrando, con estos nuevos dioses, un comportamiento que nada tiene que envidiar a la antigua devoción y práctica religiosa del dios de sus padres.

 

         Es otro creyente, otro tipo de creyente, practicante y adorador, pero creyente, y no menor que el creyente de toda la historia.

 

         El comportamiento religioso parece estar incrustado en la esencia misma del hombre y acompañarlo allá donde vaya o esté. Y si la religión ha sido uno de las principales causas de alienación, pareciendo que el hombre no comenzaría a vivir auténticamente hasta que no hubiera ya matado y se hubiera deshecho de dios, los ateos, teóricamente, serían los menos alienados, pero prácticamente, como es tan fácil la frustración ante estos nuevos dioses, tan movibles, tan efímeros, de vida tan corta pero tan intensa y tan exigente, en poco se distinguirían de los antiguos alienados religiosos.

 

         Si es verdad que en otros tiempos hubo guerras religiosas, (en realidad fueron guerras políticas disfrazadas de religión), hoy, estos nuevos dioses alternativos, que se han autosubido a los altares y que se alimentan de la competitividad y llevan en sus venas, inyectado, el virus del monopolio, son los auténticos causantes de las nuevas y más mortíferas guerras.

 

         Independientemente de esa otra guerra encubierta en la que un auténtico asesino, pseudoautoyhéterocalificado de mártir, hace explotar la carga explosiva que lleva atada a su cuerpo.

 

         ¡Malditos sean los dioses que tienen sed de sangre ajena y se satisfacen con la entrega de la vida, con la autoinmolación, de uno de los creyentes en él!

         ¡Malditos sean los dioses buscadores de muertes, como fin, valiéndose de asesinos odiosos y odiadores como medios!

 

         Cualquier persona sensata y sensible, mientras estén desarrollándose tantas y tan crueles guerras, y haya tanta y tan mortífera pobreza, causantes de tantas y tantas muertes inocentes, sin distinción de edad, sexo, religión, cultura,… tanta muerte directa o producto de un efecto colateral, sobre todo si son niños, cuyo único delito parece ser haber nacido en ese tiempo y en ese lugar, sin haber tenido tiempo de contraer mérito ni demérito alguno…Es difícil que ante tanta plaga apocalíptica letal, como efecto de unas causas nítidamente  detectadas y reconocidas, uno no pueda sentirse alienado, por el simple hecho de ser hombre.

viernes, 15 de enero de 2010

SORPRESAS

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

No te lo vas a creer. Pero es la verdad. Siempre encuentras hechos, dichos, historias… Siempre encuentras algo que resulta ser una completa sorpresa.

 

Sorpresas… Sí, hace unos días oí que a Mr. Obama la habían concedido el Nóbel de la Paz (¿?). Me pregunté qué había hecho este señor para obtener tal distinción. Verdaderamente, me sentiría igual que si un día me dicen que alguien me propone como candidato a un premio de literatura porque yo escribo algunos artículos. Sería una sorpresa.

 

Desde hace años, por el "protocolo de la familia Pulla – Tomás", solamente vamos de vacaciones al pueblo, Beteta, un máximo de siete días al año. Ni nos parece bien ni mal, sino todo lo contrario. Vamos ese tiempo porque creemos que es justamente el límite entre un saludo – hola, cómo estás, y la familia, muuuá, muuuá… - y la despedida, sin que comience a aparecer el aburrimiento, el hastío, el "echo de menos el mar, la playa…"

 

Pues este verano, estando en cumplimiento del citado protocolo, me encuentro con mi amigo Pedro Manuel, también ya jubilado, y su compañera, tan guapa como siempre, hermana de mi amigo Santiago.

 

Cuando me marchaba de la terraza de tomar una cerveza, al despedirme, me dice Sara "oye, Ángel, que conste que leemos tu blog". ¡Eso fue una sorpresa! Viven en Madrid, y jamás he comentado con ellos nada sobre mi blog. Me sorprendió y me agradó. Siempre agrada que alguien te lea. Si además le gusta… ¡para morirse!

 

Sorpresas, sorpresas. Las hay, y a montones. A veces hasta tú te sorprendes a ti mismo.

 

A veces lees un escrito de alguien conocido, un amigo, un compañero, y te sorprende la riqueza de vocabulario, la forma de componer, de explicar su visión de la vida. Te sorprende la comprobación de que las personas a las que tú creías "salidas de madre" demuestran una formación y un equilibrio mental muy superior al que tú le suponías.    

 

Nunca habría sido capaz de pre-suponer que una señorita, escasamente preparada en el aspecto intelectual, no demasiado dotada de belleza física (su cara no era modelo de belleza), con no sé qué desconocidos poderes de seducción y de liderazgo, sea capaz de sugestionar a todo un país el día en que alguien quiso presentarla, tras una operación de cirugía estética, como si estuviéramos a punto de presenciar la llegada al mundo del Mesías… ¡Señoras y señores, nada más y nada menos que… Belén Esteban!

 

¿Cómo, quién, qué c… es esto? ¡Esto sí es que es una sorpresa!

 

No soy quién para juzgar si Jorge Javier Vázquez es o no un gran presentador, o si se merece o no el premio ese que le otorgaron hace unos días, lo que sí estoy seguro es de que sí es capaz de organizar una presentación de una chica luchadora (¡¡¡… yo matooo…!!!), que ha sabido exprimir su vida privada y la de los suyos, hasta ser  capaz de vivir de ello exclusivamente, y todo esto… ¡consiguiendo una audiencia en televisión que no pudieron superar los señores Zapatero y Rajoy en un cara a cara!

 

O los señores de televisión son unos magos, o el nivel cultural del personal español es deprimente. Elijan ustedes la respuesta… ¡Esto sí que es una sorpresa!

 

Pero no me repongo de las sorpresas. La judicatura española no da para más.

 

Un juez del juzgado 16 de  Madrid, nos sorprende, creo que a los primeros que sorprendió fue a sus colegas judiciales, con una sentencia sobre asuntos anteriormente juzgados por otros jueces, y con una salida totalmente contraria a las anteriormente citadas. Ni soy juez ni tengo la más mínima idea de Derecho, pero no es necesario para encontrar ¡la sorpresa!

 

El artículo 20 de la Constitución Española dice entre otras cosas:

 

1. Se reconocen y protegen los derechos:

a.      A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.

b.     A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.

c.     A la libertad de cátedra.

d.     A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La Ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.

 

 Creo que no hay mejor forma de expresar mi sorpresa ante estos hechos, de personas que están designados a mantener y cuidar por nuestros derechos y a impartir justicia, que el comentario leído en el diario El País del día 24 de diciembre de 2009, que reproduzco a continuación:

 

"La libertad de información indisoluble del pluralismo político es garantía de la opinión pública y ha de prevalecer siempre que verse sobre hechos de interés general, con trascendencia política, social o económica, primando entonces sobre el interés a la dignidad o intimidad personal", señala la sentencia de la Audiencia Provincial.

Los magistrados recuerdan que cuando se produce "una colisión de la libertad de información con el derecho al honor, aquélla (la libertad de información) goza, en general, de una posición preferente y las restricciones que de dicho conflicto puedan derivarse a la libertad de información deben interpretarse de tal modo que el contenido fundamental del derecho a la información no resulte, dada su jerarquía institucional, desnaturalizado ni incorrectamente relativizado".

Lo más sorprendente es que el propio juez admite la verdad en la información a que se refiere la citada sentencia.

Mi sorpresa en este caso es mayor, cuando sospechosamente este juez, con su conflictiva sentencia, coincide exactamente con la defensa del caso de un determinado partido político, implicado en el asunto. "Et verbum caro factum est…"  

¡Sorpresas que da la vida…!

Día de los Inocentes, 28/12/09

 

sábado, 9 de enero de 2010

 

"TE DESEO"

poema de Victor Hugo

 

Os ofrezco este precioso escrito, enviado por un amigo.

No puedo resistir la tentación de exponerlo en el blog, para que tambien vosotros lo podais disfrutar, como lo he hecho yo.

Gracias "Sin Papeles".

 

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores.

 

Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar. Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien confiar sin dudar Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.

 

Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.

 

Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

 

 Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

 

Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

 

Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.

 

Te deseo que acaricies un perro, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, sentirás bien por nada.

 

Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.

 

Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico, Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: "Esto es mío" sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

 

 Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar.

 

Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.

 

 

 

viernes, 1 de enero de 2010

LUNA

Tomás Morales Cañedo

                                     

         Mi amigo Ángel tiene un perro. Mejor dicho, perra, Ángel tiene una perra. Se llama Luna.

         Yo nunca la he visto pero sí la he oído cuando hablo con él por teléfono. Ladra, pero su ladrido es meloso, dulzón, de confianza, nada agresivo.

         El ladrido de un perro siempre es la respuesta que da a un estímulo presente. Estímulo que ve, que oye, que olfatea, que saborea o que siente con el roce y el manoseo.

         Estoy seguro que Luna "me ladraría" si "me viera" y que su ladrido sería distinto si fuera a Ángel al que viera.

         Y no es que yo sea más feo o peor persona que Ángel, de eso nada, es que yo sería para Luna un desconocido y, desde siempre, los filósofos han afirmado que "nada puede ser querido si antes no es conocido".

         Si alguien, una persona cualquiera, respondiera sí o no, tajantemente, a la pregunta si le gustan los "corucholetos", diríamos de ella que es un insensato (un "sin seso"), por atreverse a optar o renunciar a algo sin saber qué es.

         Cuando todos los años, al explicarles a mis alumnos, el tema de la voluntad les hacía esta pregunta, siempre me respondían con otra pregunta: "¿y eso qué es?". Porque, si no "sé" que es, es insensato elegirlo o rechazarlo.

 

         Como Luna "no me conoce" no "me ladra". Cuando, a distancia y lejos de su vista, la oigo, ella "ladra", pero no es a mí.

 

         Se ha dicho que el "perro es el mejor amigo del hombre" y que es "el guardián de la casa".

 

         Los guardianes, para Platón, era la segunda clase social de su polis ideal, la encargada de defenderla de sus enemigos, internos y externos. Por encima estaban "los filósofos-gobernantes", para dirigir a la polis y por debajo "los trabajadores-artesanos", para alimentar y mantener a la polis.

 

         Todo esto viene porque Luna, la perra de mi amigo Ángel, es "filósofa". (Y estoy, ahora mismo, viendo la cara de extrañeza y una sonrisa burlona). Pero no es que lo diga yo. Es que es, nada menos que, Platón quien lo dice. Y, a ver quien es el majo que se atreve a refutar a Platón.

 

         Efectivamente, en el libro II de La República o el Estado dice, al hablar de la clase de los guardianes, dice, expresamente:

 

-         Se observan en diferentes animales y, sobre todo, en el que tomamos por ejemplo. Sabes que el carácter de los perros de buena raza consiste en ser dulces con los que conocen y agresivos respecto de los que no conocen.

-         Lo sé.

-         La cosa es, por lo tanto, posible; cuando queremos un guardián de este carácter no exigimos nada que sea contra naturaleza.

-         No.

-         ¿No te parece que le falta aún algo a nuestro guardián y que, además de valiente, conviene que sea naturalmente filósofo?

-         ¿Cómo? No te entiendo.

-         Es fácil observar este instinto en el perro, y en este concepto es muy digno de nuestra admiración.

-         ¿Qué instinto?

-         Que ladra a los que no conoce, aunque no haya recibido de ellos ningún mal, y halaga a los que conoce, aunque no le hayan hecho ningún bien. ¿No has admirado este instinto en el perro?

-         No he fijado hasta ahora mi atención en este punto, pero lo que dices es exacto.

-         Sin embargo, esto prueba en el perro un natural feliz y verdaderamente filosófico.

-         ¿En qué? Dímelo, si gustas.

-         En que no distingue al amigo del enemigo, sino porque conoce al uno y no conoce al otro; y no teniendo otra regla para discernir al amigo del enemigo, ¿cómo no va a estar el perro ansioso de aprender?

-         No puede ser de otra manera.

-         Pero ESTAR ANSIOSO DE APRENDER Y SER FILÓSOFO ¿No es una misma cosa?

-         Sí.

-         Digamos pues, con confianza, del hombre que, para ser suave con los que conoce y que son sus amigos es preciso que tenga un carácter filosófico, ansioso de conocimiento.

-         Sea así.

-         Y por consiguiente…

        

         ¡Hay que ver lo que son las cosas!

         Ángel haciéndose el remolón en clase de filosofía y en casa tiene una perra filósofa.

         ¿O es por eso por lo que se hace el remolón?