domingo, 5 de julio de 2009

LA ABUELIDAD Y ABUELILANDIA.

          Tomás Morales Cañedo

 

 

Entro en el Diccionario buscando el vocablo "padre" y los relacionados con él. "Padre", "padrazo", "padrastro", "padrino", "padrear", "padrinazgo", "patriarca", "patriarcado", "paternal", "PATERNIDAD",  "paterno", "paternalismo", "patricida".

 

Busco, igualmente, el vocablo "madre" y los relacionados con él. "Madre", "madraza", "madrastra", "madrear", "madrina", "MATERNIDAD", "materno", "maternal", "matricida", "matriarcado".

 

Entro en el vocablo "hermano" y relacionados y me encuentro con "hermano", "hermanastro", "hermandad", "hermanecer" (nacerle a uno un hermano), "hermanar", "fraterno", "fraternal", "fraternidad", "fraternizar", "fratricida"

 

Cuando busco el vocablo "hijo" y sus relacionados me aparecen: "hijo", "hijastro",  "filial", "filiación".

 

Entro en "nieto" y me encuentro con: "nieto/a" (hijo/a de su hijo/a), "nietastro" (hijo/a del hijastro/a).

 

Pero cuando entro en "abuelo", sólo encuentro: "abuelo" (1.- padre de la madre o del padre y 2.- anciano) y "abuelastro" (1.- padre del padrastro o de la madrastra y 2.- Ulterior marido de la abuela).

 

Desde aquí reivindico, al menos, un vocablo "ABUELIDAD" y, ya puestos a reivindicar, el de "NIETITUD" y podrían derivarse "abuelicida" y "nieticida". ¿Algunos más?

 

La "ABUELIDAD" es no sólo el hecho biológico de que tu hijo/a tenga hijos/as sino tener la oportunidad de conocerlos (antes del siglo XX pocos abuelos existían) y, sobre todo, gozar del privilegio de disfrutarlos. Los nietos son las oportunidades que se nos presentan a los abuelos  para nuestro crecimiento y enriquecimiento personal.

 

Quien dijo: "no tengas nunca hijos, sólo nietos" es la abuelidad personalizada. Seguro que sufrió con los hijos y, más seguro, disfrutó, gozó con los nietos.

 

Además, cuando el hombre vivía sólo treinta y pocos años de media, tenía el tiempo justo para tener hijos y para sacar adelante a los pocos que sobrevivían a cualquier enfermedad, pero hoy uno es abuelo cuando aún se encuentra en plena forma, tanto física como mental y laboral.

 

Hoy, en general, el abuelo está no sólo activo sino también sano. Es ya el bisabuelo el que suele flaquear en su salud, manifiesta dependencia y requiere ayuda.

 

Nuestros hijos, al ser padres, rebobinan y nos valoran más que cuando sólo eran hijos. ("y todo esto lo tuvieron que pasar mis padres conmigo y yo ni me enteraba").

 

Si con los hijos lo que estaba presente era, sobre todo, el deber, con los nietos lo que prima es el placer. Menos obligaciones y más satisfacciones. El abuelo siempre será un suplemento, un actor de reparto,  nunca el actor directo ni de la cría ni de la educación.

 

Cuidar a los nietos, estar con ellos, no es una obligación que los hijos puedan exigir e imponer a sus padres, a los abuelos, pero es un deseo y un placer para ellos el hacerlo.

 

El papel primario del abuelo no es procurar ni la educación ni la salud del nieto, éstos son papeles paternos. El abuelo nunca debe ser "padre", sólo refuerzo y sustituto. El papel principal del abuelo es JUGAR.

 

La "ABUELITIS" (ya me apareció un derivado) sería la "enfermedad" (¿) infantil que se manifiesta en el niño cuando al ser preguntado por sus padres: "El fin de semana ¿prefieres la playa o la montaña?" y el niño responde "a la casa del abuelo, que es la "ABUELILANDIA" (¡toma ya!, otro derivado), (sin comparación con Disneylandia). En ésta podrá haber muchos juegos, en ABUELILANDIA el abuelo es el juguete. Su persona, real, aventaja, con creces, a los personajes de ficción.

 

El abuelo no es que le lea cuentos al nieto, los crea para él. Precisamente aquellos que sabe que más le gustan. Más que dispensar, crea ilusiones. Incluso al leer, más que lo que lee, es el tono, los gestos, las redundancias con  que lo hace. El libro es letra muerta, el abuelo le da vida. El "cómo" lo cuenta vale tanto o más, para el niño, que "lo que" cuenta.

 

El juguete más sencillo y más a mano que puede usar hasta el niño más pequeño, se llama "ABUELO". ¡Dichosa "cosificación" en manos de mi niño¡. Hacer de caballo, jugar a esconderse (o a encontrase, como hace mi Santi), dejarse ganar,… ¡Bendita instrumentalización a mano para el niño¡.

 

ABUELILANDIA no puede ser/no debe ser la prolongación de la casa paterna.

 

ABUELILANDIA debe ser el patio vital en la vida del niño. Si el niño, durante el recreo, no puede/no debe guardar la seriedad y la disciplina que debe guardar en el aula, igualmente la casa del abuelo debe ser, para el niño, ese espacio de disciplina relajada, donde reine más libertad y menos rigidez.

 

         Los hogares son como las monedas, deben tener cara y cruz. Si no, son raras o son falsas.

 

Todo niño, con esa sabiduría innata, puede, en cualquier momento, amenazar, chantajear, a los padres diciendo aquello de: "pues me voy a la casa del abuelo". Porque eso debe ser ABUELILANDIA, el espacio atractivo y atrayente "al que" y no "del que".

 

Lo que el niño no puede aprender, normalmente, en el colegio ni en la casa, el abuelo se lo puede enseñar. Desde jugar con las hormigas a oler el tomillo, desde partir piñones a recoger flores y confeccionar un ramo descompuesto para su madre.

 

Uno de los placeres del niño es cuando el abuelo le cuenta historias, anécdotas, de su padre/madre.

 

Pero ¿quién ha dicho que el abuelo malcría, maleduca, a los nietos?. Nunca son/somos saboteadores de la educación y de la disciplina, sencillamente somos prólogos y cómplices en esa otra manera de ver y de comprender el mundo. Hacemos que vean y entren en contacto con otros valores humanos. El nieto ve en el abuelo la distensión, la puntual relajación, el paréntesis vital, la distracción, dentro de la disciplina diaria, de los límites, que las instituciones le marcan. Es como el pequeño descanso para tomar aliento en la carrera de la vida. ¿Qué otra cosa son los regalos, las chucherías,…?.

 

El cariño del abuelo y al abuelo no es una resta al cariño del padre y al padre. Es un cariño añadido. Es una ampliación en su horizonte afectivo.

 

"Los abuelos son regalos de Dios a los niños" – dice Bill Cosby. ¡Qué maravillosa intuición!.

 

La relación del niño con el abuelo es un beneficio mutuo; un crecimiento del nieto, una renovación del abuelo. Nos volcamos con ellos, como para intentar darle lo que, quizá, no pudimos o no supimos hacerlo con los hijos. La perspectiva es distinta, la visión es distinta. Ni mejor ni peor. Es otra.

 

En general la relación con los hijos experimenta una mejora por la relación con el nieto. Aunque, también es verdad, pueden surgir roces y discrepancias cuando una de las dos partes exige más de la cuenta a la otra. Decía Aristóteles que el pecado es un vicio y que se puede pecar por defecto o por exceso. Entre la cobardía (vicio por defecto) y la temeridad (vicio por exceso) está la valentía, que es la virtud. "Virtus est in medio extremorum".

Aunque (yo creo) nunca es pecado el exceso de amor. Tiempo, dinero, cariño. Aquí están las tres patas del banco que el abuelo dispensa al niño. El único "pero", a veces, es la distancia. Cuando la lejanía está presente habrá que buscar soluciones. La presencia, el ejercicio de la vista y del oído son fundamentales.

 

La vida actual está poniendo de relieve la importancia del abuelo. El trabajo de los padres fuera del hogar. Las familias  rotas (separaciones, divorcios). Podrá romperse el amor entre los padres. Podrán los niños estar con el padre o con la madre, con mi hijo/a o con mi nuera/yerno. Pero nunca se romperá el amor del y al abuelo. Porque el cariño del abuelo es un cariño sin condiciones. Por eso, no sé si existen o no, pero deberían existir, los Derechos del abuelo.(creo que, últimamente, he leído que sí existen). Entre otras causas por que el abuelo es el amortiguador de cualquier crisis entre los padres. Y el niño, siempre, es inocente.

 

El abuelo, en discordancia con los políticos, que invitan a comer a los amigos y, luego, piden a la oposición que pague la factura o parte de ella, no sólo abona toda la cuenta sino que, incluso, invita a más amiguitos del nieto para que se sienta más feliz.

El niño nunca debe pagar los platos rotos. Él ni siquiera ha entrado en la cacharrería.

3 comentarios:

Angel dijo...

Fíjate hasta qué punto te confundo con "el abuelo" (en general), que en el parque de las estatuas de Oslo, le dije a Pepa: "saca una foto de esta estatua" pero ponte, me dijo ella. "No, es para Tomás". Era un señor mayor, el abuelo, llevando encima a los niños, sus nietos. Te la enviaré. Es tu monumento en Oslo ¡ya eres famoso!

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo con lo que cuentas, magistralmente, sobre la relación entre los nietos y los abuelos.
Los nietos son la prolongación mejorada de lo que pudimos hacer con los hijos. Ellos son los que nos renuevan constantemente y nos hacen sentirnos algo más jovenes.
Gracias maestro por las cosas que escribes y describes de una forma tan comprensible para todos.
Afectuosamente.
Mª Eugenia

Tomás Morales dijo...

Llevo ejerciendo de abuelo presencial 13 días. Estoy, pues, desconectado del mundo y contactado con Santi.
Así que ya lo sabéis.
(Hoy he venido a Málaga).
Saludos a todos/as

Tomás