lunes, 25 de mayo de 2009

…PENSEMOS QUE EXISTIMOS…

Mayte Tudea Busto

Mayo 2009

 

 

Querido Ángel:

 

Estas colaboraciones que te enviamos distintos amigos -entre ellos el increíble Tomás y su arrolladora máquina de parir ideas-,

creo, no sé si para bien o para mal, que se están convirtiendo en el sofá de un psiquiatra, desde el que nos liberamos de todo cuanto bulle en nuestras cabezas y en nuestras vísceras, -ya que hay  determinadas reflexiones que se escriben más bien con las tripas-.

 

Cada uno lo hace desde su personal manera de entender la vida y de entenderse, y lo mejor de todo es que aportamos nuestro pequeño grano de arena y además de que nos distraemos, no nos cuesta dinero; cosa que en estos tiempos de crisis no es nada desdeñable.

 

¿Por dónde iba? Ah, sí, por aquello de entenderse a uno mismo.

A mí, últimamente, me está ocurriendo algo muy singular. Este

"encandilamiento" con la poesía, me lleva a extremos de pensar en verso. Por eso, me estoy obligando a escribir verso libre, por aquello de que la rima "encorseta", y no estoy dispuesta a que nada pueda coartar mi libertad.

 

Ahora bien: mi duda está en que no sé si hago poema libre, o prosa poetizada. Ustedes dirán. De todos modos ¡donde esté un buen soneto!

 

NUESTROS ROSTROS, NUESTRAS MASCARAS

 

Aunque no poseo ninguna certeza,

creo saber

que no existe ni premio ni castigo,

y que cuanto nos sucede

solo es la consecuencia

de nuestros actos previos,

 

de los impulsos

por los que nos dejamos arrastrar,

irreflexivamente a veces,

prestando oídos

a la emoción del momento,

 

sin escuchar la voz de la razón,

adormeciéndola,

anestesiándola

con esos seductores cantos de sirena

que nos prometen

inalcanzables paraísos.

 

Y más tarde,

uno no desea reconocerse

en aquel que fue

durante algún tiempo,

días,

horas,

o tan solo por breves momentos,

aquel extraño que surgió

de lo más profundo del ser,

y aniquiló nuestra conciencia,

y se impuso al yo conocido,

al yo amable y cotidiano,

a nuestro mejor rostro,

y lo cubrió con una máscara

distinta e irreconocible.

 

Y sin embargo,

por mucho que nos duela,

habremos de admitir

que no solo somos nuestros rostros,

sino también

las máscaras

que los distorsionan.

 

 

 

2 comentarios:

Angel dijo...

Por supuesto amiga Mayte, que vosotros, los que tu llamas "colaboradores" sois los realmente protagonistas del blog.
Tenía un pensador, filósofo y profesor. Creador incansable, "paridor" sin límite. Y ahora, cada vez más impresionante en su creación poética, apareces tú inspirada, con tus musas siempre dispuestas. No te han hecho a tí lo que le hicieron a Joaquín Sabina... "se habían ido con el Nano..."

Tomás Morales dijo...

A Maite le ocurre lo que a aquel muchacho, poeta latino, tan obsesionado por los poemas, que su padre se lo prohibió expresamente y el chiquillo le contestÓ:

"iuro, iuro, pater,
nunquam componere versus"

(naturalmente, en verso).

Cuando a Nietzsche le preguntaban por qué escribía tanto y tan febrilmente, contestaba: "¿pero creéis que yo lo quiero?, es que no puedo no hacerlo, una fuerza interior me está empujando y me obliga".

Eso es lo que le pasa a Mayte, lo que al poeta latino y a Nietzsche.
Tomás Morales