GAIA. PLANETA VIVO
Ángel Pulla Dijort/Málaga
"Me resulta imposible asimilar eso de que hemos sido los seres vivos los que hemos hecho habitable la tierra, en lugar de que por ser un planeta habitable, hemos nacido los seres vivos".
Esto es, más o menos, lo que le planteé a mi profesor de Biología ayer cuando empezó a explicarnos la hipótesis de Gaia.
Salimos todos de clase con cara de alucinados. Eran de impresión los datos que se nos expusieron en la clase de ayer. Como mi amigo, el filósofo Tomás, esto es para plantearse todo tipo de preguntas, como en una reunión de filosofía pura.
Después de haber pasado por las teorías de Darwin. De haber visto clara nuestra evolución, basas con convencimiento tu "no" a la creatividad. Tu negativa al "diseño inteligente". Tu lógica aceptación a la evolución de las especies.
Tuvimos lo nuestro con las teorías de la Relatividad de Einstein. Pero todo se razona, se admite, se entiende.
Fue mucho más problemático enfrentarse a los misterios y problemas sin aparente explicación lógica de la "Teoría Cuántica".
No me digas que el comportamiento de los electrones y fotones con las dobles rendijas, o el gato de Schrödinger, o el modelo atómico de Bohr.
La mecánica cuántica, la interpretación de Copenhague, o las paradojas cuánticas, la de EPR… ¡La Física Atómica! Las supercuerdas…
Yo estaba totalmente convencido de que habrían muy pocas cosas que fueran capaces de sorprenderme tanto como lo habían hecho todas estas enumeradas anteriormente, o algunas otras que seguramente he dejado de señalar.
Error, craso error. ¡Qué atrevida es la ignorancia!
Me llamó la atención que el profesor, en una de las clases, y ante nuestra sorpresa con sus explicaciones, nos dijo algo como que no hay nadie que pueda llamarse biólogo, porque su conocimiento sea tal, que sea capaz de conocer todos los asuntos que puedan ser tratados en tal materia. Solo somos expertos en una pequeñísima parte de la ciencia. Nada más.
No me extraña que una persona inteligente se vea así ante tal cantidad de "saber". Yo, después de comenzar a escuchar la clase de ayer sobre la hipótesis de Gaia de J. Lovelock… me quito el sombrero y admito mi total ineptitud para considerarme, ni siquiera un aspirante a aprendiz de algo relacionado con la Ciencia.
Vosotros creíais, como cualquiera, que los seres vivos hemos aprovechado las condiciones ideales de vida que ofrecía la tierra, y nos hemos quedado a vivir tranquilamente en ella ¿no? ¡Pues no!
Los seres vivos han implantado las condiciones especiales para hacer posible la vida en la tierra.
Mirad si no estos datos y juzgad, si es que podéis.
Valores atmosféricos, gases y temperatura en los planetas más cercanos a la Tierra, y en ella sin vida:
Venus Marte Tierra Tierra (s.vida)
Nitrógeno < 2% < 3% 77% < 2%
CO2 95% 95% 0,03% 98%
Oxígeno No hay No hay 21% No hay
Temperatura 459º C - 53º C 13º C 240/360º C
Pres.atmosf. 90 atm 0,006 atm 1 atm 60 atm
Metano 0% 0% 1,7% 0%
Lovelock en su hipótesis de Gaia define como homeostasis esta hospitalidad en que la biomasa regula el entorno de la tierra, que debe tender a mantener sus condiciones necesarias para su aprovechamiento.
En la teoría de Gaia, Lovelock define así a Gaia (Gaia = Geos = Tierra): "es una entidad compleja que implica a la biosfera, atmósfera, océanos y tierra; constituyendo en su totalidad un sistema cibernético o retroalimentado que busca un entorno físico y químico óptimo para la vida en el planeta".
James Lovelock explica e ilustra su teoría de Gaia con una simulación con un mundo de margaritas.
Parte de trabajar con dos variables: fase ambiental, temperatura; fase biológica, margaritas.
"El mundo de las margaritas simula un planeta como la Tierra que orbita alrededor de una estrella como nuestro sol. En ese mundo solo hay dos especies de plantas, y ambas compiten por el espacio vital, como haría cualquier planta. Cuando el sol es mas joven y frío, también lo es el modelo de planeta, y en esa época prosperan las margaritas oscuras. Sólo en los puntos más cálidos, cerca del ecuador, se encuentran margaritas de color claro. Sucede así porque las margaritas oscuras absorben luz del sol para mantenerse a sí mismas, la región que ocupan y el conjunto del planeta, en un estado templado. Conforme la estrella se calienta, las margaritas oscuras que viven en los trópicos son desplazadas por las margaritas claras, porque estas reflejan la luz del sol y, por lo tanto, se mantienen más frías; también enfrían así su región y el planeta entero. Al irse calentando cada vez más la estrella, las margaritas claras van predominando sobre las oscuras y, a través de la competencia por el espacio entablada entre ambas especies, el planeta siempre se mantiene cerca de la temperatura ideal para la vida. Al final, la estrella se vuelve tan caliente que ni siquiera las margaritas claras pueden sobrevivir, y el planeta se convierte en un pedazo de roca esférica muerta."
Así nos comenta James Lovelock en su libro "La venganza de la Tierra" lo que había propuesto anteriormente cuando convirtió la hipótesis de Gaia en la Teoría de Gaia.
Esta plantación forma el "albedo", que puede ser alto, si predominan las margaritas blancas, y enfrían el ambiente, y puede ser bajo, si predominan las margaritas oscuras, y calientan el ambiente.
Este es en plan esquemático el funcionamiento del mundo de las margaritas. Cómo los seres vivos acomodamos la tierra para hacer posible su habitabilidad.
No es ningún intento de resumir aquí la obra "Las edades de Gaia". Yo sería incapaz de hacerlo y no tengo los conocimientos necesarios para cumplir tal pretensión.
Sí es cierto que encuentras en esta obra, datos llamativos, espectaculares y que te hacen plantearte tal cantidad de preguntas, que imagino que sería la locura para cualquier filósofo, como nuestro amigo Tomás.
Así me enteré de que desde hace millones de años existían una serie de microalgas, que han resultado ser los primeros micro reactivos nucleares.
Si somos los seres vivos los que hacemos habitable la tierra ¿de dónde venimos? ¿Cómo se nos dota de condiciones primitivas de supervivencia? ¿Dónde o cómo desaparecemos al final de nuestra existencia?
Estas y otras muchas más cuestiones… ¡cuántas más!... se plantea cualquiera que entre a bucear en la hipótesis de Gaia.
Al parecer procedemos de los lodos primigenios. Barros de greda, ese perece ser el origen de la vida en Gaia. Y precisamente ese es el final de la vida de los seres vivos, su fusión con el origen de la vida. Su regreso al lugar y a la materia de partida, para de esta forma seguir dando nuestra aportación al mantenimiento de las condiciones de habitabilidad de la tierra.
En esta homeostasis de Gaia se encontró, entre otros, con este asombroso descubrimiento.
Las algas, que forman con la luz del sol materia orgánica y oxigeno, han resultado de una importancia extraordinaria para el clima en la tierra; eliminan el dióxido de carbono del aire y son la fuente del sulfuro de dimetilo, que mediante oxidación provocan pequeñas gotas que forman las nubes. Las algas fosilizadas son el origen del petróleo.
Espero que hayáis comprendido que la Teoría de Gaia me ha enganchado y que espero poder entenderla, no como un experto, que no lo soy ni tengo capacidad para serlo, sino como un aficionado al que el señor James Lovelock ha dejado alucinado.
Mayo de 2009