miércoles, 13 de agosto de 2008

ABUELITIS.

Tomás Morales Cañedo/Prof.Filosofía

 

¡Ay, mi chiquitín! ¡Mi Santi! Tres añitos recién cumplidos.

¡Cariño mío! Te hablo desde la autoridad que me dan mis años, mis canas y mi exigua pensión.

Yo sé que no vas a entender lo que voy a decirte, pero me da igual.

Como sé que a tu edad el conocimiento te entra por los sentidos (¿a que no sabes que Zubiri lo llama "inteligencia sentiente"?), Y ¿cómo vas a saberlo? Ni falta que te hace. Por eso, fíjate en CÓMO digo LO QUE voy a decirte. Fíjate cómo gesticulo, cómo muevo las manos y los brazos, cómo abro o  me tapo los ojos, o me agarro las orejas o me tiro de los pelos o pego saltos. Tú, sólo, fíjate bien.

¿Ves este librote tan gordo? Se llama "Diccionario". ¡Quieto parao! Te lo dejo, pero sin boli, que vas a pintarrajeármelo todo. Que te conozco. Que eres un pillín.

-         "pilín!-

-         Sí, eso es lo que tú eres, un pillín.

Pues en este librote tan gordo he buscado la palabra "padre" y los términos relacionados con él. "Padre", como "papá".

-         "Papá nectá".

-         No. No está.

Y ¿tú sabes cuántos términos hay en este librote? Hasta 13. Mira mi mano. 5 + 5 + 3.

Y de la palabra "madre", "mamá"

         -"Mamá cole".

         .- Si, mamá no está, está en el cole.

Pues ¿sabes cuántas vienen? ¿Eh? 10. Vienen 10. Mira mi mano. 5 + 5.

 

A ver, dame esa manita. Extiende los dedos. 5 (1,2,3,4 y 5) y otra vez 5. Total 10.

Y ahora, fíjate. "Abuelo" ("yayo")

         - Yayo.

         - ¿Dónde está el yayo?. Yayo no está. ¿Dónde está yayo?. ¡Ah, que soy yo¡. Pero qué listo es mi niño. El más listo del mundo mundial.

Pues de "abuelo" sólo vienen DOS palabras. Mira, mira mis dedos. Dos, sólo dos.

A ver, dame esa mano. Con el dedo gordo agarra estos dos dedos de aquí. Y ¿cuántos quedan?. ¿Eh?. ¿Cuántos quedan?. DOS. Uno y dos. Y a eso no hay derecho. No, No, No. No hay derecho. Así que tenemos que inventar palabras que tengan que ver con "abuelo". ¿O.K.?.

Por ejemplo. ¿Tú te acuerdas de Micki?

         - "Maus".

         - O.K. Micki Mause ( o como se diga).

         - Y Pluto

         - "Putto"

         - Y el pato, ¿Cómo se llama el pato?.

         - "Dona".

Muy bien mi niño. El pato Donald. Pues están en Disneylandia, muy lejos, muy lejos….. de aquí. Así que, a partir de ahora, la casa del "yayo", mírame bien a los ojos, a partir de ahora  se va a llamar "ABUELILANDIA". Y en Abuelilandia lo vas a pasar, lo vamos a pasar, muy bien, requetebién, "chachi piruli"

         - "Chiuli".

         - O.K. Machote. Lo vamos a pasar "chachi piruli".

En Abuelilandia va a haber pocos juguetes. Muy poquitos. Sólo va a haber UNO, sólo uno, yo, el abuelo, el "yayo".

         -"Yayo".

Eso es. Y cuando tú vayas habrá DOS juguetes. Tú y Yo. Tú juegas conmigo y yo juego contigo. Yo soy el guardia y tú el ladrón. Así que, cuento hasta veinte. "A correr y a esconderse". Y luego cambiamos. Pero yo voy a hacer trampas, que lo sepas, cuando te vea no te veo, cuando te oiga no te oigo, cuando te vea aquí iré allí para que "salves la maya" y ganes.

(Abuelilandia, cariño mío, está regida por el placer y no por el deber, aquí la disciplina y la seriedad no existen o, si existen, van a estar entre paréntesis. Aquí es obligatorio jugar y jugar. Satisfacciones y no obligaciones. Abuelilandia es la otra cara de la casa paterna, es su complemento. Es el lugar "al que" y no "del que". Es el patio vital del desarrollo del niño.).

Y ABUELITIS. ¿Tú sabes lo que es la "abuelitis"?. ¿Eh?. Listo. "que eres un listo". ¿Qué es la "abuelitis"?.

Cuando el viernes por la noche y  papá y mamá te pregunten: "mañana ¿a la montaña, a ver pájaros y flores y hormigas .. o a la playa a jugar con el cubo, la pala, la arena…?. Y cuando tú les digas: "A casa del yayo". Eso es la ABUELITIS, desear ir y estar en ABUELILANDIA.

Y yo quiero que la abuelitis te dure muuuucho, muuuuucho, muuuuucho tiempo. Hasta que tengas novia, con una niña de tu cole. ¿Cómo se llaman las niñas de tu cole?.

         - "Titi" (Cristi), Erea ( Nerea), Sana (Susana)…

         . Muy bien.

Cuando tú quieras estar con ellas más que conmigo, no vayas a creerte que voy a enfadarme. Ni mucho menos. Ya te habrán salido alas. Y tú a volar, a volar, a volar.

No tires el tren. "Ah,", ¿Qué se te ha caído?.  Pero ¿Qué haces?. "Bájate de mis costillas, que te vas a caer. Bueno. Venga. Agárrate bien. Taca-ta, taca-ta. Taca-ta.

Y luego dice la "yaya" que el suelo está sucio, ¡con el brillo que le sacamos tú y yo todos los días!.

(Esa es la ABUELIDAD, cariño mío, la capacidad de gozar, de disfrutar de los nietos. Su función principal es, primero, jugaaaar, luego, jugaaaar y, al final, seguir jugaaaando. La cosificación en juguete para el nieto. "Un regalo de los dioses a los niños".

Y que sepas que, por esa Abuelidad, mi chiquitín, cariño mío, no consentiré que, si algún día tus padres se separan o se divorcian, tú sufras lo más mínimo. Tú no tienes que pagar ningún plato roto, porque tú no sabes ni qué es una cacharrería)

Pero ¿tú de qué te ríes, tunante?, ven aquí, ven aquí, que te voy a cortar la nariz, y las orejas, y los pelos….

                                                                                                                         Tu yayo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque ya te hice mis comentarios cuando me enviaste esta carta a tu nieto, quiero que quede constancia de mi admiración por un abuelo que ha hecho de la vida,sentimientos, cariño de su nieto su mayor nivel de calidad de vida (cuando te lo permiten)y su principal ocupación en vacaciones. No porque signifique un trabajo para tí , sino por la felicidad que te proporciona y que se te ve por las babas que se te caen cuando hablas de tu "Santi". Que dios te ampare, abuelo.

Anónimo dijo...

Señor Tomás Morales Cañedo: no sólo es un gran filósofo y un buen orador, sino también un maravilloso profesor de Educación Infantil. Su "alumno" Santi debe sentirse encantado en su especial guardería "ABUELILANDIA". No creo que jamás encuentre un lugar más humano, tierno y simpático como el que le ofrecen sus yayos.
Santi no necesitará ir a Disneylandia para conocer a Mickey Mause, Pluto o al pato Donald porque ya lo tiene en "ABUELILANDIA".Un abuelo muy filosófico y juguetón, ha sabido transformarse en el juguete prederido de su nieto. Larga abuelidad a los dos. Cariñosamente Maruja Quesada Martín.