miércoles, 27 de agosto de 2008

EL PUENTE ROMANO DE CORDOBA

Rafael Santos Priego

Pdte. Asociación Universidad Córdoba

 

 

 

El Puente Romano es el puente situado en el río Guadalquivir que une el Campo de la Verdad con la ciudad por el Barrio de la Catedral. También conocido como "el Puente Viejo" ha sido prácticamente el único que ha mantenido la ciudad en veinte siglos, hasta la construcción del puente de San Rafael, a mitad del siglo XX. El pasado 9 de enero de 2008 se inauguraba la mayor remodelación que el Puente Romano haya tenido en su historia, y una de las más radicales.

 

Este puente fue proyectado a principio del siglo I d.C. por el emperador Augusto, en época romana, y probablemente concluido por Tiberio y Claudio con motivo de la concesión del estatus jurídico de Colonia Patricia a Córdoba, en sustitución de otro de madera que posiblemente existía con anterioridad para pasar de uno a otro lado del río. Tiene una longitud de 225 metros y consta de 16 arcos, uno de ellos, el más cercano a la Torre de la Calahorra, estuvo oculto durante mucho tiempo y ahora, con la remodelación, de nuevo se ha puesto en uso. Su construcción fue motivada para ser entrada a la ciudad desde la zona sur, sin tener que utilizar embarcaciones para ello, y parece ser que la vía Augusta (de Roma a Cádiz) pasaba por él.

 

El Puente Romano ha sido remodelado y reconstruido varias veces a lo largo de la historia, sobre todo durante la época califal durante la cual, y por un desastre natural, sufrió una profunda destrucción y otra posterior reconstrucción. Desde entonces se han sucedido numerosas intervenciones en las que se han ido descubriendo los escudos de las familias que, probablemente y de acuerdo con las costumbres existentes, ayudaron económicamente en los trabajos de conservación y mantenimiento del Puente después de la Reconquista.

 

En el año 1651 se erige, en el centro del Puente Romano, un Triunfo de San Rafael, obra de Bernabé Gómez del Río, tras una epidemia de peste sufrida en la ciudad. Es el monumento más antiguo de los existentes en Córdoba, incluso supera al que corona la torre de la Mezquita, que fue erigido pocos años más tarde.

 

 

 

 

 

La polémica remodelación

 

 

Esta obra histórica conserva ya pocas huellas de su construcción romana, aunque ha sido referente de su época y la estructura siempre ha recordado su procedencia. Era, y es, visita obligada de todos cuantos acuden a nuestra ciudad, como sedimento de las diversas culturas que han pasado por ella. Actualmente, el Puente Romano se ha convertido en uno de los monumentos señeros que Córdoba presenta de cara a la opción de Capital Europea de la Cultura para el 2016.

 

Esta es la filosofía que ha inspirado la remodelación, según declaraciones del arquitecto cordobés encargado de llevar a cabo el proyecto, Juan Cuenca Montilla: "Lo que hemos hecho es devolver el puente a como estaba en una fecha imprecisa entre finales del siglo XIX y principios del XX". Sin embargo, esta reforma ha sido muy polémica, pues según los críticos, el cambio de estética ha sido excesivo, provocando que el puente no parezca romano, sino una obra de cánones modernos.

 

Desde mi punto de vista como cordobés, y recogiendo la voz de muchas personas que opinan lo mismo, creo que al puente se le podría haber dado una imagen más cercana a la primitiva, atendiendo a las descripciones y grabados más antiguos que se conservan. Con el aspecto que presenta actualmente es muy difícil que al visitante se le pueda mostrar como monumento de procedencia romana: la terminación de la calzada y pretiles han modificado su aspecto, y el pavimento empedrado ha sido sustituido por granito rosa. Por otra parte, el corte de las losas y piezas, de fábrica, no se asemejan precisamente a la antigua, sino que son de un acabado bastante vanguardista.

 

El Departamento de Arqueología de la Universidad de Córdoba ya mostró en determinadas ocasiones su parecer contrario a cómo se estaba llevando esta remodelación, la última en diciembre de 2006, al que le han seguido numerosas críticas en los Medios de Comunicación y foros ciudadanos.

 

Por supuesto no todo es negativo, ya que con esta intervención se está eliminando toda la sedimentación depositada en el cauce del río por el paso de   los tiempos que, en algunos casos, impedía que discurriera el Guadalquivir  bajo algunos de sus arcos. Actualmente, la obra permite la formación de una lámina de agua de orilla a orilla que embellece todo el conjunto y que, hasta ahora,  no se había podido observar en todo su esplendor. Plausible también es la puesta en uso del arco 16.

 

Estas argumentaciones me llevan a reflexionar, por una parte, en la modificación de uno de los monumentos, quizás clave, para la opción de Córdoba a la Capitalidad de la Cultura 2016, y por otra,  en lo que significa la privación de las señas e identidad que poseía nuestro Puente Romano y que, hasta ahora, era referente de las distintas culturas que han pasado por nuestras ciudad y, ¡cómo no!, un emblema que forma parte del escudo de Córdoba.

 

Aunque me duela, me viene a colación la comparativa entre la política de conservación de nuestro puente y el Puente Romano de Mérida. Quizás sea el momento de ir pensando remodelar también el nombre… y quitar lo de "Romano".

 

  

 

 

 

Curiosidades

 

Farolas: En el año 2002 y con motivo del rodaje de la película Carmen, se cambian las farolas que existían por otras iguales aunque de distinto material.

 

Tráfico: El puente ha seguido su uso como vía de transporte hasta el 1 de mayo de 2004 cuando se cierra al tráfico de forma definitiva.

 

Arcos: Sólo el arco número 14 y número 15 (comenzando a contar desde la Puerta del Puente) son originales.

 

Antonio Gala: "Ojalá Córdoba me tuviera el amor que yo le tengo a ella… ¡me gusta hasta el Puente Romano Nuevo!" (marzo de 2008)

 

(artículo publicado en la Revista Madurez Activa nº 6 /2008)

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