lunes, 12 de septiembre de 2022

EL PUEBLO SORPRENDE, A VECES

Ángel Pulla Dijort/Málaga

En esta ocasión me ha causado una sensación muy distinta a la que me ocurrió el año pasado, después de pasar tres años fuera del pueblo.

Hablé de decepción, de sorpresa, no sé de cuantas cosas más. Este año he encontrado más alegría, más armonía y sobre todo de un trabajo realizado por gentes que han pensado especialmente en lo que podían aportar, además de sus ideas.

Además me alegra sobre manera porque estas personas que lo han hecho son muy queridas por mí, son gente de mi familia, son mis sobrinos.

Si a mí, que conozco a Mariano de hace años, me ha sorprendido lo que ha hecho junto a Conchi, imaginaos a quien solo sepa que ellos son Anestesista y Jefe de Oncología del Hospital Puerta de Hierro, y que los viernes se trasladan a Beteta a ponerse el "mono" y a trabajar en el futuro hotel Los Tilos, haciendo todo tipo de trabajos para los que no es necesario ningún tipo de especialización. Bueno, ese futuro hotel, ya no es así, ahora es el Hotel Los Tilos, bonito, bien presentado, bien gestionado y lo mejor que puedes encontrar en la Sierra de Cuenca.

Como no pude asistir a la inauguración en su día, me ofertaron el viernes por la noche una cena junto a la familia en el comedor del hotel (me encanta su iluminación). Me había ofrecido Mariano un excelente vino y así fue, dos magníficos vinos, uno mejor que el otro.

De cualquier forma nadie sabe lo que yo hubiera dado por haber podido tener a mi lado aquella noche a mi cuñado Mariano y a mi hermana Victoria. Especialmente por poder ver la cara de satisfacción de mi cuñado y lo que él pudiera haber dicho sobre lo que sus hijos   habían sido capaces de hacer, sin su dirección de obra y la capacidad de su hijo y su nuera para ejercer de "productores" además de sus especialidades.

Hubiera pagado cualquier precio por poder tomar un vino con mi cuñado aquella noche y escucharle lo que fuera necesario, solo por gozar de lo que pudiera estar disfrutando. Mi hermana también, pero ella era menos expresiva en estos asuntos.

En cualquier caso, quiero agradecer a mi sobrino su invitación y ese buen vino que me prometió y que tomamos a gusto, y que además coincidió con que el páter del pueblo nos acompañó y que yo conocí, aunque creo que ni mi cuñado ni yo éramos muy afines a sus teorías y enseñanzas.

De cualquier forma la celebración es señal de que antes se han efectuado unos trabajos, donde sí que ha habido grandes esfuerzos de todo tipo, económicos, laborales, familiares, etc., que han precedido a lo conseguido. Todo viernes supone que antes ha habido un lunes, no olvidarlo.

Muchas felicidades a todos los que habéis intervenido en su consecución  y gracias por lo que ello supone para el resto.

Mariano, la próxima invitación debe ser a "escote", no vale el gorreo.

 


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2 comentarios:

Mariano dijo...

Bonito escrito, tío. Me acordé, nos acordamos de todos los ausentes. Recuerdo la canción de José Antonio Labordeta " La vieja" y su tristeza en los ojos de tanto mirar. Debemos dejar hechas cosas tanto por los que vienen, como por los que hicieron que pudieramos estar aqui: "siempre te recuerdo vieja, nunca te podré olvidar"
Un abrazo de tu sobrino

Mariano dijo...

La verdad es que cuesta escribir pero creo te lo debo. Te recordaré como la canción, cuando uno recuerda a los que se fueron, estos siguen ahí. Lo importante es el recuerdo. Tengo la sensación que fue ayer cuando viniste a Palencia, tu boda en Hellín, el viaje en un 850 blanco de segunda mano hasta llegar allí, las partidas de cartas en Beteta en verano,los vinos que gustabas tomar, los consejos de la vida, las risas con mi padre...qué rápido pasa todo. Malo es ver que alrededor tuyo se van yendo, tomas consciencia de lo rápido y sin retorno del tiempo. Descansa en paz. No te olvidaremos, tío.