sábado, 27 de noviembre de 2021


Hoy, 27 de noviembre, acabo de perder al que pudiera considerar como mi tercer padre.

Pablo, Marino y Mariano, por ese orden. A Pablo, mi padre,  lo perdí siendo un niño y desgraciadamente me quedan muy pocos recuerdos de él, no tengo   apenas vivencias que pueda recordar con mi padre.

Marino pasó a ser mi padre, y no solo eso sino también el cabeza de la familia y a quien le tocó hacer frente a todos los problemas de la misma. Para mí fue efectivamente quien ocupó la plaza de padre, pues yo era un niño que entonces era cuando empezaba a ir al colegio y la estructura de la familia se iniciaba con él como cabeza.

Mariano fue como el tercer padre, aquel que  con el tiempo fue sustituyendo a los anteriores en las funciones de padre de familia.

Yo era un niño, recién muerto mi padre, cuando conocí a Mariano en Madrid y me llevaban como carabina de la pareja, porque la abuela no aceptaba noviazgos de su hija y menos en Madrid. Recuerdo que me decía mi hermana: vamos a misa a los Sacramentinos. Bueno, íbamos a la iglesia, pero a quien veíamos era a Mariano que nos esperaba por allí, paseábamos, yo veía cosas, ellos hablaban y al cabo de un rato volvíamos con la familia. Así era entonces la cosa.

Por supuesto que el trato de Mariano conmigo ya no era como el padre normal con un niño, conmigo ya era el del colega, el del amigo, el del cuñado. Siempre tenía como principal elemento a la familia, todo lo supeditaba a ello, a poder aportar todo lo mejor para ellos.

Recuerdo una ocasión, lo que no puedo asegurar cuando fue, que me dijo que tenía algo entre manos que no sabía si iba a ser una locura o no, pero creía que podía ser lo mejor para la familia. Y se fue al Sistema de formación profesional obrera del Ministerio de Trabajo. Efectivamente, fue lo mejor que pudo hacer por su familia.

Anteayer, hablando por teléfono me decía que le preocupaba "el apagón". Yo le dije que eso no iba a suceder que no se preocupara de eso porque no sucedería. Quise quitarle preocupaciones, que ya tenía bastantes. Lógicamente me razonaba su preocupación porque decía que él tenía necesidad de luz para su máquina de oxígeno…Ya no la necesitas más, Mariano!

De todas formas, creo que ha sido el turno menos doloroso el que la naturaleza ha decretado. Mi hermana no se va a enterar de nada, si llega a ser al revés, no quiero ni pensar en el padecimiento y pesar de mi cuñado al ver desaparecer  a Victoria. Yo lo hubiera elegido también así.

Como decían los curas "sit tibi terra levis". Adiós, amigo.

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2 comentarios:

Unknown dijo...

Cuántas historias para contar, has tenido mucha suerte de tener tres padres, aunque desgraciadamente,algunos por poco tiempo. Lamento mucho su perdida. Un abrazo

Chefo Pulla dijo...

Yo me he quedado sin tíos.
El que me queda es como mi padre, aunque se cabrea cuando se lo digo