domingo, 31 de mayo de 2015



LA SONRISA DE UN GILIPOLLAS

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Acabo de ver en televisión el término del Giro de Italia en Milán, donde afortunadamente ha triunfado un señor a quien admiro desde hace tiempo, que se llama Alberto Contador.

Ha subido al podio donde se le han entregado todo tipo de galardones, todos merecidos, y al final, todos muy respetuosos han escuchado el himno nacional de España, y no he escuchado un solo pito ni nada disonante mientras se interpretaba el mismo, además con toda  su interpretación completa.

Esto en Italia, nada que ver con el país del ganador.

Me ha venido a la memoria el partido de ayer, no vi en el partido aunque sí el inicio, y me encontré con la gran mamarrachada del pito-pito al himno nacional acompañado por los pitos que muy amablemente repartieron unos señores catalanes - o asimilados - que quisieron animar a sus paisanos a que entorpecieran la correspondiente interpretación.

Ni soy nacionalista, ni soy soberanista - soy republicano -, ni siento nada especial cuando oigo ningún tipo de himno, pero sí se me hinchan las amígdalas cuando veo al impresentable "pseudo- moisés" llamado Arturo Más con esa risita de gilipollas al lado del rey Felipe VI, celebrando que sus correligionarios han logrado machacar el himno español.

Si tan mal te va aguantar, ¡ten los cojones de plantarte y decir yo no voy a hacerte la corte y no acudo al partido! ¡Ten los huevos de hacerlo, gilipollas!

Y si a esos equipos - cuyos jugadores no tienen nada que ver en esto - no les gusta a sus seguidores aguantar a ese país ni a ese rey, sencillamente, renunciad a jugar ese trofeo, sin más.

Así de fácil, no queremos jugar tu copa, rey. Y punto.

Y no mandéis otra vez a ese capullo a lucir su risita gilipollas al palco, por favor.       



VIVA LA MISERIA

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Se acabó la crisis. Viva la miseria.

Después de todo lo oído durante la pasada campaña electoral, especialmente por pare del Sr. Rajoy, basando toda la fuerza de su argumentación en la mejora de la macroeconomía, hoy, una vez acabados los ruidos y vista la desbandada iniciada por algunos de los barones del Partido Popular, iniciada por el presidente de Castilla León, a quien todos daban por seguro ganador por mayoría absoluta, han comenzado a oírse la  presentación de las auténticas realidades de la "economía de los españoles de a pié".

Esta sí es para hacerla ver y oír a todo aquel de quiera conocer realmente cual es la verdadera situación de las personas que formamos ese grupo de electores a los que se le ofrecía la otra información: hay 13 millones de personas en el umbral de la pobreza. Ni más ni menos.

Ya no me valen las "mamandurrias" de la señora marquesa, con sus numeritos de campaña electoral que tanta gracia les hace a sus seguidores, y que a mí por cierto me rechinan los dientes al oírlas, ni las extravagantes ofertas posteriores de inmolación en favor de la desaparición de la jueza que la ha disputado tan dignamente - mira qué diferencia de campaña de una a otra - y que a ella tan poca fiabilidad le ofrece.

Por cierto, qué otra alternativa va ofertar el Sr. Rajoy a los sin techo y a punto de perderlo en Andalucía ahora que ha conseguido que el Tribunal Constitucional retire la ley andaluza del desahucio de viviendas? También la va a marcar como otra marca en la culata de su revólver como otras muchas que lleva?

Los partidos tradicionalmente ganadores en los distintos comicios en años anteriores deben haberse olvidado de que los votos que reciben no salen de la nada, sino que vienen de la mano de esas gentes que ellos llaman votantes y que representan a las personas que llevan mucho tiempo diciendo que están hasta las narices de ese pasotismo y ese enriquecimiento amoral e ilegal que ellos llevan "trabajándose" hace tantos años.

No sé en qué piensa el Partido Socialista mirando como se le va el tiempo desde que se celebraron las elecciones andaluzas sin haber conseguido ningún tipo de avance en la formación de un gobierno andaluz. A mí me da la impresión de que la Sra. Díaz tenía en su cabeza la idea de que el simple hecho de ser la más votada iba a producir una rendición del resto de fuerzas a sus pies.

Ahora ha visto con asombro que las demás también cuentan y que si no se decide a dialogar con todos y llegar a acuerdos con ellos para gobernar, puede encontrarse con la desagradable sorpresa de que si llegan a repetirse las elecciones, sea ella una de las perdedoras en las mismas, por no haber sido capaz de concertar cuando tuvo lugar a ello.

Desgraciadamente no somos un pueblo muy dado a la negociación. Aquí se lleva mucho eso de "esto es lo que hay, y si no os interesa, no hay más que hablar". Y eso no es dialogar, eso es discutir, imponer.

No sé cómo se toma el presidente del Partido Popular su actual situación, yo si fueran él, me remojaría las barbas, por si acaso. Claro que Rajoy ha debido tomar mucha horchata de joven, y así se le ha quedado la sangre...

      

sábado, 2 de mayo de 2015



CUALQUIERA SABE

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Yo nací siendo un tifosi, como descendiente de italianos tenía en el alma impresa esa necesidad tan latina de necesitar ser seguidor acérrimo de algo o de alguien.

Y cuando era un niño me apetecía ser camionero.

En aquello tiempos ser camionero era algo importante, al menos para mí, que era lo más grande que yo había visto moverse. Enorme, haciendo un ruido infernal y alguno de ellos con una chimenea arriba por donde tiraba el humo - después, muchísimo después supe que aquello era por el combustible que consumían -, y que cargaba todo lo que le pusieran.

Cuando yo los veía bajar por mi pueblo, desde la alta sierra, cargados de troncos de pino, muy largos, que sobresalían por la parte trasera, provocando a veces roces en las paredes de las casas al tomar las curvas de la carretera...

Ah, y luego el claxon que utilizaban algunos de ellos. No pitaban, silbaban y eso llamaba más la atención de nosotros, sus tifosi.

Era tal la afición que sembró en nosotros el ser camionero que ya incluso la cambiamos por ser autobusero, del autobús de línea, con sus viajeros y sus maletas. Hasta queríamos ser como Sanjulián, no sé por qué se llamaba así o si es que era otro su nombre y nosotros le decíamos ese por alguna otra razón, pero también deseábamos ser como él y tomar por la mañana el autobús, y marchando para la capital.

Naturalmente, debíamos andar muy cortos de información o con gran desconocimiento de otros horizontes para recortar tanto nuestros deseos laborales.

Más adelante, cambié radicalmente mi intención laboral y me salió la vocación religiosa. Decidí hacerme cura. Además, agarré la afición de tal forma que ya no admitía otro tipo de labor que no fuera esa o algo semejante a ella.   

Me hice monaguillo y ayudaba a misa todos los días, acompañaba al cura a los sitios donde debía acudir como tal ayuda del mismo, y me preparaba para ser en el futuro un cura igual que el que yo tenía en el pueblo.

Luego pasando los años se me iba haciendo un poco cuesta arriba aquella afición, ya no era tan apremiante el deseo, hasta que poco a poco decidí que yo no quería ser cura. Era la única forma que tenía de poder estudiar, pero sin más.

Debí cambiar bastante mi forma de ser y de pensar, porque los que me conocieron después, no se hacían a la idea de que yo había estado estudiando con los curas. Siempre decían aquello de que "los que venís de los curas sois los peores..."

Luego he tenido otras aficiones, pero de esas creo que no voy a hablar aquí, no porque sean algo inconfesable, ni mucho menos, solo que ya os he aburrido bastante por hoy y mejor lo dejamos para otra ocasión en que me encuentre más inspirado.