LA SONRISA DE UN GILIPOLLAS
Ángel Pulla Dijort/Málaga
Acabo de ver en televisión el término del Giro de Italia en Milán, donde afortunadamente ha triunfado un señor a quien admiro desde hace tiempo, que se llama Alberto Contador.
Ha subido al podio donde se le han entregado todo tipo de galardones, todos merecidos, y al final, todos muy respetuosos han escuchado el himno nacional de España, y no he escuchado un solo pito ni nada disonante mientras se interpretaba el mismo, además con toda su interpretación completa.
Esto en Italia, nada que ver con el país del ganador.
Me ha venido a la memoria el partido de ayer, no vi en el partido aunque sí el inicio, y me encontré con la gran mamarrachada del pito-pito al himno nacional acompañado por los pitos que muy amablemente repartieron unos señores catalanes - o asimilados - que quisieron animar a sus paisanos a que entorpecieran la correspondiente interpretación.
Ni soy nacionalista, ni soy soberanista - soy republicano -, ni siento nada especial cuando oigo ningún tipo de himno, pero sí se me hinchan las amígdalas cuando veo al impresentable "pseudo- moisés" llamado Arturo Más con esa risita de gilipollas al lado del rey Felipe VI, celebrando que sus correligionarios han logrado machacar el himno español.
Si tan mal te va aguantar, ¡ten los cojones de plantarte y decir yo no voy a hacerte la corte y no acudo al partido! ¡Ten los huevos de hacerlo, gilipollas!
Y si a esos equipos - cuyos jugadores no tienen nada que ver en esto - no les gusta a sus seguidores aguantar a ese país ni a ese rey, sencillamente, renunciad a jugar ese trofeo, sin más.
Así de fácil, no queremos jugar tu copa, rey. Y punto.
Y no mandéis otra vez a ese capullo a lucir su risita gilipollas al palco, por favor.