miércoles, 5 de junio de 2013



                                   CONGRATULATION

Mayte Tudea Busto

 

 

 

Por fin, ha muerto. "A cada cerdo le llega su San Martín", reza el refrán.

A éste le ha llegado muy tarde, demasiado, a los ochenta y siete años.

Al menos lo ha hecho en prisión, purgando sus crímenes terribles. Otros tuvieron más suerte que él y murieron en sus camas.

 

Creo –casi parece innecesario aclararlo-, que adivinarán ustedes que me estoy refiriendo a Videla, a Jorge Rafael Videla, general del ejército argentino, que en unión de Agosti y de Masera, formó aquel siniestro triunvirato que sometió al país hermano a la mayor barbarie de su historia reciente. Desaparecidos, ejecutados, niños robados a sus madres y a sus abuelas y como remate final la guerra de las Malvinas, todo un currículo nefasto que cubrió de oprobio a la nación.

 

Argentina, un país pacífico que ejerció su neutralidad en las dos guerras mundiales –aunque acogiera a muchos de los exiliados forzosos que tuvieron un papel poco edificante en la última confrontación-, es el país más europeo del continente americano y también uno de los más cultos y refinados.

 

Nunca he llegado a comprender cómo una nación tan extensa y tan bendecida en riquezas naturales, ha podido sufrir –y hoy todavía padece- esas crisis económicas tan profundas.

 

Su clase política parece ser la responsable de tamaños desaguisados y según convienen muchos analistas, el peronismo y sus secuelas han sido los principales causantes del pesado lastre que acarrean a lo largo de tantas décadas.

 

"Para muestra un botón, dicen". Pues ahí tenemos a la presidenta actual, Cristina Kissner, para hacernos una idea de la galería de "ilustres" dirigentes que han presidido este país en los últimos lustros. "El populismo al poder". Y mientras se dirigen al pueblo y tratan de distraerlo, van llenándose los bolsillos de forma vergonzosa. Por otras latitudes también ocurren cosas parecidas, pero al menos se airean y en algunos casos, incluso terminan por purgarse.

 

Bueno, como siempre ya estoy divagando. Yo sólo pretendía comentar la muerte de ese dictador implacable –su rostro enjuto y su mirada helada ponían el vello de punta-, y de cómo, al final, todos llegan –llegaremos- a ese lugar que nos iguala y a los poderosos muy especialmente. Y ha de ser terrible pensar en que uno vaya a ser recordado como un monstruo que causó dolor y muerte, y que ésta última provoque un sentimiento de alegría y no sólo en quienes padecieron directamente sus maldades. Aquí  no corresponde añadir "descanse en paz".

 

Menos mal que ahora tenemos otro rostro argentino que contraponer al general Videla y que afortunadamente se encuentra en las antípodas del tirano. El Papa Francisco. 

 

1 comentario:

Angel dijo...

Que me perdonen todos los argentinos de buen ser y bellas personas, que los hay. Pero conozco a varios de ellos y todavia está por llegar uno que pueda decir de él: este es auténtico, no responde al típico argentino.
Una señora argentina que vino a trabajar a España me dijo: no encontraras jamas una casa de Argentina en ningún pais, porque ningún argentino se fia de sus compatriotas.
Videla era un auténtico tipo, y obró como tal, traicionó a todo el que se puso por delante. Valiente hijo de la gran ching.....!