domingo, 25 de noviembre de 2012



MITO, FILOSOFÍA Y CIENCIA.

Tomás Morales Cañedo

 

Los mitos, en sí, ni son verdaderos ni son falsos, ni es posible su verificación ni su falsación. Ellos se codean en/con otras categorías.

Es más, si se comprobara que un mito era verdadero, desde ese mismo momento dejaría de ser mito y pasaría a ser o bien historia o bien ciencia.

 

Las religiones, además de elementos míticos, también contienen normas morales, por las que deben regirse las conductas de sus adeptos.

En otros lugares he expuesto, ampliamente, los Tres componentes que implica y conlleva toda religión: Una Iglesia (Organización jerarquizada, que es la que manda), un Credo (las verdades que hay que creer) y una Moral (códigos de conducta a practicar). En el caso de la Religión Católica: el Papa (hasta llegar al último cura), los Dogmas y la Moral Católica (los Mandamientos de la ley de Dios y de la Santa Madre Iglesia).

 

Toda Religión es Mito, pero muchos Mitos no son Religiosos. Hay más Mitos que Religiones.

 

Además habría que distinguir entre: Mito (como actitud, el niño muestra una actitud mítica, acepta, cree todo lo que le dice la autoridad de su padre, de su "seño", de "lo he visto en la tele", "lo he leído en la prensa",…..) y Mito (como contenido).

Los contenidos del Mito provienen de varias fuentes:

1.- De las Religiones (ya hemos expuesto más arriba que toda religión es mítica, aunque no todo mito, como veremos, es religioso).

2.- De los Cuentos tradicionales ("se dice que, en otros tiempos….").

3.- De las Leyendas heroicas (como Mío Cid, que ganaba batallas después de muerto, montado en el caballo, por el pánico que los musulmanes le tenían), en las que hay algo de verdad, combinada con una amplificación de la imaginación y el deseo).

4.- De las Tradiciones (que generalmente comportan elementos morales, como los desfiles o las procesiones o las peregrinaciones, de lo que los andaluces sabemos mucho.

5- De las Supersticiones (narraciones fantásticas en las que los protagonistas son dioses, apariciones de vírgenes, santos, curanderos, magos, brujos, encantamientos, curaciones milagrosas, adoración, manoseo de reliquias…. Todo para alterar las leyes de la Naturaleza.

6.- De las Sagas (leyendas poéticas, pertenecientes a primitivas tradiciones heroicas y mitológicas de la antigua Escandinavia, referentes a dos generaciones, o más, de una misma familia).

 

Toda pregunta que no tenga una respuesta a mano crea en la persona una situación incómoda, un desajuste psicológico, un zarandeo en la mente que la hace sufrir. Se necesita, psicológicamente, una respuesta tranquilizadora que pare la agitación de la pregunta.

La religión, como mito que es, proporciona al creyente no crítico esa dosis de tranquilidad. Tiene un enorme valor psicológico al no tener, ya, que pensar qué creer (eso hay que creer, esos dogmas) ni qué hacer (eso es lo que tienes que hacer, así es como tienes que actuar, estas normas de conducta, la Moral).

La Organización es la que se encarga tanto de promover el mito, para atraer adeptos (predicadores y misioneros) y de conservarlo, para que nadie salga del redil, como de los rituales emanados de él, que hay que practicar (desde la misa y el rosario a la limosna y peregrinación).

 

Toda religión aspira a dominar el paisaje humano sin que haya otras que le pisen el terreno, para acaparar a todos y para que sus fieles no tengan otros puntos de referencia con qué confrontar su religión.

 

Hay que distinguir "creencia" de "credulidad".

Las personas inmaduras, de poca edad, incultas, ancianos,…. Son "crédulos" más que "creyentes".

Están predispuestos a aceptar como Verdad la respuesta que provenga de una autoridad, sea la tradición ("siempre ha sido así"), sea la Iglesia (autoridad religiosa), sea el padre (autoridad paterna), sea la "seño" (autoridad cultural), sea la TV ("lo he visto en la tele") o la prensa ("dice la prensa que.. ", sin especificar cuál, porque….).

"Todos ellos, siendo "autoridades", saben más que yo, y si ellos lo dicen…..Ese es su razonamiento. ("Credulidad").

La madurez y la cultura son los instrumentos de no aceptar el argumento de autoridad como totalmente fiable y seguro.

 

El paso del Mito al Logos (de la Fe, de la creencia, a la Razón) ocurrió en Grecia, pero en las ciudades de la costa del Asia Menor (Mileto, Éfeso…).

Desde entonces aquí seguimos, alejándonos, cada vez más, del mito y habitando en el terreno del Logos.

Mito y Logos son dos planos que, yuxtapuestos, llenan el espacio del conocer.

Cuando apenas se Sabe (Logos), se Cree (Mito) mucho. Cuando se Sabe algo, ese algo sale del campo del Mito, éste disminuye.

Están en una proporción inversa,

Se llevan muy mal. Uno intenta acabar con el otro. Pero no sólo en los principios. Todavía hoy quiere imponerse el Creacionismo a costa del Evolucionismo.

Lo que ocurre es que el Mito siempre será posible porque el Logos, a pesar de que cada vez va ampliando su campo, siempre quedarán preguntas a las que no podrá responder, por ser de orden metafísico, lugar en exclusiva del Mito y al que el Logos no tiene acceso.

 

 

 

 

 

Hoy hablamos de Ciencia (y no de Filosofía), pero esto es muy reciente.

Desde el principio bajo el rótulo de LOGOS (Razón) se encontraba todo conocimiento Racional, llamado Filosofía, donde estaban incluidas todo lo que hoy llamamos ciencia. Por ejemplo, lo que hoy denominamos Astronomía entones se llamaba "cuestiones cosmológicas" (una parte de la Filosofía).

Tales de Mileto, Pitágoras, Demócrito, Aristóteles,… eran filósofos que, además o también, trataban cuestiones de Geometría, de Física, de Psicología, de Biología, de Botánica,….

 

La Filosofía siempre estuvo entre el Mito antiguo y la Ciencia actual.

 

Mientras el creyente CREE y descansa, el filósofo RAZONA y comprende y el científico EXPLICA, experimenta razonando y razona experimentando.

 

Dice B. Russell:

 

"La Filosofía es algo intermedio entre la Teología y la Ciencia. Como la Teología consiste en un trabajo de reflexión sobre cuestiones en las que un conocimiento preciso no ha podido, hasta el momento, llegar a la certeza, pero como la ciencia, acude a la razón humana más bien que a la Autoridad, ya de la tradición, ya de la revelación.

Todo conocimiento preciso –podría decirse- pertenece a la ciencia, y todo lo que es Dogma, todo lo que va más allá del conocimiento preciso, pertenece a la Teología.

Pero, entre la Teología y la Ciencia se extiende un NO MAN´S LAND, un terreno inexplorado, en el que sus dos flancos están expuestos a ser atacados. Este NO MAN`S LAND, esa "tierra de nadie", es la Filosofía.

Casi todos los problemas que interesan más, particularmente a los espíritus especulativos, son aquellos a los que la ciencia no puede responder, y las respuestas de los teólogos dignos de confianza no parecen tan concluyentes como parecieron en tiempos pasados.

miércoles, 14 de noviembre de 2012


ME VOY PA GRANÁ

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Seguramente todos hemos conocido a alguno de esos grupos - mejor digamos parejas -, porque suelen ir por parejas, que se dedican a hacer "chapuzas".

Suelen ser gente que le da a todo, hace albañilería, fontanería, electricidad, carpintería, etc.

Bueno, pues de la persona de la que yo os voy a hablar, es exactamente el prototipo de este personaje. Paco, sin más apellidos ni apodos, Paco.

Los que han trabajado conmigo ya saben a quién me refiero. Él vino al principio a ofrecerse como el "pelotón de empuje", sin que hiciera falta nadie más para solucionar cualquier problema que surgiera en nuestras instalaciones.

Y llegamos a un acuerdo. Pero él no pensó que yo no era malagueño, venía de Valencia, donde el que contrata exige puntualidad y rapidez.

El primer día que necesitamos sus servicios, no se presentó. Lo hizo por la tarde.

Cuando llegó, lo llamé a mi despacho y le comuniqué que ya no volviera más. Buscaríamos otro. Lo más grande es que no entendía la causa. No creía que fuera necesario ser tan puntual, ni avisar por teléfono, ni que yo me pusiera así.

Después sí lo entendió. Al menos entendió que si quería mantener ese trabajo - que él juraba por sus hijos que lo defendería con uñas y dientes - debía atenerse a nuestra normativa, por muy "rara" que  a él le pareciera.   

Realmente Paco era un tipo duro. Duro en el sentido de inclemente, estoico, tenaz. No tenía miedo a ningún trabajo, ni a ningún esfuerzo. Por lo que yo vi después, y me comentaron los conocidos, solo me temía a mí. No por lo que yo pudiera hacerle, sino por mi reacción a sus incumplimientos.

Desde el primer momento observé que con este señor no podía transigir ni un solo trance de distensión. En el momento en que te viera  en relax, aplicaba su particular interpretación de "sus normativas laborales". Sus horarios, sus descansos, sus ausencias, etc. Y eso resucitaba mi objetivo de cumplimiento estricto de sus obligaciones.

A parte de todo esto, era una buena persona. Siempre dispuesto para lo que hiciera falta - aunque hubiera que empujarle -.

Este hombre desarrolló trabajos que yo no creía que fuera capaz de hacer. Le he visto desatorar varios metros de alcantarillado, con métodos y elementos obsoletos hace años, por la décima parte del presupuesto que pretendía cobrarnos una de las empresas pioneras en estos menesteres en Málaga.

Por supuesto, toda su ilusión es que yo fuera a ver lo que había conseguido y cómo lo había conseguido. Era digno de ver lo que el amigo Paco logró hacer con aquellos medios.

No solía hablarme de asuntos particulares nunca, solamente de temas de su trabajo. Por otra parte, yo tampoco le daba opción a que lo hiciera. Pero una vez vino al despacho y aquella conversación se me quedó grabada por mucho tiempo.

Se presentó en mi despacho y me dice algo así como "Sr. Pulla, con su permiso quiero comentarle un asunto personal mío". Empezó a llorar y a mí me dejó de piedra, viendo a un señor bastante más alto, fornido y mayor que yo, llorando desconsoladamente y sin saber las causas.

"Sr. Pulla, me voy pa Graná".

Naturalmente, yo no entendía que por tener que ir a Granada que está 120 kms. de Málaga, tuviera que llorar. Hasta que me lo explicó.  

"Cuando hace unos días le pedí permiso para asuntos particulares, acudí al especialista médico, a recoger el resultado de unas pruebas, que no conoce nadie, ni siquiera mi familia. Tengo cáncer - no recuerdo dónde me dijo - con tal metastatización - tampoco recuerdo las palabras que utilizó -, que el médico me ha recomendado que hable con mi familia y deje todo aclarado, porque me voy pa Graná ya mismo".

Entonces es cuando aprendí el verdadero significado de esa expresión, las lágrimas de Paco y el tremendo "marrón" que se había tragado él solito, sin siquiera el consuelo de su propia familia, a quien todavía no había avisado.

A veces las frases más simples, encierran unos mensajes que pueden ser acongojantes, por no decir otra palabra.  

 

domingo, 4 de noviembre de 2012


VIOLENCIA

Mayte Tudea Busto                                  

 

 

Tras un día atareado –una clase por la mañana y otra por la tarde y entre una y otra intercalando alguna actividad más-, llego a mi casa pasadas las nueve de la noche.

 

Después de una ducha reparadora, y de colocarme el pijama –ha terminado ya la época del fresco camisón-, sentada frente al televisor me espera una cena ligera muy pegada a la huerta. Pulso el mando y ya han finalizado las noticias. Le siguen las incidencias que les ocurren a nuestros "pobrecitos" deportistas (léase futbolistas), ampliadas, repetidas y remachadas en el telediario del mediodía y de la noche, y los comentarios sobre la trascendencia de sus estados de ánimo o de sus lesiones me traen al pairo, la verdad, por no decir que me irritan. 

 

Voy recorriendo uno a uno los numerosos y en algunos casos repetidos canales, y no encuentro puerto en el que recalar. Yo en la televisión siempre busco el cine, pero hoy el tema elegido en las cadenas que lo programan y que coincide en todas las películas a las que me asomo, es la "acción". ¡Qué eufemismo! Dosis estomagantes de violencia gratuita, pura y dura. Héroes de pedernal cuyos dudosos fines terminan por triunfar a base de empuñar la metralleta más larga sin que se les altere un músculo del rostro. Me horroriza pensar que hay niños que pueden estar viendo estas películas e identificándose con el protagonista.

 

Sigo sin desmayar en mi afán por encontrar algo que me interese. Aparece en la pantalla un grupo de personas detrás de una mesa en forma de media luna sentados a izquierda y derecha del presentador. ¡Mira, una tertulia! Le concedo unos pocos minutos de mi tiempo y al comprobar, salvo honrosas excepciones, cómo cada interviniente defiende con un descaro que produce rubor ajeno la opción política a la que está adscrito y además, conoce de primerísima mano la fórmula mágica para salir de esta crisis, me pregunto: Si tan fácil resulta ¿por qué no les dejarán aplicarla? Harta de tanto economista frustrado como tenemos en este país, pulso el mando de nuevo.

 

Se me cuelan los variados y peculiares intérpretes del destino que con las cartas sobre la mesa van adivinando su futuro a los incautos que se lo solicitan -especialmente del género femenino-, mientras detallan al hombre moreno o rubio que va a aparecer en su vida y el trabajo que van a encontrar en un tiempo de plazo breve. ¡Dios bendiga a estas almas crédulas, la inocencia existe!

 

Bueno, me digo, ¡a la cama!. Retomaré la novela que estoy leyendo con tanta dificultad, `porque he de reconocer que me aburre, y a la que le estoy dando un margen de confianza por ver si, al final, me termina interesando.

 

Hago un último intento. Cambio otra vez de canal y me impacta una imagen en la pantalla. Un policía "cachas", guapo, con gafas de sol y aspecto chulesco, empuja sin  ningún miramiento a una pareja de

ancianossi  no lo son, les falta poco-, que con otro grupo de personas se están resistiendo a la autoridad tratando de evitar un desahucio. Le siguen dos o tres escenas más que me agreden visualmente. A una chica joven la sujeta otro agente por el cuello violentamente, a otra la arrastran por el suelo, sin embargo, la de las personas mayores me conmociona cada vez que la repìten, y lo hacen con insistencia. Sin ni siquiera reflexionar sobre el fondo de la cuestión, ya que desconozco las circunstancias que la rodean, la imagen me hiere profundamente. El desprecio con el que ejercen su labor "esos" policías, sin atender a ningún tipo de consideración –ni edad, ni sexo, ni el hecho de que la gente está desarmada y de que su resistencia es únicamente pasiva- me indigna de tal modo, que de encontrarme frente a ellos estoy segura les hubiera increpado duramente y es probable que me respondieran con un trato similar.

 

Supongo que habrán recibido órdenes y tendrán que cumplirlas. Pero la forma de hacerlo se excede de tal manera a lo que una espera de quienes están habilitados para protegernos, que un pensamiento me ronda la mente:

¿No habrán "bebido" estos jóvenes cachorros de las fuerzas de seguridad, en la fuente de los "héroes" de las mal llamadas películas de acción?