lunes, 10 de octubre de 2011

LUNA, LA FILÓSOFA

Tomás Morales Cañedo

 

Es falso y, además, mentira que "el mejor amigo del hombre es el perro". Ha dejado su lugar al "chivo expiatorio", sobre el que cargamos todas las responsabilidades de nuestra culpable responsabilidad.

El perro es "un hijo adoptivo" en el tercer escalón familiar.

 

Se entristece cuando sales de casa, pero se resigna. Te recibe, ya desde lejos, con muestras de júbilo, en su movimiento de cola, en sus pequeños ladridos, en sus correteos, en sus carantoñas. En sus ojos se divisa el cordial recibimiento. Manifiesta su alegría en el lenguaje animal que mejor conoce, en el de los gestos.

 

Ha muerto LUNA. No está aquí, contigo, amigo Ángel, pero "¿de verdad que ha muerto, del todo? ¿No la tienes en tu imaginación y en tu memoria, vivamente?

 

El gran filósofo (y además matemático, político, vegetariano,…) Pitágoras, creía en la "metempsicosis" o "transmigración/reencarnación de las almas".

Según cuenta Empédocles, (otro filósofo), al pasar Pitágoras junto a un cachorro que estaba herido y estaban apaleándolo, sintió compasión del animal y dijo: "cesad de apalearlo, pues he reconocido, en sus ladridos y gemidos, al alma de un amigo, encarnada en él".

 

Y a otro gran filósofo, Diógenes, se le denominaba, el "cínico" (el perro).

 

Averroes, el gran filósofo cordobés, árabe, ponía a la luna como el lugar natural al que iban los entendimientos agentes (la parte más elevada del alma) de los hombres.

 

En la antigüedad, la forma más alta de encarnarse el alma es en los astros. ¿Y qué es la luna, sino un astro?

 

Pitágoras llamaba a los planetas "los perros de Proserpina", porque ellos son los que guardan y retienen las almas encarnadas.

 

A los niños, cuando se les muere un familiar, se les dice que se ha encarnado en una estrella.

 

Amigo Ángel, cuando vayas por el paseo marítimo, mira al cielo, y cuando mires a la luna tienes que ver, en ella a LUNA, ¿en qué otro sitio mejor puede estar ella? Te acompañará todos los días de tu vida.

 

Tiene que ser tu imaginación la que supla su ausencia.

 

¿No sería tu inconsciente quien te llevó a llamar Luna a esa "perra filósofa", para que nunca se alejara, del todo, de ti?

 

El abrazo de un amigo que siente su pérdida.

1 comentario:

Angel dijo...

Como te dije cuando me enviaste este entrañable artículo, "se me cayeron los palos del sombrajo". Nadie que no haya tenido consigo un perro durante varios años, es capaz de saber ell sentimiento que existe entre perro y dueño al cabo del tiempo.
Muchas gracias por tus palabras.