lunes, 18 de julio de 2011

ENTRE EL DISLATE Y LA INSENSATEZ

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Y

o suelo decir habitualmente que los de Bilbao nacemos donde queremos. Y es cierto, oye. Los de otros sitios no pueden. No tienen esa oportunidad.

 Los de Bilbao sí. Así de claro, sin más. Sí, nacemos donde queremos.

Fíjate en Cristo, oye. Es del Bocho. Típico bilbaíno. ¿Y qué hizo? Pues quiso dar ejemplo de humildad y dijo "¿dónde, pues, puedo nacer fuera de mi tierra?" y se fue a Belén. Vale.

A mí me ocurrió algo parecido. Bueno, no a mí, porque yo no tenía los poderes de Cristo, claro. Pero bueno, la Matea cuando vio el genio que iba a tener su hijo y lo problemático que podía ser en el futuro, dijo este no puede nacer en Bilbao.

Y Yo, que soy un bilbaíno de los pies a la cabeza,  me llevaron a nacer, o como diría mi amigo Tomás, me nacieron

en Beteta, pues. Mira tú, uno de Bilbao ir a nacer a un sitio que ni yo conocía.

Claro, ahora, cuando hablamos con los amigos y digo eso de que los de Bilbao somos así o asá, enseguida me dicen "anda, pues yo creía que tú eras de Cuenca".

Vale, es un error que hay que saber perdonar, no porque ser de Cuenca sea peor que ser de Bilbao, sino porque cada cosa en su sitio, y cuando uno es de un sitio, es de allí, no de donde lo hayan nacido.

Bueno, también me marco de vez en cuando aquello de que "…cerca del mar porque yo… nací en el Mediterráneo…"

Esto, más que nada, es porque soy un admirador de Serrat ¿qué digo admirador?, soy El Admirador de Joan Manuel. Oye, cosas que tiene uno, pues.

Y aunque los cántabros seamos de una forma, tampoco sienta tan mal nacer uno por allí, por donde  se nota que "… en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno/ que han vertido cien pueblos de Algeciras a Estambul/ para que pintes de azul tus largas noches de invierno…"

 

El lugar de nacimiento de la persona es un episodio ocasional dentro del currículo vital de las personas.

Revisa el caso de algunos de tus conocidos. Verás qué serie de casualidades han coincidido en  muchos de ellos, para que quien habitualmente ha desarrollado su vida en Málaga, por ejemplo, ha dado a luz en Barcelona. Se le adelantó el parto en unas vacaciones.

Simplemente es un ejemplo. Casos similares son abundantes.

Por este motivo es por lo que califico de episodio ocasional o fortuito el lugar donde nazcas. No es tan casual el lugar donde resides. Ese depende primordialmente del emplazamiento laboral de la familia.

 

Y yo que empiezo mi artículo este, tan raro él, fíjate, hablando de mi "bilbainez", y sigo con unos versos de la canción "Mediterráneo" de Serrat – demasiado lo de Serrat, que no se puede aguantar -, llevado de este mismo arrebato, siento la necesidad de recordarte otros de esa misma composición, referentes a

"…si un día para mi mal/ viene a buscarme la Parca/ empujad al mar mi barca/ y dejad que el temporal/ desguace sus alas blancas…"

 

(si pudiera te lo diría cantando, pero soy muy malo para estos menesteres) pero es un detalle el dar tus indicaciones para cuando llegue tu óbito, y que tus amigos no te amarguen con duelos y llantos, sino que te despidan, se tomen un buen vino en tu memoria y después que te dejen donde puedas tener buena vista, cerca del mar, y en una ladera soleada. No hay nada mejor.

Y como después da igual de dónde seas, ya no te vale ser de Bilbao o de Beteta. Lo importante es lo que hayas hecho aquí y lo que hayas vivido, y amado, y estudiado, y ayudado, y compartido. Eso sí merece la pena.

 

Tu balance final, y tu cuenta de resultados, es lo que en definitiva hará de ti, - después -, ser una persona interesante o simplemente alguien que pasó.

 

Tal como ha ido evolucionando este dislocado artículo, no sé si publicarlo en el blog o borrarlo. De cualquier forma, si lo estás leyendo, es que algo en mí ha decidido que más vale reírse de algo, que lamentar su destrucción.

 

Eso solo se nos ocurre a los de Bilbao, que no hemos acertado a nacer en el bocho. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien, paisano. Al final la ciudadanía, seas de un lugar o de otro, la define el propio comportamiento. "Es una buena persona", o un "hijo de perra". Yo, la verdad, deseo pertenecer a esta primera patria.

Mayte.

Tomás Morales dijo...

Al final se te nota "el pelo de la empresa" :"Tu balance final y tu cuenta de resultados".
El que lo vive, no cuenta.
El que cuenta le resta tiempo al vivir.

Bienvenido al mundo de la paz sin venganzas dimisionarias.

Perchelero dijo...

Tienes razón. Si yo hubiera nacido donde debía haber nacido y no donde me nacieron hoy no sería Perchelero sino que tendría la cara renegría y arrugá por el sol de Barbate y las horas de pesca en la mar, tendría la calva blanca de llevar boina y seguramente un cigarrillo a medio terminar en la oreja derecha, caminaría agachapado y con bastón (cosa que ya conozco como hacerlo) y estará sentado jugando al dominó en cualquier rincón de ese maravilloso pueblo.