FORMACIÓN TEÓRICA - FORMACIÓN EMPÍRICA
Ángel Pulla Dijort
(Artículo publicado en la Revista de AMADUMA de octubre 2014)
El empirismo, viene del griego empeiría - experiencia - , como doctrina filosófica opuesta al racionalismo, se desarrolla especialmente en el Reino Unido desde la Baja Edad Media, aunque como tal se formaliza ya en la Edad Moderna. John Locke, filósofo y pedagogo inglés del siglo XVII está considerado como uno de los padres del empirismo, al que posteriormente abocó a David Hume.
En el siglo XVIII George Berkeley, filósofo irlandés, defendió este empirismo llevado al extremo, resultando como muestra de ello su manifestación de que un objeto no se puede saber si es hasta que pueda ser percibido (empirismo).
Yo aquí quiero entender este Empirismo como se entendía en la Antigüedad Clásica, como el conocimiento que se tenía en general a través de la experiencia dirigida hacia lo técnico y lo útil, no por el conocimiento obtenido teóricamente por la simple contemplación de la verdad.
La teoría es un sistema lógico deductivo, que "sirve para confeccionar modelos científicos que interpreten un conjunto amplio de observaciones, en función de axiomas o principios, supuestos y postulados". La teoría puede ser una partida que posibilite llegar a una solución.
Que basada en supuestos, en creencias o en pensamientos explican o predicen algo, y que no han sido confirmados por la praxis.
Supone conocimientos no empíricos.
La teoría estaría compuesta por un conjunto de hipótesis sobre temas de los que trata la misma o teorías anteriores y que posteriormente, mediante programas de investigación u otros sistemas experimentales, se convertirán en teorías científicas.
Hablando de la teoría es indispensable acordarse de Platón, filósofo/pensador, que en sus Diálogos ha estudiado y desarrollado diversas teorías.
En Menón, por ejemplo, presenta la teoría de la reminiscencia - o anamnesia - donde plantea la idea de que conocer es recordar. Habla de la adquisición del conocimiento por sensaciones, aunque admite que este conocimiento puede o no ser real, y frente ello remite a las matemáticas, donde sí puedes llegar a conclusiones verdaderas.
En Crátilo plantea la teoría del lenguaje.
En República la de la educación y así en otros varios de sus Diálogos.
Su discípulo, Aristóteles, en cambio rechazó varias de esas teorías de Platón donde el maestro exponía que las ideas eran la auténtica realidad y que el mundo sensible era una copia de ellas.
Aristóteles, más bien fue un pensador empírico, buscando la experiencia para basar el conocimiento.
La idea que a mí me gustaría enfatizar aquí sería qué es realmente lo más interesante para un aspirante a un liderazgo laboral, la formación teórica o la empírica, o ambas complementándose.
Basado en mi experiencia adquirida a los largo de los años relacionado con la dirección empresarial avalaría cualquiera de las dos sistemas, pero sin en ningún caso excluir al otro.
Llama la atención que en los anuncios ofertando trabajo - cuando estos anuncios existían -, una de las condiciones exigidas era la experiencia de unos años. Efectivamente, una excelente formación teórica, no te garantizaba un eximio líder empresarial. Hemos conocido varios eminentes personajes, destacados como estudiantes, e ineptos o incompetentes como profesores o cualquier otro puesto donde se exigiera de su liderazgo.
No puedes encomendar a una persona el liderazgo de un grupo de personas, o la dirección de un gran equipo por el hecho de tener unos vastos conocimientos basados en sus estudios sin ningún otro soporte empírico, sin una experiencia que de manera evidente avale esa amplia formación teórica adquirida en las aulas.
Para que esto resultara un éxito sin necesitar ningún tipo de aditamento, sería preciso que ese trabajo o equipo a liderar consistiera únicamente en la aplicación sin más de esas fórmulas estudiadas (y no ensayadas o experimentadas por el aspirante), o en su mera enseñanza.
Mi experiencia a lo largo de varios años, me aprestaba a valorar por encima de cualquier otra circunstancia, una solvente formación empírica, que generalmente conlleva una predisposición y una resolución ante cualquier eventualidad, que en otras circunstancias, y sin ese añadido de la experiencia, podría derivar en resultados inoportunos o tardíos.
Precisamente ahí se basa esa exigencia que normalmente se hace constar en esas ofertas de empleo, de un determinado tiempo de trabajo previo, y que entorpece la contratación por algunas de sus gestiones en personas que estime dignas de esa función, en la que ambiciona conseguir sus resultados.
¿Que es precisa una formación teórica, formación en las aulas, siguiendo las enseñanzas de unos buenos profesores que te enseñen y hagan ver y entender temas desconocidos, asuntos difusos si anteriormente no los has tocado?
Por supuesto que sí.
En principio siempre te encuentras con conceptos desconocidos y que si no hay quien te los aclare, te haga entender su significado, te acarrearán grandes problemas para proseguir asimilando otros conceptos. De ahí el interés en esa formación teórica, tan importante.
Tanto como esa formación es necesaria la práctica, el traslado al simulado ejercicio que te permita ejercer esos conocimientos, que en principio no resultan tan asequibles como imaginabas cuando los estudiabas. Y aun así, encontrarás después que esos mismos problemas que tu resuelves en esos ejercicios, no envuelven toda una serie de problemas que encontrarás posteriormente en los acontecimientos de la vida real, cuando sí sea necesaria la aplicación de esos conocimientos adquiridos.
Es cuando empiezas a distinguir que existen soluciones que conllevan nuevos problemas que a su vez debes comenzar a evitar. Los daños "colaterales".