¡QUE DURO ARREGLO TIENE ESTO!
Ángel Pulla Dijort/Málaga
Voy a robarle su última frase al escritor D. Javier Pérez Reverte en su artículo publicado en la Revista Semanal número 1353: "Nos va sacar del agujero nuestra puta madre". Según suena.
Actualmente y refiriéndome a España, soy absolutamente pesimista. Pesimista total, es decir, optimista muy bien informado.
Políticamente, no tenemos solución, no hay forma de ver o encontrar en ese panorama nada salvable. El gobierno, infumable. La oposición, no existe. El pueblo, ausente. ¿Sigo?
La corrupción domina todo, lo divino y lo humano. No hay nada, absolutamente nada, que toques, que no esté corrompido o contaminado. No hay Autonomía que no huela mal.
En consecuencia, no hay posibilidad de desterrar ese vicio, no hay nadie que pueda ejercer de "hombre bueno", o justo, que sea capaz de arrancar a esos personajes corruptos que nos rodean y sustituirlos por otros incontaminados.
Porque esa es otra, ¿quien de este país confía en la Justicia? Cómo vamos a poder creer que alguien que elige como presidente del Tribunal Supremo a una persona que se gasta la pasta en viajes privados, en hoteles de lujo privados, en vivir la buena vida a costa del presupuesto del estado, o del Tribunal Constitucional que ve normal que ese presidente sea militante y cotizante de un partido político, pueda ejercer y departir justicia - justicia justa - al resto del pueblo. Si estamos hartos de ver cómo se comporta ese cuerpo que todos queremos y deseamos que sea realmente justo.
Y empiezas a ver casos de personas que por una u otra causa se da lugar a continuas "prescripciones" por el tiempo transcurrido. ¡Y siempre les favorece a los mismos!
Si te encuentras con casos como "el Urdangarín", "los Eres", "el caso Fabra" - 10 años y nueve jueces ¡por dios! -, "el Gurtel", bueno no sigo porque sería un sinfín de casos. Y ahora resulta que el Tribunal Constitucional se ha dividido, lógico, es que afortunadamente hay algunos que sienten vergüenza de defender la sospechosa imparcialidad de su jefe.
La iglesia. Es de risa, oír hablar al papa Francisco - hombre justo, al parecer no contaminado por la curia inviable que rige la iglesia - y por otra parte oír al jefe de la iglesia española, Rouco Varela, insigne donde los haya. Yo hace tiempo que voy diciendo que este papa está durando demasiado, teniendo en cuenta lo que duró Juan Pablo I.
A menudo, cuando contemplas el panorama del estado de las cosas en este país, piensas que realmente esto no tiene remedio. Produce asco, pánico, vergüenza, etcétera, el solo hecho de escuchar las noticias o leerlas en el periódico. Esto no puede ser verdad.
Y te pones a ver el desarrollo de la reunión en las Cortes, hablando del control al gobierno... ¡menos mal que nos alegraron la vista y el rato las señoras que gritaron al ministro Gallardón!
Escuchas a este ministro, al gracioso Montoro diciendo sandeces, al presidente defendiéndose con el "más eres tú", a Rubalcaba que no sabe qué decir ni qué hacer...
Estoy convencido de que nosotros no tenemos arreglo. Esto solo tiene una solución, disolvernos como país y que nos sustituyan a todos los dirigentes - de concejal para arriba y así en todos los ramos de poder - , por otros vacunados contra todo tipo de corrupción.
Hace unos días venía una viñeta de El Roto, genial como siempre.
En la viñeta se veía un túnel con una luz al final. Y se oía una voz que gritaba: ¡¡¡no salgáis, no salgáis!!!
Ya no sé si pensar que salir de esto nos va a afectar demasiado o no.