viernes, 31 de agosto de 2012




LOS "INDIGNADOS" DE LA CLASE

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Nunca había encontrado en una clase de Historia esa pre-sensación de enfrentamientos partidarios entre los "adscritos al régimen" y los "demócratas de toda la vida".

¡Qué barbaridad, señor!

Decía Samuel Butler que "los más obstinados suelen ser los más equivocados, como todos los que no han aprendido a dudar". Yo me planteo ante esta situación que a veces se pone de manifiesto en esta clase si realmente los que estamos matriculados en Historia Contemporánea, en la Universidad de Mayores de la UMA, alguna vez, en los más de cincuenta y cinco años que tenemos todos, hemos analizado nuestro convencimiento o posibles dudas acerca de los asuntos que tan decididamente asumimos como irrefutables.

Siempre llama la atención que personas mayores no seamos capaces de contemplar los hechos históricos como tal, sin ideologías que nos hagan verlos cada uno a su manera.

 

En uno de los temas tratados, hablando de la segunda república, hubo alumnos/as que se empecinaban en no admitir las posiciones de la iglesia católica y los hechos que de ello se derivaron. Como delegado de curso indiqué que se escuchara al profesor, que en definitiva era el responsable de la clase y de explicar lo que bajo su punto de vista - y de los historiadores en los que se basaba- eran los hechos históricos. La Historia está basada en Hechos, y de esos hechos, pueden y deben sacarse las consecuencias.

Pero  lo que nunca se pueden negar son los hechos. En cuanto a las consecuencias y sus correspondientes análisis y comentarios, cada cual puede extraer el suyo y ratificar o rectificar su opinión, de acuerdo con los conocimientos adquiridos.      

Coincide esta posición de intransigencia, de afirmación continua del pensamiento de cada cual - sin posibilidad de enmienda - con la existencia dentro de cada clase de una determinada "camarilla" de personas, que no están dispuestas, bajo ningún concepto, a variar su punto de vista ideológico en ninguna circunstancia y sean cual sean las razones expuestas ni los argumentos enunciados a favor o en contra de esa misma teoría.

Decía don José Ortega y Gaset: "Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender".

¡Cuidado! no estoy hablando de ninguna facción concreta. Tanto vale para un extremo como para el otro. No tenemos remedio.

A veces lo que resulta más llamativo es que algunas de estas personas, que en principio no admiten según qué tipo de información histórica, se oponen a aceptarla simplemente por motivos subjetivos de creencias religiosas. No por dudas sobre la realidad histórica de los hechos tratados, sino por creencias religiosas. Porque su orientación religiosa, recibida, como la mayoría de nosotros la recibimos y con las "singularidades" con que se impartían determinados temas, le imposibilitan admitir todo aquello que no se ajuste a sus pre-convicciones.

Este supuesto, en principio no tendría mayor inconveniente para el resto de la clase. El problema radica en que  estos "indignados" obstruyen el normal desarrollo del tema de que se trate, porque siguen sin admitir y sin dejar proseguir la historia, hasta que no se deje claro que, por ejemplo, la iglesia no era la responsable de... ¡Son hechos los que estamos estudiando, no sentimientos!

Una persona tiene plena libertad para defender sus pensamientos, sus sentimientos y su ideología, pero no tiene ningún derecho, ni justificación para negar o dudar LOS HECHOS.

Admito que posiblemente pongo demasiado énfasis en la defensa de mi postura,  pero carezco de la suficiente "cintura" para dialogar sobre algo en lo que no se alegan razones, solamente posiciones. No discute la mente, sino el corazón - o el estómago -.

Imagino en estos casos a mis amigos los filósofos intentando hablar sobre esas ideas - a mí me dan pánico cuando empiezan a razonar sobre algo que no sabes si al final será refutado o admitido -, y tú les arguyes no razonamientos basados en realidades, sino sensaciones y creencias, faltos de base.

Enseguida te dirían "razonamientos, razones". En eso debemos basar nuestros deseos de cultura y educación. Todo ello regido por la cabeza, no por el corazón, aunque afecte a nuestros sentimientos.

       

lunes, 13 de agosto de 2012

CONFES(I)ONARIOS LAICOS.

Tomás Morales Cañedo

Salgo de mi bloque y choco, de frente, con cuatro contenedores. Son los nuevos confesonarios, laicos.

Uno estaba acostumbrado al confesonario religioso, el de la iglesia, de madera, en el que dentro estaba el cura, al que acudías, en la adolescencia, a pedir perdón por haberte masturbado y él te decía…..

El cura te recordaba (sobre todo el miércoles de ceniza): "memento, homo, quia pulvis eris et in pulvere reverteris". Lo que acojonaba. La conciencia quedaba marcada, como una cámara de grabación continua o una webcam, que te pellizcaba cuando al ver o pensar en Pepita, la del 3º, te daba la tentación de volver a…

Pero ahora, cuando uno ha dejado de ir a la iglesia y ver el confesonario, el Laico Papá Estado ha cogido el relevo de la Santa Madre Iglesia.

Los nuevos confesonarios laicos los encuentras en cualquier calle, en todas las calles. Y en  letras grandes: "Recuerda".

Ahora, todas las mañanas acudo, con cuatro bolsas, a los cuatro confesonarios laicos.

1.- El amarillo: "Recuerda: sólo envases de plástico, latas y briks".

2.- El azul: "Recuerda: sólo papel y cartón. Periódicos y revistas".

3.- El verde: "Sólo vidrio".

4.- El gris (el de toda la vida): residuos orgánicos.

Cuando, por la mañana, me acerco a ellos, me fiscalizan preguntándome si todo viene, ya, debidamente separado. Me miran, inquisitorialmente, por esas bocas tragaderas. Alguna vez he tenido que abrir una bolsa por temor a si una lata de cerveza de Mercadona se me había despistado en la orgánica o alguna monda de la naranja iba con la revista porno.

Hoy todos sabemos que quien se apodere de la conciencia tiene ganada la batalla.

El cura me decía que Dios lo ve todo y que mi conciencia era "la voz de Dios". ¡Cuántos remordimientos por los pecados de pensamiento, menos por los de palabra, pocos por lo de omisión y casi ninguno por pecados de obra¡.

Ahora es el Estado quien quiere conseguir concienciarme de los pecados laicos, entre ellos el no separar residuos, para reciclar, y es la Madre Naturaleza la que sufre las consecuencias.

¿Y quién quiere dañar a la Madre Naturaleza?

Cuando la conciencia está tomada, sobran policías. La conciencia es más exigente. Además, desde dentro, internamente.

Pero, ¿Quién está detrás del Estado?. El capitalismo.

Seamos sinceros en el decir y claros en lo dicho. A quien le interesa que separemos la basura que generamos, es a los capitalistas.

El capitalismo, que empezó explotando a los trabajadores en el capitalismo salvaje, se camufló como racional en el capitalismo moderado y, actualmente, está explotándonos con el lenguaje.

(Me explico)

Uno oye la palabra "ético/a" y la conciencia le hace tilín. Porque ¿quién quiere ser señalado como "inmoral" y no cooperar con el Bien Común  y con la "salud" de la Madre Naturaleza?.

Así que aparece la "Banca Cívica (Ética), las "inversiones éticas",…  

¿Capitalismo y Ética?.

Al capitalismo le importa un pimiento la Ética. Su esencia es la Ganancia. 

Cuando oigo lo de "comercio justo" (ético), me pregunto qué aviones, barcos, camiones,…(capitalistas) transportan, no gratuitamente, dichos productos o en qué cámaras frigoríficas (capitalistas) se han  guardado dichos productos perecederos.
 

Ahora salen los "coches ecológicos" (éticos) (capitalistas), que contaminan menos. Y como hay otros nuevos dioses laicos llamados San Agujero de Ozono o Santa Lluvia Ácida,… se nos enciende la luz de la conciencia y nadie quiere ser un nuevo pecador y sí ser considerado "cooperador" y/o "benefactor" de la salud de la Madre Naturaleza, pero esto, a los fabricantes de coches les importa un rábano. Lo que quieren es vender más y lo disfrazan bajo el señuelo de  "ético" y que tú seas "comprador" para lo que les interesa que te consideres "ético", "cooperante necesario".

Si al capitalista le interesa tu "conciencia" es porque eso repercute en su "bolsillo". 

Ningún objeto es moral ni inmoral. Ni el destornillador, ni el coche, ni el preservativo. Pero a ellos les interesa (coches, desodorantes, detergentes …) que los veamos como "objetos virtuosos", porque contaminan menos, porque están hechos de materiales naturales, porque una parte de las ventas se dedica a vacunar niños del Cuerno de África,…

El capitalismo, tan hijoputa, pero tan inteligente, es el que ha colocado los cuatro confesonarios en la puerta de mi bloque, de colores, para que no se nos ocurra no separar los residuos.
 

"El reciclaje ético". ¡Y un jamón¡. Es el señuelo para que, moralmente, cooperemos para convertirlo, ellos, en "objeto útil", vendible. En realidad, un "reciclaje económico".

El capitalismo se ha dado cuenta de que, ya que no puede explotarnos como antes, en el trabajo, ha encontrado el filón de nuestra conciencia.

Nosotros, no capitalistas, o anticapitalistas, estamos cooperando con nuestro enemigo, en su poder, en su crecimiento.

Nos está matando y, nosotros, lo estamos engordando. 

"Energías limpias". Otro "objeto ético", muy vendible. Y los ecologistas, ecólatras, hacen de peones  en el ajedrez capitalista. Sin darse ellos cuenta (los ecologistas) hacen de "mandados", están defendiendo los intereses capitalistas (que, también, son los dueños de las "energías sucias". A ellos ¡qué más les da que sean sucias o limpias, si les son rentables¡. 

Pero TODOS necesitamos energía.

Y si el "coche ecológico" ayuda a salvar la salud de la Madre Naturaleza, el "coche seguro" salva la vida de la familia.

¡Otro objeto ético, otro objeto virtuoso, otro objeto a adquirir¡. Porque ¿a quién no le gusta salvar la vida de la familia?. 

El capitalismo se ha dado cuenta de la capacidad de seducción que tiene el adjetivo "ético o moral" adosado a un objeto (coche) o a una conducta (separar residuos). Así que nosotros, los "paganos" tenemos el honor, al adquirirlos, de ser "clientes éticos".

Comprar un "producto ético" es la nueva manera de "rezar". 

¿Y los "biocarburantes", estos nuevos combustibles "éticos"?. Aunque el uso de cereales y vegetales, para su producción, suponga quitárselos de la boca y abocarlos a la muerte a los realmente pobres y hambrientos.

¿Y las "pastillas contra el dolor ajeno"?, ¿qué laboratorio las fabrica? 

En mis tiempos de chiquillo lo "ético y moral" era bautizar chinitos al módico precio de 1 duro. ¿Cuántos chinos, hoy, de mi edad, se llamarán Tomás?.

Era otro capitalismo, el religioso, con el mismo método, apoderarse de la conciencia, el lavado de cerebro.

Hace unos días se celebró "el día de la mujer" ¿y los otros 364 días? 

Ahora mismo leo, en carteles anunciadores, "el minuto del planeta", "salvemos al planeta". Total, al módico sacrificio de apagar la luz,…

¿Quién va a excluirse de ser un cooperador de la salud y de la vida del planeta? 

Dentro de poco serán "los diez segundos del sistema solar".

Y luego, "los cinco segundos de la galaxia". 

¿Pero es que nos hemos vuelto gilipollas?.

 

domingo, 5 de agosto de 2012



CONTRASENTIDOS

Mayte Tudea Busto

 

 

¡Te quiero tanto! decía el hombre con vehemencia. ¿Cómo podría vivir sin tus atenciones permanentes, sin el mimo con el que cuidas mis trajes, sin la delicadeza con la que planchas mis camisas, sin la exquisitez con la que  preparas mis platos preferidos, sin la comprensión con la que escuchas mis problemas de trabajo, sin... ¿Sabes de verdad cuánto te quiero? insistía él.

"Sí, sé perfectamente cuánto te quieres", respondía ella.

 

 

                                               ___________________________

 

 

Con rostro grave iba desgranando ante aquel numeroso grupo de empleados las dificultades por las que atravesaba la empresa. "Son tiempos difíciles en los que se nos exige un gran sacrificio. Hay que reorganizar la plantilla, ajustar las nóminas, intensificar los horarios, remar con fuerza y en la misma dirección para que el barco no se hunda". Mientras se dirigía hacia la puerta del Rolls que el chófer mantenía abierta, los obreros, emocionados, le entregaban billetes de cinco, diez, veinte euros que el patrón recogía condescendiente.

 

                                              

                                               ______________________________                                                                                

 

 

Con terror mal disimulado se colocó sobre la báscula. ¡Aleluya! Por fin,

tras largos meses de dura lucha había alcanzado la meta soñada. ¡Sesenta! ¡Sesenta kilos! El peso ideal para su estatura, de 1,70 metros. Una expresión de felicidad le iluminó la cara.

 

Por la mañana, su marido le gritó desde el baño: ¡Esta báscula está estropeada! ¡Sólo marca sesenta kilos! Y ella le contestó con acento travieso: Esa es mía. A ti te he comprado una nueva, la tienes en el salón.

 

                                   ___________________________

 

 

La silicona le tensaba fuertemente los labios, el hilo de oro tiraba de sus sienes y los pómulos dilataban su nariz. Se miró en el espejo. Vio un rostro de muñeca impávida, criogenizada. Intentó sonreír y surgió una mueca distorsionada de su boca. Y pensó: "¿Sonreír? ¿Para qué? ¡Con lo oscuro que está el panorama!"