viernes, 10 de marzo de 2017

(Este artículo se publicó en la revista de AMADUMA de Febrero)

 

VENDER HUMO

Ángel Pulla Dijort/Málaga

 

Os imagino pensando en si podría existir otra forma de hacer las cosas con peor estilo, con menos gracia y menos señorío que el que ha elegido el Partido Socialista para discutir sus formas y estilos en estos pasados días en su sede de Madrid.

No la hay. Peor, imposible.

Es de suponer que entre todos sus cuadros de mando, sus formaciones territoriales, nacionales, y tanto afiliado, existan, como así lo es en realidad, gente muy preparada, muy instruida, personas con una gran preparación universitaria y con una fuerte experiencia empresarial, con un curriculum envidiable.

Bien, pues a pesar de todo ello, nadie ha podido – o querido – hacer ver al resto de los afiliados que el resto de los españoles estaban pendientes de ver qué eran capaces de llevar a cabo ese grupo directivo cuando tuvieran que decidir cómo vendían esa rendición que nadie quería presentar como tal y de esa forma y no de otra iba a aparecer ante el resto del país.

Como un grupo muerto, sin fuerza, sin ningún medio o flujo vital, que pudiera dar la impresión de que aquello no era lo que parecía. Como diría aquel socialista universitario "qué bien se entierra en este país".

Pues sí señor, se entierra muy bien en este país, sobre todo si el muerto ya es cadáver.

Escuché ayer en la radio comentar a un afiliado al partido, una persona profesor de la universidad, que a pesar de todo ni quería ni le apetecía figurar en primera fila, pero que no le dolían prendas hablar de las cosas de su partido muy claramente y así lo hizo cuando comentó "no tiene explicación que porque a una señora, que ni siquiera tiene asiento en este parlamento, le apetece cambiar al secretario general y hacer que los demás bailen a su son, el resto sea tan imbécil que hagamos lo que ella desea y bailemos a su aire, y además que todos carguemos con que todos decimos lo mismo, que sea ella la que lo hace".

Todos sabéis a quien se refiere, por su puesto, pero es que yo que vivo en su cortijo y que llevo varios años sufriéndola, no entiendo qué han visto en esta señora todos aquellos que la adoran – a no ser que haya algo que yo no veo y esos otros sí – y que la haga merecedora de tal honor. No he visto ningún tipo de milagro social, económico, político…

Es más, conozco algunos hechos de su gobierno, que me gustaría que alguna vez pueda ver y entender a qué se deben y qué pueden representar.

Ante ella se han presentado problemas sociales, que dependen de sus departamentos y que ha sido incapaz de solucionar. Espero que no tardando muchos años podamos entender algunas cosas. Los "cortijos" no son eternos y torres más altas han caído.

Esta situación hace entender que la mano derecha del partido ha sido la ganadora en este estira y afloja, y además nadie tiene la honradez de dar la cara al afiliado y hacer ver a quién y qué representa.

En todas las ocasiones en que cualquier grupo político se ha visto en la situación – igual o parecida – a la que se encuentra actualmente el partido socialista, siempre se ha recurrido a la refundación, pero para eso ha sido necesario una persona que haya tenido la fuerza de persuasión y el suficiente liderazgo para movilizar a esas masas e inspirarle las ganas y el deseo de sacar algo importante de entre ellos.

Nunca he sido seguidor, ni admirador ni nada parecido de D. Manuel Fraga, "el amo de la calle", pero he reconocer que fue un gran político. En su tiempo, hizo su aparición – no sé cómo ni por qué – el Sr. Hernández Mancha, infumable como político y nefasto para su partido. Tuvo la habilidad de ponerlo al borde de su desaparición.

Y ahí surgió D. Manuel, y con todo el ímpetu que le hacía mover los hilos de su partido, tomó la decisión más valiente y valiosa que podía ejercer. Liquidó el nombre: fuera lo de "Alianza Popular", lo cambió por "Partido Popular", lo refundó hasta los cimientos, cargándose a cuanto medio-cargo había por medio y eligió a los que él veía más a su gusto y a partir de ese momento, se plantó en el punto en que querían ver situado a su partido.

Esos ejemplos son los que debe copiar el Partido Socialista, aunque sean de su adversario. ¿O es que no hay lo que debe haber en ese partido para hacerles frente a cuatro "hernandezmancha" cualquiera aunque sean reyes en sus cortijos?  

Los que me conocen ya saben que esto me descentra.

Me resulta imposible comprender que un grupo de personas, que ahora se llaman "partido", que han salido de unas reuniones populares celebradas por el mes de mayo – de ahí les venía el nombre – ese grupo de personas se han hecho con todo lo removido por aquellas asambleas, y sus adyacentes, y aprovechando que los que antes figuraban como uno de los dos mayores partidos se han autodisuelto, con sus incapacidades de entendimiento entre ellos, les han dejado el campo libre y estos asambleístas – o lo que sean que ya me gustaría a mí saber qué son – se la han llevado cruda y se han montado en segundo lugar en el conjunto de partidos del congreso.

Como decía anteriormente, no entiendo que los prebostes del Partido Socialista se entretengan en castigarse unos a otros, con multas y sanciones, y además se amenazan con expulsiones, como si les sobraran los socios. Está muy claro que aquello que hace años llamaban "la derecha del Psoe" está enseñando sus garras y dándose a conocer con nombres apellidos y "cortijos" donde trabajan.  

A los que están llevando al partido a este punto me atrevería a decirles aquella frase de Sir Francis Bacon, que además figura en el título de mi blog: "Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde"

 



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